Miguel Paz era el propietario y panadero del Rey de la Medialuna, la panadería que –dicen- hacía las medias lunas más ricas de Comodoro. Estaba ubicada en calle Alsina, a pocos metros de la avenida Rivadavia, una zona muy transitada. El 17 de octubre de 2008, cerca de las ocho de la noche ingresaron dos personas a cara descubierta, maniataron a la empleada y encerraron a Miguel mientras, a los gritos, le pedían plata. Dinero que no había. Luego se escuchó un disparo y los delincuentes escaparon en una moto.

Pasaron quince años desde que Miguel Paz fue asesinado y –pese a los datos aportados por una testigo y las pruebas recolectadas en el lugar- el caso quedó impune.  Mónica, su ex esposa, sabe que los asesinos están sueltos y caminan por la calle como uno más de nosotros; pero ella logró una gran tarea: perdonar refugiándose en la fe en Dios, el amor por los hijos y así pudo volver a empezar.

La panadería estaba ubicada sobre calle Alsina, a metros de avenida Rivadavia.
La panadería estaba ubicada sobre calle Alsina, a metros de avenida Rivadavia.

Miguel Paz recibió un tiro en la cabeza y su muerte fue instantánea; mientras afuera –sobre calle Alsina- una multitud comenzaba a desconcentrarse tras celebrar el Día de la Lealtad peronista. Había sido un día de fiesta que quedó teñido de tragedia  cuando cayó la tarde.  

“Miguel estaba preparando muchas tortas para el día de la madre cuando ingresaron estas dos personas y maniataron a la empleada con una cinta de embalar, la dejaron en un cuartito donde se hacen los sándwiches de miga y a él lo llevaron atrás, donde estaba el depósito de harina. Le pedían plata y él les decía que no tenía.  Él vio el arma, Miguel era una persona muy inteligente, si hubiera tenido dinero se lo hubiera dado antes de recibir un balazo en la cabeza”.

Mónica estaba en su casa cuando recibió un llamado telefónico que le confirmaría lo peor. “Minutos antes de que sonara el teléfono sentí como un frío que pasó por detrás mío. Siempre se lo cuento a mi hijo, que en ese momento tenía 9 años.  Sentí que él se vino a despedir a casa”. Mónica corrió hasta la panadería “como nunca imaginé que podía correr”.

Miguel y Mónica tenían dos hijos de 16 y 9 años en el momento del homicidio.
Miguel y Mónica tenían dos hijos de 16 y 9 años en el momento del homicidio.

Ese día su hijo tampoco había pasado por la panadería como siempre lo hacía. “A la salida de la escuela comía alguna facturita, tomaba el té, esperaba a su papá y después se iban juntos a casa.  Gracias a Dios ese día no fue así, sino él hubiera visto todo o hubiera sido víctima también”, piensa Mónica.

Según las publicaciones periodísticas consultadas, esa semana se habían registrado más de diez asaltos en la ciudad y en todos los casos los delincuentes utilizaron armas. El hecho más violento fue el de la panadería “El Rey de la medialuna” y el botín más grande lo reportó el robo de 800.000 pesos a un empresario al que secuestraron en pleno centro.

Enfrentarse a lo peor

En el lugar del hecho, la policía recolectó varias pistas, huellas dactilares, una colilla de cigarrillo, un cuchillo; incluso se confeccionaron identikits de los presuntos homicidas con el testimonio aportado por la propia empleada. Pidieron la colaboración de la población para encontrar a los culpables, pero nadie aportó datos. “Los delincuentes se llevaron un teléfono celular y las llaves de un Fiat Stilo. Las cámaras que había no funcionaban y había poco personal policial en la zona”, recuerda. El teléfono nunca apareció y la señal se perdió cerca de La Saladita.

Miguel y Mónica llevaban diez años juntos, tenían dos hijos de 16 y 9 años. Después de la tragedia, por dos años Mónica continuó con la panadería y luego ya no pudo sostenerla y cerró sus puertas. 'Ver a tus hijos y decir: ¿Qué les doy de comer? Si ahora no está el que sabe. Cuando cerré la panadería en el 2011 toqué fondo, no teníamos para pagar la luz. Vine a hacer un par de cosas, pero tampoco me permitía mi estado de salud hacer mucho.'

Veía a Miguel en cualquier puerta, no quería pasar por el lugar donde lo habían matado. Fue muy feo y no le deseo a nadie lo que yo pasé. Esa gente está suelta entre nosotros, es injusto perder la vida así y que nadie pague. Aunque logré perdonarlos, queda el dolor en el corazón para siempre.

Miguel fue asesinado de un balazo en la cabeza. El caso quedó impune
Miguel fue asesinado de un balazo en la cabeza. El caso quedó impune

Once años después, la causa judicial por el asesinato retornó a la Brigada de Investigaciones. A pedido del Fiscal Cristian Olazábal, se reanudaron las pesquisas y se compararon las huellas dactilares con nueva tecnología de identificación que permite el sistema AFIS, pero no arrojaron resultados positivos.

Una nueva oportunidad

Mónica se aferró a sus hijos y a la fe en Dios, y durante los años que mantuvo la panadería abierta, exigió más seguridad y presencia policial en la zona. Sin imaginarlo, a los pocos años su vida daría un giro inesperado y surgiría una nueva oportunidad de ser feliz.

“Cuando pasó eso al tiempo mandaron la policía de la Seccional 1era para que circule de a pie por esta calle y uno de ellos era Pedro. Nos conocimos acá por las mismas circunstancias de la vida.”  Entonces ¿Cómo no voy a agradecer a Dios? Me permitió perdonar y toda esta situación me llevó a otro capítulo en mi vida. Yo quedé viuda a los 32 años, rehíce mi vida y hoy tenemos un hijo de 11 años y otro de 4 a los que les enseño a perdonar y a que sigan adelante a pesar de todas las vicisitudes que surjan”, relata Mónica.

Pero Mónica tuvo un sueño premonitorio que le mostró cuál era el camino que tenía que seguir. “Lo veía a Miguel que entraba por la puerta y me decía: ´yo dejé lleno acá de mercadería, grisines, alfajores de maicena, las tortas. Abrí porque ya dejé lleno de mercadería mira que hermoso. Me desperté llorando porque ¡fue tan real! Era Miguel vestido de blanco con el gorrito de panadero. Yo tenía un dinero ahorrado y decidimos-con mi actual marido- empezar a comprar máquinas de a poquito, nosotros siempre pensamos en emprender porque está en nuestros genes; sin hacerle daño a nadie”.

El nuevo "Rey de la Medialuna" está ubicada en calle Necocha y le brindó a Mónica la oportunidad de volver a ser feliz.
El nuevo "Rey de la Medialuna" está ubicada en calle Necocha y le brindó a Mónica la oportunidad de volver a ser feliz.

 Pedro, su actual marido, dejó su trabajo en las fuerzas y se abocó a la pastelería. En el relato de Mónica no deja de asombrar las vueltas que puede dar la vida. 

El 10 de enero de 2021, post pandemia y después de muchos años de esfuerzo, “El Rey de la medialuna” volvió a abrir sus puertas –en calle Necochea- y apostar por Comodoro. Mónica está convencida de que “El rey de la medialuna no se detiene, decidimos reinaugurar y con el mismo nombre en honor a Miguel. El dolor queda para siempre, sufrimos injusticia, pero por otro lado nos compensó con todo lo que vino después”.

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