Sufría ataques de pánico, el cannabis medicinal lo curó y lanzó un club de cultivadores que produce con hidroponía
Damián Domínguez es uno de los fundadores de 4 Almas, un club de cultivadores de Trelew que produce cannabis medicinal utilizando la técnica de hidroponía para sus cultivos. Se trata de una ONG que busca simplificar los pasos para garantizar el acceso a tratamientos con fines medicinales, terapéuticos y paliativos. “Para mí fue mi primera revelación del aspecto medicinal del cannabis”, asegura Damián.
Damián tiene 38 años, es abogado y uno de los chubutenses que está trabajando activamente para que se consoliden y sigan abriéndose camino los clubes de cultivadores de cannabis. Lo hace por convicción, porque sabe de qué se trata y porque en primera persona sintió los efectos positivos de consumir cannabis en forma medicinal.
Es que si bien desde los 18 años conoce el uso recreativo de la marihuana, de grande también conoció el desarrollo médico que lo ayudó a salir de una difícil situación.
“Desde los 18 años sé lo que es la marihuana”, dice Damián a ADNSUR adentrándose en el tema. “En esos momentos era lo que se denominaba ‘Paraguayo’, algo que uno no sabía qué tenía y qué te iba a hacer, y cuando estaba en Buenos Aires haciendo la carrera, conocí las flores y lo que era el aceite de cannabis. Era un momento en que no podía conciliar el sueño, tenía ataques de pánico y tomaba medicación psiquiátrica, lo que se conoce como Alplax, pero era algo que no quería. Tenía que ver con eso de ir posicionándose como más adulto, dejar una etapa estudiantil y comenzar a adquirir más responsabilidades. Tenía una necesidad implícita de querer más, pero por otro lado temor a todo lo desconocido y lo nuevo, y eso me provocó inestabilidad. Fue en ese momento que comencé a hacer uso del aceite y me provocó un efecto favorable en cuanto a poder calmarme, dormir y descansar. Ahí tuve mi primera revelación del aspecto medicinal del cannabis”.
CUATRO ALMAS
Damián Domínguez es uno de los fundadores de 4 Almas, un club de cultivadores de Trelew que produce cannabis medicinal utilizando la técnica de hidroponía para sus cultivos.
La ONG comenzó a gestarse a principio de 2021, entre un grupo de amigos: Damián, Horacio Sabatini, Walter Daniel Ferreyra y Mauricio Usante.
“Nosotros fuimos quienes iniciamos esta idea fundadora. A principios de 2021 comenzamos a conversar con Horacio sobre el registro y la normativa. Hasta ese momento no estaba muy empapado de lo que era el marco regulatorio, pero a partir de ahí empecé a interiorizarme y a querer ver qué se podía hacer. Ahí surgió esta idea y dijimos ‘emprendamos, va a ser un lindo desarrollo’ porque aparte es un proyecto personal, una linda zanahoria para ir persiguiendo”.
Las asociaciones civiles de este tipo, más allá de los miembros fundadores, necesitan una cantidad base de socios activos y adherentes. En la actualidad, 4 Almas está compuesta por 7 socios fundacionales y más de 35 socios adherentes que afrontan el proceso productivo de sus cultivos.
“Esta semana cumplimos un año desde que tuvimos el marco legal ya cerrado con firma de estatuto y todo lo demás. Lo que buscamos es simplificar los pasos para garantizar el acceso a tratamientos con fines medicinales, terapéuticos y paliativos”.
Lo distintivo de este club que tiene autorización del Ministerio de Salud para funcionar como ONG, de la salud enmarcada dentro del Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN), es la técnica que utiliza para su producción: la hidroponía.
“Horacio es el mago verde e insistió en que era algo novedoso, que era lo que se viene y que iba a tener muchísimo crecimiento a largo plazo”, cuenta Damián en relación a cómo se sumergieron en esta técnica que se utiliza en la producción hortícola. “Él ya venía desarrollando cultivos propios y ya venía investigando, porque a todo cultivador le pasa que a veces con lo que puede llegar a cultivar en un departamento o una casa no es suficiente. Entonces tuvo una primera experiencia con hidroponía y encontró una forma de cultivo que le da mayor volumen a la producción final. Realmente es algo novedoso, porque la producción hortícola ya desarrolla cultivos de este tipo y es muy productiva. El volumen de crecimiento en agua es mucho mejor que en lo que se denomina sustrato en la industria del cannabis, y es un sistema recirculante donde nosotros controlamos todo lo que es temperatura, humedad, conectividad, cómo se alimenta la planta. Entonces resulta más eficiente”.
