En Comodoro, cerca de 7 de cada 10 niños son pobres y no pueden comer por la crisis económica

Este martes, un informe de UNICEF publicó que más de un millón de chicos se acuestan cada noche sin haber cenado, y la cifra total de menores que se saltan comidas a lo largo del día llega a 1,5 millones. 

En ese contexto, Carlos Barria Oyarzo, titular de la oficina de Derechos y Garantías de la Niñez, Adolescencia y Familia, señaló que el panorama nacional de que “7 de cada 10 niños son pobres, se ve reflejado en nuestra realidad cotidiana de la ciudad”. Además, “4,5 millones de adultos que pertenecen a esas familias también se saltean comidas para garantizar la alimentación de sus hijos o hijas”.

Ante este dato desolador, Barria Oyarzo sostuvo que “esto nos debe alarmar, a quienes hacen la política pública, a funcionarios y debe movernos a fortalecer el derecho humano a la protección y a la Seguridad Social”.

Desde la Oficina de Derechos y Garantías, registran un aumento en la demanda ante situaciones que ameritan intervención. Al respecto, señaló que “en lo que va del último año, intervenimos en aproximadamente 200 situaciones, en las que se incluye la problemática de la pobreza que llamamos multidimensional”.

En ese marco, indicó que se trata de “situaciones vinculadas a la falta de vivienda, de recursos económicos, a la falta de acceso al transporte, a la salud, prestaciones básicas en relación a obras sociales, prepagas o con la salud pública”, enumeró.

DATOS DEL ÚLTIMO CENSO

En lo que respecta al último censo, “el 50% de nuestra población de Comodoro Rivadavia se encuentra en condición de pobreza”. Sobre ese total, 65.130 son niños, niñas y adolescentes de hasta 19 años.

En Comodoro Rivadavia, “en diciembre del 2023 el 41% de los niños y niñas eran pobres. En 2024, la cifra escaló a más del 50%”, precisó.

POBREZA MULTIDIMENSIONAL

Barria Oyarzo destacó que “cuando decimos que la pobreza es multidimensional, está vinculado a otros derechos que se vulneran”. Y en ese sentido, indicó que “cuando vemos la restricción económica en los ingresos familiares, también vemos por ejemplo que se deja de asistir a consultas mécicas y de comprar medicación”.

En esa línea, informó que “el 9% refiere haber dado de baja la adscripción a prepagas y pasar a las obras sociales o a la salud pública” y agregó que, “también esta encuesta nos da datos sobre personas o familias que comienzan a utilizar la tarjeta de crédito o préstamos o fiados para poder costear los alimentos”. 

De esta manera, remarcó que “no es sólo la cuestión de los ingresos económicos y el acceso a la alimentación, sino otros accesos a derechos que se ven vulnerados por la falta de ingreso económico”. Esto se suma al agravante de que “en la niñez y en la adolescencia es cuando se produce nuestro desarrollo, y eso puede traer aparejado problemas cognitivos y vitales en la vida y en el trayecto de niños, niñas y adolescentes”.

SITUACIÓN EN ARGENTINA

“Vemos una retirada del Estado, sobre todo en esta gestión nacional, en esta falta de financiamiento, de inversión en política pública que es sistemática y es estructural, y se presenta en diferentes áreas”. Y agregó, “no sólo en las políticas vinculadas a la Seguridad Social, sino también en el trabajo en la educación, en la salud y que terminan repercutiendo en quienes más necesitan de nosotros y nosotras en una sociedad, que son los niños niñas y adolescentes, quienes tienen el derecho a la protección y que eso está garantizado -por lo menos en la ley desde la Convención Internacional de los Derechos del Niño- leyes nacionales y normativa local”.

Por último, agregó que “es importante explicitar -en este contexto de recrudecimiento de la pobreza- particularmente en niños, niñas y adolescentes, que no es casual que se discuta la baja edad de imputabilidad, cuando sabemos que estadísticamente la incidencia o la tasa de niños, niñas y adolescentes que están en conflicto con la ley penal es menos del 0.5% del total de niños en Argentina”, cerró.