Por qué si el petróleo vale 100 dólares, las regalías se liquidan muy por debajo de ese valor
Varios motivos explican el desacople con los precios internacionales, con diferencias que varían en cada región. En Chubut, las regalías se liquidaron a un precio ponderado de 68 dólares por barril en enero, mientras el Brent pomedió los 86,51 dólares en ese primer mes del año. Con el crudo de referencia a 100 dólares, las diferencias podrían incrementarse.
La diferencia entre precios del mercado externo y los del mercado interno ya fue explicada por ADNSUR en informes anteriores, pero la inquietud se renueva a partir del recalentamiento de los precios internacionales, particularmente en el mes de marzo, cuando el barril superó largamente los 100 dólares a partir del conflicto Rusia-Ucrania.
Los antecedentes del último año y medio indican que la suba de precios mundiales se refleja en una proporción importante en las arcas provinciales, pero no en su totalidad , tanto en Chubut como en Neuquén, Santa Cruz y todas las provincias productoras de petróleo.
El motivo principal es la negociación de precios que se establece entre productoras de petróleo y refinadoras de combustibles, que a lo largo del año pasado y lo que va del 2022 acordaron para los valores de petróleo diferenciados en relación al mercado internacional.
Una de las causas es el control virtual de precios de combustibles que ejerce el gobierno nacional a través de YPF, que ha puesto un tope a los valores en surtidor, evitando que esos precios suban o bajen de acuerdo con lo que pasa en el mercado externo .
Otro motivo que explica parte de ese desacople son las retenciones sobre la exportación, con una alícuota del 8 por ciento sobre cada barril exportado. Si bien la mayor parte del petróleo producido en el país se utiliza en el mercado interno, hay una porción que se exporta, especialmente desde el golfo San Jorge.
Sin embargo, el factor que tiene mayor peso para explicar el ‘techo’ a las regalías es el precio de las naftas y el gasoil, que el gobierno apunta a controlar para atenuar la presión inflacionaria.
Un caso con similitudes y diferencias a lo que pasa con el precio del trigo, la harina y el pan
Lo que pasa con el trigo y la harina tal vez ayude a entender un poco mejor lo que pasa con el petróleo, las naftas y las regalías.
El trigo es otra de las materias primas que tuvo un fuerte aumento de precios en el mercado internacional, por el conflicto Rusia Ucrania. A diferencia de lo que pasa con el petróleo, Argentina exporta gran parte de su producción de trigo, por lo que los precios externos tienen un reflejo más directo en el mercado interno: la bolsa de harina, por 25 kilos, subió entre 75 y 80 por ciento en un plazo de 10 días, lo que se trasladará inevitablemente a los precios del pan.
En la actualidad, las retenciones sobre la exportación de trigo son del 12 por ciento y se suma un 1 por ciento adicional a partir de un nuevo instrumento creado por el gobierno, a través de la Secretaría de Comercio Interior que conduce Roberto Feletti, tratando de evitar que el impacto en el precio del pan sea mayor.
En el caso de las naftas, la diferencia principal es que los precios quedaron virtualmente congelados desde mayo del año pasado, hasta principios de febrero de este año, cuando se produjo una actualización del 9 por ciento, aunque quedó todavía por debajo de las referencias internacionales de ese momento.
Esa brecha creció con más énfasis en lo que va de marzo, considerando que ya había “atraso en los precios” en los surtidores durante febrero, cuando el petróleo superó un promedio de 97 dólares por barril, mientras desde marzo supera largamente los 100 y la semana pasada estuvo varias jornadas en 130 dólares.
De este modo, en los combustibles y el petróleo se da un manejo contrario al del pan y el trigo, aun cuando ambas materias primas subieron sus precios por las mismas razones internacionales. Mientras la harina escala precios a un ritmo similar a la cotización externa, el petróleo en el país se liquida con la mirada puesta en el tope fijado previamente en los surtidores, recortando en ese camino una parte de los ingresos que corresponden a las provincias petroleras.
