Matías Quinzio tiene 35 años y hace 5 que vive en Hamburgo, Alemania. De Comodoro se fue a los 18 años -al terminar la escuela secundaria- a estudiar Diseño de Imagen y Sonido en Buenos Aires. Seis años después, ya recibido, continuó viviendo en esa ciudad por un tiempo y volvió a Comodoro por algunos meses para preparar la aventura que debía llevarlo a recorrer América Latina en un colectivo con un grupo de artistas: "Cultural Nómade". Se bajó del colectivo un par de estaciones antes, en Chile, para perseguir un proyecto personal en Guatemala, y de allí a California a cumplir su sueño de aprender a surfear. Regresando en camioneta a Guatemala conoció a una mujer alemana con la que compartió parte de su viaje y una historia de amor "de película" que cambió su rumbo. Para él, la vida es un viaje, una aventura, "y cuando uno viaja hay caminos que surgen todo el tiempo, hay bifurcaciones", que no necesariamente se traduce en kilómetros sino más bien en un recorrido interior. Luego de 5 años de vivir en Hamburgo, reconoce que logró acostumbrarse "a la ciudad, pero no me acostumbro al clima todavía", y considera que "uno echa raíces sin darse cuenta ni planearlo"... y sin que eso signifique que el viaje ha terminado. "Es el día de hoy que sigo un viendo por donde va el camino... Después de 5 años, sigo encontrando cosas que me desafían, o que aprendo". Escuchá su historia en este episodio de Comodorenses por el Mundo, el podcast de ADNSUR.

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Matías deja claro que lo que lo impulsa no son los destinos, sino el camino en sí. En algún momento la palabra "nómade" definió su vida, pero hoy lleva 5 años viviendo en el mismo lugar, y ya no se siente así. Sin embargo, sabe que nunca dejará de viajar, aunque muchos de los recorridos tienen que ver con un aprendizaje y una evolución interior. Por eso, cuando cuenta su historia, la define como "mi aventura, porque lo sigue siendo".  

"Hay personas que se fueron por la crisis económica, o que se fueron por una decisión concreta... lo mío se fue dando, fue una sucesión de viajes, de sueños por cumplir, de aventuras, que una vez que empezó fueron pasando cosas"

"Yo siempre tuve la idea de viajar después de recibirme, y ahí es donde empieza a darse esta aventura por el mundo", relata Matías, y explica que con un grupo de amigos comodorenses buscaron un colectivo para viajar por Latinoamérica con un proyecto cultural. "Si bien nos fuimos bajando del proyecto cada uno a su tiempo, 'Cultural Nómade' nos marcó a todos", valora.

En 2013, en pleno armado del proyecto cultural, recibió una propuesta para trabajar en Guatemala que tuvo que declinar. Seis meses meses más tarde, aceptó un ofrecimiento similar y viajó a ese país centroamericano.

"Guatemala fue muy fuerte para mí en muchos sentidos", remarca. Y no sólo se refiere al crecimiento profesional o la manera que se involucró ideológica y políticamente con su trabajo, sino a un accidente en plena carretera que puso en riesgo su vida y sacudió su mundo.

"Me hizo replantearme si lo que estaba haciendo me satisfacía un cien por ciento, porque me daba cuenta que la vida había que vivirla plenamente", expresa, y reconoce que fue "en ese momento que me di cuenta que el proyecto del 'Cultural Nómade' había quedado un poco atrás y que sentía que quería ir por más".

Y ese 'ir por más' significó en ese momento no aplazar un sueño que siempre había tenido: aprender a surfear.

Entonces se fue a California, a cumplir su sueño de viajar en camioneta con una tabla de surf, y aprender a surfear. Esa aventura lo llevó a lidiar con la falta de equilibrio, el frío, la frustración... hasta que -tras varias semanas- finalmente consiguió pararse en la tabla, llegar a la orilla, y experimentar la gloriosa sensación de conquistar las olas. En la camioneta atravesó México, surfeando en la costa del Pacífico, mientras iba rumbo a Guatemala nuevamente, donde trabajaría algunos meses y antes de seguir su viaje hacia el sur.

"Ahí lo cambió todo un suceso de película en México, donde conozco a una chica de Alemania, que viajaba a los mismos lugares a los que yo iba a viajar", comienza su relato... Y la aventura compartida no tardó en convertirse en un fuerte romance que lo llevó a replantearse -cuatro meses después, cuando ella debió regresar a Europa- cuál era realmente su próximo paso.

