Elecciones provinciales: el éxito de los caudillos desdobladores
Hasta ahora el plan de separar los comicios provinciales de los nacionales está funcionando para los oficialismos. El factor participación.
Las elecciones que se hicieron hasta el momento están ofreciendo un panorama alentador para todos los gobernadores que decidieron desdoblar los comicios y llevarlos antes o después de las elecciones nacionales.
Los últimos ejemplos fueron para Misiones, Jujuy y La Rioja, que, además de verificar que la jugada benefició a los oficialismos, también queda expuesto el fenómeno profundo de los jefes caudillescos.
En Misiones ganó Hugo Passalacqua, que ya había sido gobernador entre 2015 y 2019. Passalacqua pertenece a un esquema de poder que ideó Carlos Rovira, que gobernó la provincia entre 1999 y 2007. A partir de ahí, formó un frente provincial que tuvo entre 2007 y 2015 a Maurice Closs, luego a Passalacqua y en 2019 a Oscar Herrera Ahuad. Es un fenómeno misionero que, controlando la provincia desde hace 24 años, gana por el 64% de los votos.
En Jujuy, donde manda Gerardo Morales, ganó su delfín, Carlos Sadir, que trabajaba de ministro de Hacienda. Ahora cambiará de despacho. Morales supo aprovechar una desinteligencia del PJ provincial frente al crecimiento de la dirigente social Milagros Sala, que estaba apalancada en el kirchnerismo.
El peronismo gobernó Jujuy desde 1983 hasta 2015, pero Fellner, el último gobernador pejotista, estaba enemistado con Sala y Morales aprovechó esa grieta interna ayudado por Sergio Massa. Ahora, por cuestiones de la democracia, tuvo que salir de la Gobernación, pero pudo conservar el Gobierno a manos de un hombre de su confianza.
En paralelo, sus familiares y amigos también están en los lugares claves del Estado y, sobre todo, en las empresas estratégicas del Estado en materia de energía y minería.
En La Rioja, Ricardo Quintela logró que lo reelijan con el 50% de los votos. Un éxito si se tiene en cuenta que en 2019 había ganado con el 44%. Ricardo Quintela fue beneficiado en 2019 por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que esta semana suspendió las elecciones en San Juan y Tucumán. ¿Alguien se acuerda de Sergio Casas? Fue el gobernador anterior que había buscado la reelección, pero ya había sido vicegobernador en el periodo anterior, por lo que tenía dos mandatos dentro del Poder Ejecutivo. La Corte dijo que no correspondía que se presentara y chau Casas.
Algo similar a lo que pasa en Tucumán, donde la misma Corte no deja que Manzur sea candidato a vicegobernador, porque ya fue gobernador durante dos periodos. Osvaldo Jaldo, el candidato a gobernador se refriega las manos ahora que Manzur ya dijo que dará un paso al costado. Se mira en el espejo de Quintela.
Hoy es el turno de Tierra del Fuego, La Pampa y Salta, donde también todo indica que el Gobierno seguirá en manos de los oficialismos.
Otro dato que vienen arrojando las elecciones provinciales es el nivel de participación, que va del ronda entre el 68 y 76%, un número bajo respecto de elecciones pasadas en las que la participación fue del 80%.
Este es un dato relevante, porque el enojo con la política no solo se manifiesta en quienes están inclinándose por Javier Milei. Está también en aquellos que ni siquiera les interesa ir a votar. Un combo explosivo para la política tradicional.