Para comprender lo que dice Damián es necesario entender el proceso de una planta de cannabis. Un cultivo indoor requiere cuatro meses de crecimiento desde la germinación hasta que el fruto esté en óptimas condiciones de ser utilizado. “Y una vez que se seca y está disponible para su utilización, se pierde más o menos entre 75 y 80% del peso que tiene al momento de corte”, indica Damián.
Sabiendo esto, Horacio buscó la forma de aumentar el volumen de producción optimizando espacios y en la hidroponía encontró la técnica adecuada.
DE LA IDEA A LA PRÁCTICA
Para funcionar en forma adecuada, el club levantó su propia sede social y productiva, desarrolló una estructura de cultivo y adquirió equipamiento.
En 4 Almas se producen desde aceites hasta cremas que luego se entregan a los socios adherentes que lo solicitan por pedido de su médico. Damián lo explica en forma sencilla. “Somos cultivadores solidarios que cultivamos para aquellas personas que no saben, no quieren o no tienen el espacio para desarrollar cultivos. Además de proveer a su necesidad y producir el cultivo que nos delegan, los empezamos a educar, que entiendan que esto no es un quiosco, ni un vínculo ‘vos te llevás, yo te doy’, sino que va más allá; que se interioricen, que se eduquen y analicen qué le puede resultar beneficioso a partir de lo que les recetó por una patología su médico. Hay personas que se confunden en lo que hacemos. Me han llamado para preguntarme '¿Vendés cuete?’ y yo le digo, ‘no disculpa, no hago eso’, por eso siempre intento que la persona primero se informe”.
El club cada cierto tiempo suma nuevos adherentes, un proceso complejo y que no siempre cuenta con vacantes, ya que a mayor cantidad de socios, mayor es la producción, el trabajo y espacio que se necesita para poder realizar los cultivos.
Damián admite que es “no fácil abrir el espacio a nuevas personas”, porque primero que nada hay que confiar en el solicitante. “No es algo fácil, lleva un ejercicio y debe ser considerado por el total de todos los socios activos, siempre sujeto a nuestro reglamento interno. Hace unos meses intentamos abrir el club para que la gente conozca lo que hacemos, pero en marzo ingresaron por el techo y nos robaron 15 plantas que estaban vegetando, lo que no sirve para nada. Fue generar un daño, nada más. Entonces tratamos de hacer más personal al contacto para luego tomar las decisiones de que puedan ingresar. Es un ejercicio bastante institucional, no es artesanal para nada. El que no entiende nuestro proceso lamentamos que no pueda formar parte. Pero si hay una solicitud y cumplimenta nuestros requisitos y respeta nuestros procesos habilitamos la parte de que se asocie a la institución cuando podemos ampliar el cupo”.
Los integrantes de la asociación día a día se siguen capacitando y buscando la forma de ampliar el funcionamiento de esta ONG. Por eso participan de congresos, mantienen reuniones con referentes de salud y también se involucran en el crecimiento institucional de este tipo de asociaciones.
Recientemente Damián asumió como secretario de la Federación de Clubes de Cannábicos Argentinos, entidad que la última semana firmó su estatuto, un gran paso en este reconocimiento de derechos que el Estado dio al cannabis y su conjunto. “Se estima que va a haber más de 70 clubes, lo que es muy bueno porque es un ámbito de representatividad de todas aquellas necesidades y demandas, y también protección de derechos de quienes estamos enmarcados en estos desarrollos. Creo que estamos en un buen momento donde se van a ir cumpliendo esas metas que uno va teniendo, esperamos que no haya una regresión, una limitación a estos derechos adquiridos, porque lo que está mostrando la clínica es que el cannabis en el cuerpo de las personas y los animales genera muchos beneficios que en algún momento no lo supimos ver pero que hoy en día con el desarrollo científico ya están comprobados”, sentencia el hombre que encontró en el cannabis una cura y ahora, junto a un grupo de amigos, ayuda a otros cultivadores a encontrar la medicina más apropiada para su cuerpo.