Si dudaste hace dos semanas en aprovechar esa notebook que estaba en oferta, perdiste. Y si hoy la ves todavía al mismo precio de ese momento, no deberías dudar más, porque va a aumentar. En los últimos días, los precios empezaron a subir entre un 7,5 y 10%, producto del encarecimiento del dólar, a partir de la aplicación del impuesto PAIS sobre el dólar que se utiliza para importar.

En el caso de las licencias de software, la cosa será más notoria, porque en todo lo que refiere a servicios la recarga será de un 25%. La novedad, que impactará sobre precios de productos y servicios, a excepción de algunos elementos específicos, forma parte del decreto 377 que impulsó el ministro Sergio Massa, en el marco del “preacuerdo” con el FMI.

Se trata, en definitiva, de una devaluación parcial, aplicada a determinados sectores, para evitar los efectos de una devaluación general, aunque el efecto en precios será inevitable. No sólo en productos informáticos, sino electrónicos en general y hasta en electrodomésticos, a decir de especialistas locales que comenzaron a evaluar los alcances.

El efecto del dólar más caro para importar, con subas de entre 7,5 y 10%, ya comenzó a notarse en algunas listas de precios. Foto: Mario Molaroni.

Como todo “parche”, la medida no deja conforme  a nadie, pero es la estrategia del gobierno para llegar a las elecciones primarias del 13 de agosto. Mientras tanto, la inflación de agosto sumaría un nuevo impulso, por sobre el ritmo que traía y que en los últimos dos meses había mostrado una desaceleración.

IMPACTO EN INFORMÁTICA Y ELECTRÓNICOS

El nuevo tipo de cambio afectará una serie de productos y servicios, a excepción de algunos elementos, como los que se requieren para combatir incendios, medicamentos y elementos de la canasta básica alimentaria. Por lo demás, el impacto será bastante generalizado y la actividad petrolera, por ejemplo, tendrá nuevos cimbronazos por tanto por los equipos y productos químicos específicos, como también por la tecnología informática que requiere.

Informáticos y electrónicos en general se ven alcanzados por la suba del dólar para importar, ya sea el producto final o componentes internos. Foto: Mario Molaroni.

Uno de los sectores que ya comenzó a reflejar las alícuotas impositivas para la compra de dólares para importar es el de los productos informáticos.

“Ya las nuevas listas de precios están afectadas por esos aumentos –precisó Alfredo García, referente del sector y ex presidente de la Federación Empresaria de Chubut-. Hay una gran incertidumbre y hasta un mareo en la cadena de compra y venta de este tipo de productos. Pero además, nuestro sector tiene incidencia en todos los sectores que utilizan productos electrónicos, por lo que el problema es generalizado”.

A partir del decreto, los precios ya comenzaron a trasladar el enrarecimiento del dólar para la importación, “en lo que son productos, como una notebook, la variación es de entre el 7,5 y el 10%. Y en los servicios, que incluye por ejemplo a la licencia de software, la suba es del 25%”, refirió García.

No hay novedad en la suba de precios, que vienen incrementándose al ritmo de una inflación promedio del 7% mensual en lo que va del año. Lo que ahora se sumó es un nuevo componente para ese encarecimiento, que además se vincula a las dificultades para obtener las autorizaciones para importar, tanto productos como servicios, que ante la escasez de dólares provocan una reducción cada vez más notoria de estos elementos.

“Todo este tipo de medidas, que cambia permanentemente las condiciones de trabajo, lo único que genera es incertidumbre y eso es lo que provoca gran parte de la inflación que tenemos –añadió García-, porque los comerciantes buscan cubrirse frente a la falta de claridad que hay en cuanto a los costos reales de los productos que uno debe comercializar. Lamentablemente, lo pagamos todos “.

En artículos ensamblados en Tierra del Fuego, el impacto de la generalización del impuesto PAIS en el dólar dependerá de la incidencia de componentes importados.

El nuevo impuesto para la compra de dólares de importación incluye también a los productos que ingresan por Tierra del Fuego, lo que afecta a los insumos de equipos informáticos que se ensamblan en esa provincia. Si bien el traslado a precios no debería sería lineal, porque no son totalmente importados y contienen componentes locales, como la mano de obra y otros insumos, esos equipos también tendrán una suba, dependiendo de la incidencia de los componentes importados.

