Son casi las nueve de la noche, Mariano recién sale de uno de sus estudios y transmite una energía que contagia. Recuerda a su Comodoro, cuenta que dentro de poco vendrá a sus pagos y no oculta su entusiasmo de poder compartir un poco de su historia; ese camino a Buenos Aires que lo terminó llevando por un mundo totalmente diferente al que pensaba que se iba a dedicar.

Mariano Berguio es el fundador de “Quiero mis cejas”, una marca de depilado de cejas y pestañas que atiende a las celebrities argentinas, desde Lali Espósito a Emilia Mernes, la China Suárez, la Sole, Vero Lozano, entre otras.

El comodorense admite que está feliz, hace lo que le gusta y llegó a lugares impensados gracias a su profesión, aquella que descubrió una vez que se mudó a Buenos Aires, tal como cuenta al repasar su historia con ADNSUR. 

“Yo soy nacido y criado en Comodoro, estudié en el Martín Rivadavia y cuando terminé me vine a estudiar Publicidad. Era la excusa para poder venirme a Buenos Aires. Me gustaba el tema del marketing, la parte creativa, pero por hacer algo empecé a hacer un curso de maquillaje y me gustó. Me empezó a ir bien, dije ‘vamos por ese lado’ y me terminó abriendo las puertas a las cejas, el mundo que amo”.

Mariano se fue a Buenos Aires a estudiar Publicidad, pero terminó incursionando en el maquillaje y luego se volcó al mundo de las uñas.

Mariano tenía 18 años cuando hizo su primer curso básico de maquillaje. Sin embargo, no sabía que el destino lo iba a llevar a convertirse en un profesional del rubro. “Me empezó a ir bien con el maquillaje y pensé ‘es donde me siento más cómodo’. Empecé a trabajar con otras marcas, así que abandoné la carrera y la verdad me encanta, me abrió un montón de puertas”, admite.

El maquillador hizo cuanto curso pudo para poder crecer en el mundo de la belleza. Intentó con efectos especiales, pero no le gustó y también hizo un curso de maquillaje de novias. Sin embargo, su despegue lo encontró en un evento de L'Oréal, donde maquilló por primera vez a una famosa; la modelo y conductora, Pia Slapka.

“Hoy es mi amiga del alma pero la conocí maquillando para un evento. Después también maquillé a Jesica Cirio y ahí fue que comencé a crecer por el boca a boca”.

Mariano junto a Pia Slapka, con quien formó una relación de amistad que traspasó el plano profesional.

Ser predispuesto y bondadoso siempre da resultado, y Mariano lo sabe. Cuenta que siempre depilaba a quienes maquillaba para mejorar el trabajo. Sin embargo, con ese pequeño detalle terminó encontrando un rubro que lo atrapó.

“Cada tanto a las modelos o conductoras que maquillaba le sacaba algún que otro pelito de la ceja porque se veía más lindo o porque en la televisión, con esto del HD, también se ve. Entonces pasé de maquillarlas para algún evento o algún programa, a que me pidieran que les hiciera las cejas sin maquillarlas. Así empecé con esto, y cada vez le di más atención y empecé a capacitarme, porque hay un mundo detrás de las cejas”, dice con seguridad.

Mariano ha maquillado y trabajado con diferentes celebridades argentina, entre ellas Tini.

En la actualidad el mercado de las cejas y pestañas tiene tantas adeptas como quienes se hacen las uñas, las nuevas tendencias estéticas de los últimos 10 años. Sin embargo, cuando Mariano empezó el camino era incipiente y estaba todo por hacerse.

“Hoy creció mucho el mercado de la belleza dentro del rubro de cejas y pestañas, servicio que sumamos hace tres años; pero hace 10 años cuando arranqué con las cejas a la par del maquillaje no existía nada relacionado a esto, ni siquiera había maquillaje para cejas. Yo siempre todo lo hice en base a lo que iba viendo, pero vi un curso en España y pude ir. Así empecé a hacer cursos; la mayoría los hice en el exterior y me permitía venir con todo lo nuevo del mundo de las cejas”.

En julio, Quiero mis Cejas cumplirá 10 años de su apertura. Hoy son dos estudios ubicados en pleno Palermo, con más de 8 personas atendiendo a las clientas que llegan. Sin embargo, no siempre fue así. Los inicios fueron desde abajo, Mariano recibiendo a sus clientes en su domicilio o yendo a la casa de ellos. 

Cuenta que durante muchos años continuó haciendo maquillaje y cejas en simultáneo. Sin embargo, hace tres años, en pandemia, eligió y desde entonces fue todo crecimiento. 

“Hoy me dedico específicamente al mundo de las cejas y me encanta. Tengo dos estudios y un equipo de gente trabajando en cejas y pestañas. Pero fue toda una decisión abrir el estudio. Siempre confié en lo que hice, tenía el respaldo de que trabajaba con famosos y ellos me elegían y me empezaban a publicitar y veía que esto crecía, así que dije ‘hago la inversión de hacer un estudio únicamente de cejas’ para dedicarme a esa zona que es tan amada y temida por todos, porque hay mucho tabú con eso, hay gente que tiene miedo que la lastimen”.

Jesica Cirio, fue una de las primeras famosas maquilló. El boca a boca fue fundamental para hacerse un lugar en el mundo de la estética.

Mariano se siente agradecido por este presente, porque como cuenta, siempre le gustó lo artístico y la parte creativa. “Es una característica de mi persona, pero no pensé que lo iba a desarrollar de esta manera. A Comodoro estas cosas no llegaban, entonces fue todo un descubrimiento. Por suerte hoy hay mucho trabajo y esa es la parte linda. La situación económica del país no es la mejor y sabiendo que priorizan este servicio, que no es algo indispensable, a mí me pone muy feliz, también por poder dar trabajo a las personas, poder trabajar de lo que me gusta y que la gente me elija. La verdad soy un agradecido”, dice con orgullo.

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Del Instagram de mariano.berguio

Dentro de poco Mariano volverá a su ciudad de vacaciones. Esta vez no dará cursos como hizo en algún momento, pero se reencontrará con sus afectos y seguramente soñará con concretar aquel deseo que pensó más de una vez. “Me encantaría tener un local en Comodoro, tengo un montón de gente conocida y un amor por la ciudad muy grande. También me permitiría llevar un poco de lo que hago a mi tierra. Pero la verdad estoy contento, porque tuve la suerte de estar con las personas correctas, en el momento indicado”, dice este joven que en plena pandemia decidió tirarse a la pileta, apuntar a un solo rubro y seguir creciendo en la ciudad donde pudo desplegar su parte más creativa, todo gracias a la publicidad, aquella excusa que encontró para irse a Buenos Aires.

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