El 9 de junio de 1979 el vuelo que trasladaba al entonces Presidente de la Nación, Jorge Rafael Videla, y a toda su comitiva aterrizó en Comodoro Rivadavia exclusivamente para asistir a la consagración de la catedral “San Juan Bosco”, la primera en el mundo construida en honor al patrono de la Patagonia y fundador de la obra salesiana. 

Es la única en el mundo que le hace honor al patrono de la Patagonia. Fue inaugurada y consagrada con apenas 7 meses de diferencia y después de 20 años de trabajo sostenido, hacen de este acontecimiento uno de los más importantes en la vida religiosa de Comodoro. Pero no solo eso resulta un dato sobresaliente, sino que además a la ceremonia de consagración asistió el ex Presidente de la Nación, Jorge Rafael Videla, y fue declarado “huésped de honor” por la Municipalidad de Comodoro Rivadavia.

“Hoy, con el día después, y lo que uno ya sabe respecto de lo que pasó durante ese periodo y durante esa dictadura militar que fue la más sangrienta, la más dura, la más represiva que tuvimos en la Argentina, obviamente no tenemos los mismos ojos que en esa visita. Pero si uno mira la prensa de la época, era como que en un punto la gente esperaba al Presidente”, analizó Mariana Vicente, profesora de historia de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

La obra comenzó en 1958 y demoró 20 años hasta su finalización

Para el Padre Marcelo Nieva, quien fue párroco de la catedral durante varios años, la consagración del templo fue un hecho muy importante desde el punto de vista canónico, pero no así desde lo popular. “Fue muy restrictivo, decían que había más de 25 personas de custodia y seguridad en la sacristía. La gente de la parroquia que había estado colaborando en la organización de la misa se fueron a cambiar y cuando volvieron no podían entrar porque era tantas las medidas de seguridad, los policías y agentes que prácticamente solo pudieron estar las autoridades y los invitados con tarjeta. Estaba el Presidente de la Nación de la doctrina militar en el gobierno nacional, por lo tanto la seguridad estaba por encima de todo”, relató.

Las singularidades que rodean al nacimiento de la catedral San Juan Bosco tienen su origen muchos años atrás cuando se creó la Diócesis de Comodoro Rivadavia en 1957 y surgió la necesidad de ampliar la Cripta San Pedro Damián, templo que funcionaba en el subsuelo de la actual catedral donde se realizaban las celebraciones religiosas.

La catedral "San Juan Bosco" es la primera y única en el mundo construida en honor a al patrono de la patagonia y fundador de la obra salesiana

UN GESTO ALTRUISTA

En 1958  Monseñor Carlos Pérez, obispo de la ciudad, colocó la piedra fundamental para la construcción de la futura catedral y se formó una comisión pro templo que sería la encargada de juntar fondos y administrar los avances de la obra de lo que 20 años después sería la catedral San Juan Bosco.

Los planos iniciales estuvieron a cargo del arquitecto Guillermo Martín y luego fueron renovados por Pedro Carballo que  introdujo las modificaciones exigidas por el Vaticano.

En el momento en que se consagró la catedral, el obispo de Comodoro era Argimiro Daniel Moure y decidió pedirle a Pérez que venga a consagrar el templo. “Fue un gesto de grandeza”, recordó el Padre Marcelo. “Que coincida que la Diócesis y la Catedral casi nacieran juntas esto es algo que no ocurre en ningún lugar, por eso es muy raro en la historia que un Obispo tenga la posibilidad de consagrar su propia catedral y Moure lo cedió, esto no lo vas a encontrar escrito en ningún lado”.

MÁS DE DIEZ AUTOS Y VIAJES AL EXTERIOR 

Los diarios de la época destacaban la rifa de más de 10 autos 0km, electrodomésticos y viajes al exterior. Toda la comunidad colaboró en este proyecto, algunos se comprometían a donar el valor de una columna del templo, otros el valor de metros cúbicos de cemento y otros donaban los jornales de los albañiles. Municipio y provincia colaboraron con los techos y fachada de la obra. ¿Cuál era el beneficio a cambio? Todos los contribuyentes podían sufragar la memoria de algún difunto, los cuales quedarían inscriptos en la Obra del Perpetuo sufragio ubicada al lado de la catedral. Además, el último día de cada mes se rezaba una misa especial para aquellos que habían hecho sus donaciones. 

