Innovación en cortinas forestales: el álamo que revoluciona la protección contra el viento en Neuquén
Su adaptabilidad y rendimiento prometen optimizar las cortinas rompevientos en la región.
En la región norte de la Patagonia, donde los vientos intensos desafían la producción agrícola, se implementaron nuevas soluciones para enfrentar este reto. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) presentó el Ragonese 22 INTA, un clon de álamo que promete revolucionar la protección contra el viento, fortaleciendo las cortinas rompevientos esenciales para los cultivos de la región.
Históricamente, los agricultores de la Norpatagonia recurrieron al álamo criollo (Populus nigra ‘Itálica’) y al álamo chileno (Populus nigra ‘Chile’) para crear cortinas que atenuaran la velocidad del viento. Sin embargo, el INTA avanzó en la creación de nuevas variedades que ofrecen mejoras en crecimiento, salud y adaptación a las condiciones locales. El clon Ragonese 22 INTA, junto con el Triplo, fue plantado en una prueba en la chacra del INTA Alto Valle en Guerrico, Allen.
La plantación, realizada en agosto de 2021, utilizó varillones de 2,5 metros de longitud, plantados a una profundidad de 70-80 centímetros con la ayuda de una barreta hidráulica para asegurar un buen anclaje. Esta técnica ha resultado clave para que los árboles resistan las intensas ráfagas de viento de la región. Los primeros tres años han mostrado resultados prometedores: el Ragonese 22 INTA y el Triplo han exhibido un crecimiento notable en diámetro y altura. En 2024, el diámetro promedio del Ragonese alcanzó los 15,7 centímetros, mientras que el Triplo llegó a 17,2 centímetros. La forma de copa estrecha del Ragonese 22 INTA lo destaca como una opción superior para cortinas rompevientos.
Valeria Ponce, del INTA Alto Valle, señaló que, a los tres años, la altura promedio de la cortina fue de 14,1 metros, con algunos ejemplares del Ragonese superando los 14,8 metros. Esta notable adaptación del Ragonese 22 INTA a las condiciones patagónicas refuerza su idoneidad para proteger cultivos en regiones expuestas a fuertes vientos.
Esteban Thomas, otro miembro del equipo del INTA, destacó la relevancia de estas evaluaciones para los agricultores, subrayando que la forma de la copa del Ragonese 22 INTA lo convierte en la opción ideal para cortinas rompevientos. Con una tasa de crecimiento competitiva y una estructura arbórea que maximiza la efectividad, este clon no solo mejora la protección contra el viento, sino que también contribuye a la sostenibilidad agrícola en la región.