Aun con el “techo”, las regalías de enero fueron las más altas en casi dos años
Es necesario no perder de vista un dato importante. Los ingresos por regalías petroleras han mejorado ostensiblemente en el último año y medio, aun cuando esa mejora está limitada por las razones hasta aquí reseñadas.
En enero, por ejemplo, Chubut recaudó en enero 34,9 millones de dólares, el valor más alto desde mayo de 2019, cuando el ingreso fue de 35,4 millones de dólares, según registros oficiales de la Secretaría de Energía de la Nación.
Sin embargo, la renta provincial pudo haber sido mayor si los precios no hubieran estado desacoplados del mercado externo. Los datos oficiales muestran que en ese primer mes del año, el crudo tipo Brent cotizó a un promedio de 86,51 dólares por barril. En contrapartida, las regalías se liquidaron a valores de 79,2 dólares sobre los barriles exportados (alrededor de un 30 por ciento de la producción) y en 64,15 dólares cuando se vendieron al mercado interno. Entre ambos precios surge un valor ponderado (no es el promedio, sino que toma en cuenta la incidencia de cada mercado al que se orienta la producción), que resultó en 68,28 dólares. Es decir, un 21 por ciento por debajo de la referencia internacional.
Tal como ya se informó desde esta columna, tanto Chubut como Santa Cruz son las provincias que se vieron menos afectadas por las regalías desacopladas del precio externo. Ya sea por el precio más alto que se obtiene sobre los barriles exportados o por la necesidad de crudos pesados para mezclar con los livianos en las refinerías argentinas, ambas provincias que comparten el golfo San Jorge tuvieron menos 'recorte' de ingresos que Neuquén, que desde 2020 se transformó en la principal productora de crudo del país, a partir de los rendimientos extraordinarios de Vaca Muerta.
En aquel caso, por ser productora de crudos livianos y por tratarse de la principal proveedora de petróleo para producir el combustible que se consume en el país, Neuquén se vio más impactada por los precios internos a la hora de liquidar sus regalías, por lo que cedió una mayor parte de los ingresos que hubiera podido obtener.
La ley de las compensaciones
Cierto es también que las provincias productoras han sido necesariamente sostenidas cuando la cara de la moneda había caído hacia el otro lado. En 2020, con la pandemia y la abrupta baja de precios del petróleo, fue necesario aplicar una medida que fijara precios internos más altos, para poder sostener la actividad en el país y evitar la pérdida de puestos de trabajo en las cuencas productivas. Aunque ese instrumento se aplicó algo tardíamente y duró unos pocos meses, es un elemento insoslayable para comprender la ecuación en toda su complejidad.
Por otra parte, es útil observar los datos oficiales durante el año 2021. En enero del año pasado, el Brent cotizó a 54,77 dólares y la liquidación de Chubut se hizo en un precio ponderado de 54,65, prácticamente sin descuentos. En febrero, la diferencia se elevó a algo menos de 2 dólares; entre marzo y mayo, osciló entre 7 y 8 dólares. El salto es notorio en ese mes, cuando se congelaron los combustibles y la diferencia se elevó a 12 dólares en junio, mantiéndose desde ese punto entre 10 y 12 dólares. La brecha volvió a ampliarse en enero de este año, hasta los 18 dólares por barril, cuando el Brent superó los 86 dólares.
No es posible conocer hoy en qué valores se liquidaron las regalías de febrero, que se pagarán el próximo 15 de marzo, como tampoco, mucho menos, los valores de marzo, que se conocerán a mediados de abril. En esos meses, el crudo cotizó a 97 y 121 dólares promedio para cada mes, respectivamente.
No obstante, los analistas consultados para este informe coinciden en que al no haber habido mayores cambios en relación a lo que pasa con los combustibles, la brecha podría aumentar, por lo que aun cuando el barril siga cotizando por arriba de 100 dólares, el mercado interno seguiría muy por debajo de esa referencia.
En todo caso, los ingresos provinciales podrían comenzar a ver reflejado el barril de 100 dólares cuando los combustibles se vayan alineando, paulatinamente, con ese precio externo. Algo que parece difícil de imaginar, ya que una suba abrupta en los surtidores sumaría más tensión, en un contexto donde hoy la mayor regla es la incertidumbre.