Autos y viajes se rifaban para recaudar fondos para la obra

UNA RELIQUIA DE SAN JUAN BOSCO EN COMODORO 

Una publicación salesiana de la época relata el obsequio que el rector mayor de los salesianos realizó para el templo que estaba en construcción. Un relicario que contenía entre sus cristales una reliquia de San Juan Bosco. 

“Se trata de la rótula de la rodilla derecha del santo extraída de la urna que contiene sus restos y que están en la Basílica de María Auxiliadora de Turín”. Según la revista es la primera vez que una pieza de estas características del santo sale de Italia con destino otro país del mundo.

UN MURAL ETERNO

El 10 de abril de 1978, meses antes de la ansiada inauguración de la catedral San Juan Bosco, al fondo de la nave central, un mural iba tomando forma.

La iniciativa de que Dolores Ocampo de Morón fuera designada para diseñar y pintar el mural de la catedral, surgió durante la conmemoración del  cincuenta aniversario del Colegio María Auxiliadora, cuando el entonces Obispo de Comodoro Rivadavia, Monseñor Argimiro Daniel Moure y el arquitecto Pedro Carballo, propusieron a la artista plástica, realizar un mural en la Catedral San Juan Bosco.

El mural pintado por la artista plástica Dolores Ocampo de Morón "La visión de Don Bosco"

“Para mamá que una obra de ella esté en una  iglesia era una maravilla. Cuando se lo propusieron no dudó.  Ella amaba el muralismo, lo consideraba  mucho más popular y en un lugar público que esté abierto a todos. Y como el arte es comunicación a cuantas más personas pudiera llegar más sentido tenía”, relata con emoción su hija Dolores Morón.

En lo inmediato la artista no reparó en que la tarea de dibujar y pintar sería a unos 15 metros del piso, sobre andamios. “Lo primero que hizo fue ponerse a estudiar y a leer de la vida de San Juan Bosco y ahí descubrió que San Juan Bosco había tenido una visión de esta tierra de que tenía que venir a catequizar y vino”.

Primero fue un boceto que luego trasladó a la pared por medio de una cuadricula ampliada. Se dibujó con  carbonilla y luego con pincel.  “El día que vino papá a verla dijo:´¿ cómo no tenés un arnés?´, fue y le consiguió uno prestado de telefónica para que ella esté permanentemente atada por cualquier cosa que pudiera pasar”.

A 15 metros de altura y sobre andamios de madera, la artista plasmó su obra.

EL MENSAJE

Este mural ideado y soñado por Morón ilustra el ábside de la Catedral y en sus dibujos están representados Jesucristo resucitado en el momento que le da la misión a San Juan Bosco para que se ocupe de la Patagonia; los aborígenes como elemento humano de esta zona; la riqueza de las ovejas, las plantas, las montañas, el paisaje patagónico y el petróleo representado por el subsuelo. En la parte superior se encuentra una gaviota que simboliza al Espíritu Santo y el sol, siendo para la autora la luz de América, por haber puesto San Juan Bosco los ojos en este continente. En él se sintetiza la misión de Don Bosco con respecto a estas tierras patagónicas.

En sus ratos libres, después de las atenciones familiares o al finalizar las clases de la Escuela de bellas Artes y el Colegio María Auxiliadora donde era docente, se dirigía al templo a desplegar su arte. “Ella dice que fueron dos meses y medio de trabajo, yo la verdad que no lo recuerdo, pero sí me acuerdo de verla allí arriba con el andamio. Es una emoción enorme cada vez que venimos a la iglesia porque es un poquito de ella acá”.

El mural lleva el nombre “La visión de Don Bosco” y fue una obra realizada totalmente ad honorem por la artista plástica.

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