Estudiantes de una escuela de Comodoro plantaron árboles en la institución y ahora sueñan con poder instalar y desarrollar el riego automático

“Los chicos tienen una energía increíble” dice María Florencia Saavedra y no puede ocultar sentirse orgullosa de sus estudiantes de quinto año, quienes plantaron árboles y plantas nativas en el marco de un proyecto educativo que busca darle más verde a la escuela. 

Se trata de los estudiantes de Escuela 742, “Ciudad del petróleo” de barrio Las Orquídeas, quienes, en octubre, en el marco de materia Química Orgánica, llevaron adelante el proyecto educativo. 

Saavedra asegura que esto sirve para trabajar el sentido de pertenencia de los chicos. La docente hace 7 años que trabaja en la institución y se siente feliz por el trabajo realizado. 

“Estoy muy contenta, porque los chicos estuvieron muy comprometidos”, dijo a ADNSUR. “Dentro de la materia vemos todo lo que es la contaminación ambiental y veíamos la importancia de sembrar árboles, tener cultivos y vimos la necesidad de un pulmón verde ya que en la escuela predomina el cemento, entonces se elaboró un proyecto “Forestar Nuestra Escuela” y como primer actividad se realizó la limpieza de un cantero que tenemos en el frente de la institución y la verdad me sorprendieron porque el día que lo hicimos demoraron menos de una hora en dejar el cantero impecable y se mostraron muy comprometidos”.

El proyecto contó con el trabajo de toda la comunidad educativa comenzando con la directora: Patricia Orquera, la vicedirectora Virginia Reyes y la Asociación Cooperadora de la escuela, pero también se sumó la Municipalidad de Comodoro Rivadavia por pedido de la vecinal del barrio y la Subsecretaría de Ambiente, a través de la ingeniera Forestal Tania Figueroa, quien instruyó y enseñó los modos de realizar la tarea y los cuidados de las plantas.

Precisamente la Municipalidad donó las plantas nativas, árboles, tutores y tierra negra. Así los chicos plantaron desde botón de oro a lavanda.  En total participaron tres cursos. Los chicos llevaron compos, herramientas, rastrillos, e hicieron los pozos y las plantaciones. Mientras que un vecino también donó compos.

Ahora el objetivo es ir por la segunda parte del proyecto y lograr la automatización del riego.  “Sería algo muy bueno, sobre todo en verano cuando no hay chicos en la escuela. Aparte porque se optimiza muchísimo, utilizás una cantidad muy inferior de agua cuando regás con manguera que se disipa muchísimo la humedad debido al viento y el sol. Es una idea que tenemos, la escuela se especializa en informática y los mismos chicos podrían hacer la instalación como parte de un proyecto”, dice Saavedra al respecto.

Lo cierto es que más allá del riego, a la docente le gustaría que la iniciativa se replique en otras escuelas de la ciudad, para que los chicos conozcan las plantas de la Patagonia. “Además genera en los chicos sentido de pertenencia, porque nunca te olvidás cuando plantás y cuidás un árbol, cuando luego disfrutás su sombra en un lugar y lo ves crecer. Considero que es súper valioso que se enganchen con algo así”, sentenció, invitando a otras escuelas a replicar esta iniciativa.