OTROS IMPACTOS

El alcance del impuesto PAIS sobre los dólares que se necesitan para importar será tan amplio como la gama de productos que provienen del exterior. El efecto podrá notarse por ejemplo en neumáticos importados, como otros componentes que componen el rubro automotor.

En relación a los precios de los vehículos, hubo informaciones en la última semana que habría también una variación a partir del movimiento del dólar ‘blue’, que en la última semana volvió a subir, acumulando un 11% de suba durante el mes de julio.

Sin embargo, desde una concesionaria de Comodoro confiaron en que aún no se registró ese tipo de movimiento en los precios, relacionados al dólar paralelo, pero sí en los que son importados por fuera del Mercosur, con un 7,5% de incremento. No está claro aún si también las unidades fabricadas en Brasil se verán alcanzadas por el impuesto PAIS sobre el dólar.

Los vehículos importados también subirán su costo por el impuesto PAIS sobre el dólar. Foto: Motor1.com

Los autos  y camionetas fabricados Argentina, por otra parte, reflejarán esas subas en proporción a la cantidad de componentes importados que contengan en su producción, por lo que en las agencias consultadas no había aún precisiones sobre la incidencia de las nuevas medidas, más allá de la actualización de precios mensuales, a un ritmo de entre el 5 y 7%.

“La suba del dólar ya es común, de a poco o en forma abrupta, pero esto viene pasando cada tanto –confiaron desde una agencia de venta de usados-, pero no incide mucho en el movimiento del mercado. Aunque haya subas, la gente no deja de comprar, particularmente acá en Comodoro, porque el vehículo sigue siendo un resguardo del capital. El vehículo usado actualiza su valor un poco por encima del dólar, por eso conviene más tener un auto, más allá de los gastos de mantenimiento, que guardar los dólares”.

De todos modos, nadie celebra la ‘montaña rusa’, ya que el reclamo común que se escucha es “un poquito más de estabilidad”, ya que a veces hay variaciones de precios en cuestión de horas, lo que genera incertidumbre al momento de reponer stock, cualquiera sea el rubro de comercio. En algunos casos se opta por no vender, lo que en definitiva termina provocando también nuevas subas de precios.

RETROCESO DEL SALARIO MÍNIMO EN EL ÚLTIMO AÑO

En resumen, las recientes medidas traen nueva presión sobre los precios, que de por sí tuvieron una fuerte aceleración en el último año. Un reciente informe del Observatorio de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la Patagonia evaluó, por ejemplo, cómo retrocedió el Salario Mínimo Vital y Móvil frente a la canasta básica en Comodoro Rivadavia.

“El salario mínimo vital y móvil se creó en el año 1974 y era la remuneración necesaria para una familia, en base a una jornada legal de 40 horas de trabajo semanal, para asegurar la compra de alimentos, gastos de vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión”, recordó el economista Alejandro Jones, integrante del Observatorio.

Hoy, esos objetivos resuenan lejanos y el SAMIVyM es sólo una referencia general, que se toma en cuenta por ejemplo para fijar el piso de las jubilaciones mínimas y un valor por debajo del cual no debería estar por debajo ningún salario, pero queda lejos de aquellos fines con los que fue creado. Sin embargo, su utilidad como instrumento de medición para la economía sigue fuera de discusión.

El índice mide el valor del salario dividido por el costo de la canasta básica alimentaria.

 “La capacidad de compra del salario mínimo tuvo una caída significativa, porque bajó desde un índice de 65 a 55, lo que significa una reducción del 18%, entre octubre de 2019 y julio de 2023”, explicó Jones.

El índice surge de dividir el valor nominal del SAMIVyM, que evolucionó desde un valor aproximado de $8.000 en 2015, hasta $87.987 en junio de este año, por el índice índice inflacionario, lo que permite determinar la pérdida del poder adquisitivo en términos reales.  Recientemente se anunció una suba, hasta los $105.500 en julio, para elevarse a $112.000 en agosto y $118.500 en septiembre.

Para saber si esos montos logran recuperar poder de compra frente a la inflación, habrá que esperar a conocer la evolución de la canasta básica de esos meses, teniendo presente que en junio alcanzó los $115.000. 

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