Se casaron a pesar de la diferencia de edad y de la oposición de su familia, y este año festejaron los 50 años de su matrimonio
Difícil no preguntarles a Gladys y Eduardo cuál es su secreto. Cuando relatan su vida juntos, destacan que no hubo peleas fuertes y en cambio sí mucho diálogo y búsqueda de acuerdos, y que en su relación hay mucha confianza y respeto. Sobre todo, siempre “tiraron para el mismo lado” y avanzaron juntos en este camino que los lleva a festejar sus bodas de oro.Una historia de amores para toda la vida.
Se podría decir que fue un “flechazo”. A Gladys le gustó desde la primera vez que lo vio. Eduardo tampoco podía dejar de mirarla mientras ella modelaba para su hermana, que era peluquera. La diferencia de edad no sería un problema para ellos -Gladys tenía 19 y Eduardo 30-, pero quizás el obstáculo más grande era la familia, a la que no le convencía esa relación. Cincuenta años después, con 3 hijos, nietos, bisnietos y una vida juntos, demuestran lo que muchas veces parece sólo “de película”: que el amor para toda la vida existe, pero que es algo que se construye diariamente.
Escuchá su historia completa en este episodio de “Amores y algo más”, el podcast de ADNSUR.
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Relatan que primero fueron amigos unos meses, ya que la mamá de Gladys no aprobaba esa relación amorosa. “Primero salimos así como novios, porque mi mama no quería que me case, quería que seamos amigos nada más”, recuerda. Pero luego decidieron pasar al paso siguiente, sin importar lo que pensara la familia.
Con la ausencia de los padres de ella pasaron por el Registro Civil y se casaron el 16 de marzo de 1973. Y hoy siguen regalándose sonrisas cómplices y mimos cotidianos, con el mismo respeto y diálogo que marcó la relación desde sus inicios.
“Son muchos años juntos”, dice Gladys, y sonríe. Reconoce que cuando unieron sus caminos “era otra época en donde las mujeres quizá no eran tratadas como correspondía”, y por eso destaca el trato que siempre tuvo Eduardo con ella, de amor y respeto. “Jamás hubo una actitud fea” hacia ella, y eso es lo que más la enamora, confiesa.
Cincuenta años, toda una vida donde no faltaron momentos duros. ¿Cómo se atraviesan esas dificultadas? La respuesta les parece simple: tirando juntos para el mismo lado, y sin olvidarse de disfrutar esas cositas de todos los días que les provocan alegría, como los mates por la mañana.
“Los dos caminamos por el mismo camino, la misma forma, que nunca discutimos ni nos pelamos”, señalan. Pero eso no quiere decir que no tuvieran desacuerdos. “Pasamos épocas de todo tipo, porque nosotros ya pasamos todas épocas difíciles, y uno pudo salir… para salir adelante tienen que ser las dos personas juntas y unidas, y si uno quiere uno puede, las cosas se arreglan, con poco se arregla”
Encontraron podían hablar, dialogar y avanzar en los puntos en común. Y que aunque no fuera fácil, siempre era mejor que una pelea. “Siempre las cosas se hablan, se hablaron del principio, nunca uno tiro la cuerda para allá, el otro para acá”
Hoy siguen disfrutando esos detalles diarios que los hacen felices, como el primer día… “Tomar los mates, levantarnos juntos, salir a comprar, hacer las cosas juntos, acomodar la casa”, mencionan.
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