Argentina llegó a Qatar, ahora que nos aguanten
Los fantasmas quedaron afuera del estadio 970 hoy: la selección debía ganar y lo hizo con sus armas: 2-0 a la Polonia de Lewandowski y el durísimo Szczęsny. El fútbol fue esta noche el protagonista de la jornada en Qatar y, cuando eso es así, Argentina sonríe.
Ya habíamos dicho en esta columna que la selección tendría hoy dos rivales, Polonia y los nervios producto del avance del tiempo. A ellos se les sumó el penal malogrado por Messi y atajado por Szczęsny, que ya había tapado otro frente a Arabia Saudita. Parafraseando a Pity Álvarez, acaso uno de los músicos más influyentes de los últimos 30 años del rock de este país, el incendio estuvo cerca y Argentina no se quemó sin antes dejarlo todo.
El escenario del entretiempo hubiese sido el predecesor a una catástrofe hace unos años, pero no lo fue hoy. Es que cuando uno quiere entender el liderazgo de Scaloni ante este grupo de hombres, debe fijarse en el convencimiento. A posteriori, el transitorio empate con el que terminó el primer tiempo, lo hubiese dejado afuera a Argentina debido a la victoria mexicana en Lusail, sin embargo, los futbolistas argentinos no se desesperaron y siguieron creyendo en lo pedido por el entrenador de Pujato. Terminada la primera mitad, sabían que el gol estaba al caer. Y cayó.
“Hoy, por fin encontramos lo que somos”
Hablemos del juego
Como a Polonia el empate lo clasificaba (e incluso la derrota también lo terminó haciendo), no era difícil de especular que el conjunto europeo esperaría los embates argentinos con una ordenada tranquilidad. La albiceleste inclinó la cancha desde el primer minuto y Dibu Martínez prácticamente no tuvo trabajo en todo el encuentro. La férrea defensa polaca fue permisiva por las bandas e intentó que el equipo de Scaloni tirase centros para ganar fácilmente los duelos aéreos, pero la trampa albirroja no resultó.
Con Messi de falso 9; con Julián Álvarez tirando diagonales de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro; con Di María fuerte en el uno contra uno; con un Mac Allister correctísimo, asociativo y líder en las ausencias de Messi; con un De Paul recuperado, distributivo (más a los costados, que hacia adelante); con un Enzo Fernández fantástico, director, recuperador, asociativo y rompedor de líneas; con laterales que cumplieron; con la buena vuelta del Cuti Romero y con Otamendi en decididamente el mejor momento de su historia en la selección Argentina; el equipo de Scaloni aprovechó todas las libertades que su par polaco le dio.
La albiceleste tocó y tocó. La disposición de ambos equipos le permitió hacerlo a todas las alturas, Polonia expectante y Argentina llena de opciones de pases por todos lados gracias también a la movilidad de sus atacantes. Tanto es esto así, que ambos goles llegaron tras el largo amasado de los encargados del fútbol de nuestra selección. De atrás hacia adelante y de lado a lado, Alexis Mac Allister, liberado para pisar el área como en su etapa en Argentinos Juniors, llegó en primera instancia y Julián Álvarez, tras 25 pases, sentenció el encuentro que le hizo a Messi decir lo que dijo en el final.
El partido de Enzo Fernández fue de los que marcan carreras y separan a los buenos de los elegidos. Transformó los nervios de la disputa perdida con Lewandowski y los pases errados en los primeros minutos, en convicción y un juego soberbio. Y eso solo lo hacen los muy buenos. Su segundo tiempo fue altísimo. Cuando se soltó con el ingreso de Paredes creció más aún. Por otra parte, habrá que estar atentos a lo que suceda con Di María, que salió con una molestia en el segundo tiempo. Pero el equipo está. Es por acá.
Argentina volvió a ser el de los últimos tres años y medio. Necesitó el zamarreo saudí, pero volvió. Hagamos un breve repaso: Durante los 270 minutos disputados por Argentina en el mundial, han estado bajos al menos en algún momento, Lautaro Martínez, Paredes, ambos laterales derechos, De Paul e incluso Messi. Todos baluartes del campeón de América. Traspié mediante, Scaloni le encontró la vuelta a la primera fase con variantes y con fútbol. Liderazgo y gestión de recursos.
Tras un dubitativo comienzo, la selección cumplió su objetivo: primera y en octavos. El cuadro que lo espera no es fácil, pero no hay que tener miedo en concluir que es favorable. Una selección con las pretensiones argentinas debe ganarle a Australia y al ganador de la llave entre Estados Unidos y el debilitado Países Bajos si quiere ser campeona de la Copa del Mundo. La mesa está servida, Argentina llegó a Qatar, ahora que nos aguanten.