“A mi siempre me gustó ayudar”, dice María Aylén Capurro al recordar cómo fue que decidió ingresar a la Regional para ser aspirante de Bomberos Voluntarios. La joven es una de las tantas rescatistas que hay en Comodoro Rivadavia, una labor solidaria y voluntaria que por estos días muchos jóvenes realizan.

La vida en el Cuartel: tiene 27 años, es bombera y conduce el autobomba en cada emergencia del Destacamento 2

María presta servicios en el Destacamento 2 de Kilómetro 8, y en el marco del Día del Bombero Voluntario, que se celebra este viernes, se animó a contar a ADNSUR cómo es su trabajo en el Cuartel. 

María creció en Palazzo, estudió en la escuela 61 de Ciudadela y en Biología Marina y asegura que siempre le gustó ayudar. Sin embargo, descubrió su vocación cuando estudiaba en la Universidad, en Córdoba. En esos tiempos de odontología y libros, formaba parte del voluntario de la casa de altos estudios y una catástrofe la llevó a conocer de cerca el trabajo de los bomberos. 

“A mi siempre me gustó ayudar, desde chica, y cuando fui a estudiar odontología a Córdoba estaba en el voluntariado de la universidad. Justo ese año pasó la inundación de Río Ceballos y fuimos a prestar asistencia porque a las casas prácticamente se las llevó el agua. Ahí ví el trabajo de los bomberos y defensa civil, y fue un conjunto de cosas que me hicieron que me interesara en ayudar”.

María cuenta que le quedó picando la idea de sumarse a bomberos voluntarios. Por eso, cuando regresó a Comodoro decidió que era momento de cumplir esa meta. Así, en 2016, mientras cursaba Medicina, se inscribió para la Regional 3 de Bomberos Voluntarios.

La joven finalmente quedó destinada en el Destacamento 2, la unidad que se encuentra más próxima a su barrio, donde es una de las dos mujeres que presta servicio en esa jurisdicción.  

La vida en el Cuartel: tiene 27 años, es bombera y conduce el autobomba en cada emergencia del Destacamento 2

A lo largo de estos seis años ha acudido a diferentes siniestros, desde accidentes de tránsito hasta incendios de magnitud. Sin embargo, su mayor orgullo es ser parte de aquellas mujeres que siguen abriendo puertas en la institución, tal como hicieron las más antiguas.

Con orgullo María cuenta que junto a su compañera fueron las primeras dos mujeres que salieron a una emergencia en soledad, algo impensado hace unos años. Fue un incendio en Diadema Argentina, a donde acudieron juntas, marcando un precedente en la institución.

Pero la joven también forma parte del grupo de mujeres que conducen las unidades en emergencia, una práctica que comenzó a darse en los últimos años.

La joven se siente orgullosa de esta labor, por todo lo que significa. “Esta bueno el reconocimiento de poder hacer la actividad y demostrar que también la mujer puede manejar un camión de estas características. Mujeres somos poquitas. Somos alrededor de 27 mujeres en todos los destacamentos, abundan más los hombres, pero de a poco vamos siendo más". 

La joven admite que al principio se ponía nerviosa cuando llamaba la emergencia. Sin embargo, hoy es diferente: "Me subo al camión y te olvidás. Es una responsabilidad llevar a mis compañeros y lo lindo es que confían en mí, porque siempre hay que mantener la calma y sentirse seguro, porque llevás un camión con mucha agua y material humano”.

Por supuesto, María también brinda apoyo en cada incendio. A veces al lado de la bomba por su rol de conductora y otras veces colaborando con el fuego luego del ataque rápido. Asegura que no siente miedo, y que siempre tuvo el apoyo de su papá, quien se siente orgulloso de tener una hija bombera. 

María en acción en medio de las llamas.
María en acción en medio de las llamas.

También sabe que es un oficio donde muchas veces no reciben un gracias y donde la práctica termina haciendo al profesional. “Esto es así, salir bastante es lo que te va formando, eso te hace ser un mejor bombero. Yo hago de todo, hice reemplazo de cuartelero en vacaciones y muchas veces me quedo en la guardia. Es importante, porque siempre tiene que quedar alguien en la guardia por si llega a pasar otra cosa para poder contestar esa emergencia y activar el rol de bomberos. Pero la verdad es algo lindo, como que lo sentís. Escuchás la sirena y necesitas ir, porque uno entró para eso, para ayudar a las personas”, dice la joven que conoció el oficio en una catástrofe y se animó a ponerse el overol para ayudar a su comunidad, un oficio de mucho valor que todo el mundo agradece.

La vida en el Cuartel: tiene 27 años, es bombera y conduce el autobomba en cada emergencia del Destacamento 2
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