El reconocido analista José Luis Sureda, ex secretario de Hidrocarburos de la Nación, analizó en diálogo con ADNSUR los efectos de la crisis desatada por la invasión de Rusia sobre Ucrania y la suba de precios de gas y petróleo a nivel mundial.

En ese marco, ponderó que si bien en lo inmediato habrá efectos negativos sobre todo a partir de la suba de precios de gas y gasoil, los valores del petróleo abren una nueva oportunidad para la cuenca San Jorge.

Para el corto plazo, sin embargo, el encarecimiento del gas plantea graves problemas para las cuentas públicas y la tensión entre aumentar tarifas o incrementar subsidios, en contra de lo acordado con el FMI.

“En el mediano plazo creo que tenemos una oportunidad formidable, con un escenario de precios altos de la energía en un ciclo que algunos dicen será de 5 años, otros hablan de 8, pero nadie cuestiona ese escenario de altos precios. Esto es muy bueno para la cuenca del golfo San Jorge, porque va a tener un fuerte incentivo para seguir desarrollando producción y el Estado podría ayudar, bajando o eliminando retenciones, para que las empresas se embarquen en los planes de inversión. Es una oportunidad my buen para el golfo y la producción de petróleo”.

El analista también recordó que las nuevas reglamentaciones, que favorecen a los crudos con bajo contenido de azufre, como el Escalante que produce Chubut, se suma a los incentivos para incrementar la exportación desde la cuenca.

“Creo que es muy buen momento para el Golfo y espero que las regulaciones actuales no maten esa iniciativa, que permitan de una vez por todas que la producción explote. Pero San Jorge tiene muy buenas perspectivas”, enfatizó.

De igual modo, Sureda evaluó que la proyección positiva se abre para el gas de Vaca Muerta, a partir del quiebre de relaciones de Rusia con Europa, lo que podría derivar en el corte de venta de gas a esos países.

“Es una oportunidad formidable para Vaca Muerta, ya deberíamos estar subiendo a un avión para empezar a promover la exportación intensiva de gas natural licuado (GNL), es algo que lo veo para el largo plazo”, precisó.

Las restricciones de financiamiento pueden limitar las inversiones

Sin embargo, el analista también reconoció que hay factores que limitan las posibilidades de mayor desarrollo en las cuencas del país. Entre las condiciones macroeconómicas, dijo que la inflación es uno de los efectos perjudiciales. Al ser consultado sobre el financiamiento, respondió: “Las operadoras van a utilizar lo máximo que puedan de su flujo de caja para poder invertir, porque las condiciones de financiamiento son muy malas. Al país se le cobran tasas de usura, de  12 ó 15%, cuando el mundo se financia al 3%”, explicó.

"El Golgo San Jorge tiene muy buenas perspectivas”, enfatizó Sureda

Al sumar otro elemento distorsivo para financiar inversiones, añadió: “Cuando usted trae un dólar apara invertir, se lo tiene que vender al Banco Central a 110 pesos, pero cuando luego va a comprar ese mismo dólar para devolverlo, suponiendo que tomó un crédito en el exterior, el Central se lo vende a 160 pesos. De movida, hay una pérdida de 50 pesos por dólar”.

De ese modo, argumentó que las inversiones estarán determinadas por el flujo de caja de las operadoras, lo que implica una limitación a las posibilidades de mayor desarrollo, aunque compensada también por los mayores precios internacionales del petróleo, lo que eleva el flujo y puede apalancar las inversiones necesarias para exportar más, al menos hasta alcanzar las capacidades logísticas para esa finalidad.

 Las consecuencias negativas del corzo plazo: energía más cara y el dilema de las tarifas

La contracara negativa por el encarecimiento de los productos energéticos se verá reflejada en el corto plazo, según analizó Sureda, ya que la suba de precios demandará más recursos del Estado para afrontar el gas y gasoil que deben importarse en determinados momentos del país, particularmente en el invierno.

“El año pasado tuvimos importaciones por poco más de 1.000 millones de dólares y este año no creo que baje de 4000 millones, para comprar lo que ya tenemos pero no sabemos desarrollar, es decir el gas y gasoil para la época de invierno y cosecha. Ese impacto es muy negativo, en un ambiente donde no conocemos lo que se firmó con el FMI pero claramente vamos a necesitar un programa económico que lleve a restringir los gastos como país; por tanto, la única forma que queda es disminuyendo el nivel de subsidios en el sector energético, donde el 80 por ciento se va en electricidad y el resto en gas natural. Hablamos de niveles de subsidios del orden de los 12.000 millones de dólares, durante el año pasado y en 2022 será muyo mayor”.

En ese plano, Sureda cuestionó las resistencias del Gobierno para incrementar las tarifas en forma acorde al costo de producción de la energía. “No hay forma de sostenerlo, salvo que el gobierno quiera seguir imprimiendo billetes en forma indiscriminada, pero eso se va a reflejar en mayor inflación. Si no se quieren subir tarifas, de algún lado tienen que salir los recursos para aumentar los subsidios y después pueden faltar en justicia, salud, educación y seguridad”.

Sureda, quien se desempeñó como secretario de Hidrocarburos en la primera parte del gobierno de Mauricio Macri, como número dos del entonces ministro Juan José Aranguren, sumó un dato relacionado a la incidencia de los subsidios en la economía del país:

“Digo esto no por razones políticas, porque yo no hago política; pero si el gobierno actual hubiese podido sostener el bajo nivel de subsidios que nosotros entregamos, hoy en día la situación sería mucho mejor, pero los volvieron a aumentar y ahora arrancan en una situación tan mala como nosotros en 2015. No estoy echando culpas, sólo lo digo para dar una idea de magnitud”.

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