La producción de hidrocarburos en Argentina alcanzó niveles máximos en los últimos 20 años, impulsada por el desarrollo del yacimiento no convencional de Vaca Muerta en la provincia de Neuquén. Sin embargo, según un informe de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), a pesar de este crecimiento, la participación del Estado en la renta petrolera dismuyó considerablemente debido a las políticas fiscales vigentes.

El régimen fiscal del sector hidrocarburos se compone principalmente de regalías provinciales, impuesto a las ganancias, y retenciones a las exportaciones. Según ACIJ, estos componentes sufrieron modificaciones que reducen la participación del Estado en la renta del sector. De hecho, mientras que en la década de 2000 las petroleras recibían aproximadamente u$s 3.400 millones anuales en ganancias, en la actualidad esa cifra ha aumentado a u$s 6.700 millones. Paralelamente, los ingresos fiscales se redujeron de u$s 5.400 millones a u$s 2.700 millones al año.

Este retroceso en los ingresos del Estado contrasta con la tendencia observada en otros países de la región, donde la carga fiscal sobre el sector aumentó, permitiendo una mayor apropiación de la renta petrolera. Según ACIJ, "la política de estímulos implementada desde 2014 permitió una reducción significativa en la participación del Estado", lo que generó una pérdida comparativa frente a países como Brasil, Colombia y México.

El rol de las regalías provinciales

Las regalías, decididas por las provincias, son una herramienta para atraer inversiones. Sin embargo, esta política genera disparidades en cuanto a la participación estatal en la renta petrolera. Las regalías se calculan sobre el valor del petróleo "boca de pozo", lo que puede limitar los ingresos en épocas de precios bajos y maximizar las ganancias de las empresas.

A esto se suma la capacidad limitada de las provincias para implementar una política fiscal que responda a los desafíos de la transición energética. Según ACIJ, la mayor parte de los ingresos derivados de las regalías no tiene un destino específico y muchas veces se utilizan para financiar gastos corrientes en lugar de ser destinados a inversiones productivas o sostenibles.

Subsidios y retenciones

El informe también destaca el impacto de los subsidios destinados a incentivar la producción en Vaca Muerta, los cuales, si bien lograron generar empleo y fomentar la inversión en dólares, también redujeron la capacidad del Estado para apropiarse de la renta. Desde 2013, las transferencias directas a las empresas petroleras se han intensificado como parte de esta estrategia.

En cuanto a las retenciones, sufrieron múltiples cambios en los últimos años, lo que ha generado incertidumbre en su aplicación. En 2023, la alícuota de retenciones para la exportación de hidrocarburos fue reducida a cero, en un intento por estimular la inversión extranjera y garantizar el crecimiento del sector.

Con información de El Cronista, redactado por un periodista de adnsur.

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