Sonia Toro: pistas, sospechosos y una desaparición más sin resolver en Comodoro
Sonia Toro era una mujer elegante, inteligente, tenía mucha gente que la quería y un trabajo como consultora de Mary Key. Así la recuerda una de sus hijas, cuando habla de ella. Desapareció el 17 de mayo de 2005, cuando dejó a Karen –su hija mayor- a las 7.30 am en la puerta del colegio, como lo hacía todos los días. Hacía dos semanas se había separado definitivamente de su esposo, compró un tráiler y lo montó en un terreno que tenían en el Cordón Forestal para vivir junto a sus dos hijas. A 16 años de su desaparición la familia continúa su búsqueda en medio de pruebas que se perdieron y testigos que habrían mentido en sus declaraciones. Un caso más de los 25 sin resolver en Comodoro Rivadavia.
“La verdad es que creo que ella está muerta; no tiene cómo no estarlo. Creo que si ella estuviese viva de alguna forma en todo este tiempo se hubiera comunicado con nosotras, pero no tenemos un cuerpo ni un lugar donde llevarle una flor”, dice Karen Haag una de sus hijas.
Sonia Toro tenía 34 años cuando su familia la vio por última vez. Sus hijas, 8 y 13 años. Eran oriundos de Bahía Blanca, y junto a su esposo llegaron a la ciudad petrolera a buscar nuevos y mejores rumbos económicos.
“Cuando salía de la escuela ella normalmente me esperaba ahí o a veces en la casa de mi papá; si ella no llegaba por temas de trabajo o algo, yo siempre volvía a la casa de mi papá y ella me buscaba por ahí. En el transcurso de la tarde la llamé reiteradas veces porque era muy extraño que ella no haya llegado y a las 20 h recibí una llamada de la policía diciendo que habían encontrado el auto de mi mamá pero como yo era chica no me dijeron en qué condiciones”, relata Karen.
El auto lo encontraron prendido fuego cerca de las 13 h en una cantera de Km.8. “Nunca tuve algún indicio de que esto iba a suceder”, dice. Posteriormente, se informó a la familia que a las 6 de la mañana había sido prendido fuego el tráiler donde vivía Sonia junto a sus dos hijas. “A partir de ahí nunca más se encontraron ninguna prueba o algo sobre ella”.
La investigación en Comodoro y Bahía Blanca
La familia de Sonia consideró que el procedimiento de la investigación se estaba realizando de manera irregular. Por eso decidieron traer a la policía científica desde Bahía Blanca, la ciudad de donde son oriundos para avanzar en el análisis de las pruebas. Marina Toro, hermana de Sonia, relata cómo se llevó adelante la investigación y lo sospechoso del procedimiento. “Peritaron el auto, el tráiler; el auto estuvo a la intemperie la policía de Comodoro. En ningún momento lo supo proteger para saber si había algo. El tráiler exactamente lo mismo: lo prendieron fuego antes de las 6, 7 de la mañana pero supuestamente tenía custodia y la custodia en ese momento no estuvo. Todas las pruebas que se recolectaron, que habían sido pelo, ropa, teléfono celular, botones, diarios que había adentro de auto, bidón de combustible -que fue con lo que supuestamente se incendió-, se prendieron fuego; de Fiscalía se perdió todo el material que encontró la policía científica de Bahía Blanca. Cuando se pidió que se mande a analizar las huellas o ADN todo desapareció y hasta el día de hoy nunca nos dieron una respuesta. Nos dijeron que no tenían los medios para poder hacer eso. Entonces, si ellos no los tenían mi papa los consiguió acá en Bahía Blanca”.
Sobre esta causa la familia tiene sus hipótesis, sospechosos, incluso advierten que algunas declaraciones serían falsas, pero no cuentan con pruebas concretas para poder demostrarlo, por lo cual la causa esta “archivada”.
Desde el Ministerio Público Fiscal indicaron que en este caso en particular se desarrollaron muchísimas acciones; el archivo dice que se ha agotado lo que para ese momento eran todas búsquedas que fueron abundantes. Se concretaron todas las medidas posibles en ese momento, se practicaron al menos 9 rastrillajes, se buscó con canes, inspecciones oculares, se registraron vehículos, inmuebles, allanamientos, pericias, informes técnicos, etc. Se agotaron todas las hipótesis posibles en relación a la persona desaparecida.
Una familia que espera
La familia de Sonia Toro ya no busca un culpable. Necesitan saber qué pasó con su mama para cerrar un ciclo doloroso y tener un lugar donde recordarla. Del resto, confían, se ocupará la justicia divina.
“Quizás hoy ya perdimos la fe de que vuelva pero sí nos gustaría saber dónde está. Por lo menos recuperar su cuerpo, tener un lugar donde llevarle una flor. Mi papá este año cumple 81 y hace 16 años que no ve a su hija. Y él todos los días se acuerda y piensa en ella. La verdad es que tengo fe de que en algún momento se haga justicia divina y esas personas paguen. El que le hizo esto a mi hermana en algún momento cuando esté en su lecho de muerte va a hablar y va a decir la verdad”, dice Marina, su hermana.