El «Papa» Álvarez juega el partido más difícil de su vida
A pesar de la dura enfermedad que está atravesando, se ríe porque todas las camisetas de Huracán le quedan grandes. Juega al fútbol con sus dos nietos como lo hacía en los Nacionales y bromea con las enfermeras porque le dicen el «Indio patagónico». Pasta de Campeón se juntó con el Mariscal y habló a corazón abierto.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Además de la melancolía que viene con el pack de los recuerdos, lo antiguo tiene su grado épico, artesanal, heroico y hasta, muchas veces, exagerado. Quizá porque fue lo primero, porque no fue acompañado de la tecnología ni del conocimiento actual o porque simplemente pasó. Todo es válido y, a la misma vez, cuestionable. Pero en este caso sí fue así: épico, artesanal, heroico y exagerado.
Los futboleros comodorenses que nacimos después del 80 fuimos mamando la rica historia de la pelota petrolera. Más allá del primer campeón, el Nacional FC -hoy Jorge Newbery-, las máquinas arrasadoras de Tiro Federal, Florentino Ameghino y Talleres Juniors o el Comferpet -Petroquímica- del 65, el ambiente nos metió en la cabeza los tres Nacionales (71, 74 y 76) que disputó Huracán, una de las mayores hazañas que tiene la región por los enfrentamientos contra los grandes del fútbol argentino como Independiente, San Lorenzo y River Plate, y la talla de sus jugadores como Ricardo Bochini, Claudio Marangoni y Norberto Alonso.