Alemania no tenía nada que ver con "mi estilo de vida, lo que yo venía haciendo, con el norte de Europa, con este clima", reconoce, y agrega que nunca se había planteado ese país como destino. 

"Cuando uno está viajando hay caminos todo el tiempo, hay opciones, bifurcaciones y marcha atrás", sintetiza al explicar cómo tomó la decisión de comprar un pasaje a Alemania, sólo de ida.

Aunque el fuerte romance perduró varios años, reconoce que "la adaptación fue durísima, y lo sigue siendo. Al principio, y eso que llegue a principio del invierno, estaba en ese mundo de estar sorprendido con todo, pero con el tiempo fueron pasando cosas con el proceso de adaptación y con el haber llegado a un lugar que no es que lo había elegido... Yo no sabía nada de Hamburgo ni Alemania, sólo quería estar con esta piba... Me fueron cayendo las fichas después, de lo que iba a significar para mí estar viviendo en Alemania, el idioma, el clima es realmente lo mas difícil de acostumbrarse, y el desarrollo profesional..."

Relata que fue realmente duro poder vincularse laboralmente con su profesión, pero que nunca dejó de intentarlo hasta que finalmente lo logró. En el medio, tuvo que volver a Argentina a gestionar una visa de trabajo, viajó por varios países -de Europa y América- haciendo documentales y otro tipo de registros.

"En la idiosincracia alemana, la estabilidad económica y la seguridad son pilares muy importantes. Mi exnovia es docente, y eso en Alemania significa una seguridad constante, porque es una profesión muy jerarquizada, que le genera estabilidad. Yo tuve en en algún momento que aceptar un trabajo part-time para poder acceder al seguro médico... pero venía muy contento con mi carrera, la amaba, estaba seguro que iba a encontrarle la vuelta para poder meterme en la escena audiovisual acá". 

Y -a riesgo de spoilear el fin de la historia- lo consiguió... Y el realizador nómade y viajero enraizó y creció en Hamburgo. "Te va pasando la vida, uno va creciendo... la situación económica de Sudamérica no invita a volver, y también están esos pequeños logros que uno va teniendo acá... Encontré un trabajo fijo de mi profesión, del cual ahora estoy muy contento, estoy hace dos años con un buen sueldo, vivo solo en un departamento en una zona linda, tengo un grupo de amigos, un proyecto musical", enumera.

"Me acostumbre a la ciudad, no me acostumbro al clima todavía, pero si al lugar, te volvés a sentir cómodo, uno echa raíces sin darse cuenta ni planearlo", sintetiza, y reflexiona también sobre el camino recorrido: "para mí el paso del tiempo significó eso, tener 35 años, una situación laboral, estabilidad, en un momento global muy complicado, estoy muy agradecido de donde estoy y de las cosas que siguen sucediendo"

 "Es el día de hoy que sigo viendo por donde va el camino, sigo debatiéndome extraño a mi familia, mis padres, las amistades, sigue estando latente la posibilidad de mudarse, a España que es un lugar culturalmente más cercano... hoy lo veo muy lejano Sudamérica". 

"Después de 5 años, sigo encontrando cosas que me desafían, o que aprendo", resume sobre una aventura y un viaje que nunca termina. 

Entre las cosas que lo sorprendieron de Alemania está "la estabilidad económica y la situación de seguridad y estabilidad de lo que pasa alrededor tuyo como ciudadano. Vivo con mucha tranquilidad en ese sentido, porque las cosas funcionan. En Argentina uno se acostumbró a que es parte de la vida el debate y la crítica, y acá nunca escuché criticar a la Presidente... Ojo, nosotros en Sudamérica lo necesitamos, pero de pronto acá pasas a vivir más focalizado en tu experiencia como ser humano, como individuo, en tu desarrollo, en tu evolución".

Además, está la seguridad en general, que reconoce que "me tomó un poco de tiempo acostumbrarme a que está todo bien caminar a las dos de la mañana mirando el teléfono" porque nadie va a robártelo. "La inseguridad, como nosotros tenemos tan familiarizada, acá se escucha muy poco... y te das cuenta que te descomprimen un montón de otras emociones, que allá te demandan mucho esfuerzo ocuparte".

Sin embargo, está siempre presente su ciudad natal, su gente, sus costumbres. "Los afectos, el mar, las tradiciones, los asados, las reuniones, se extraña mucho la calidez humana, el humor... En Argentina no tendremos muchas cosas en cuanto a economía, acá tendrán el nivel económico que tienen, pero a nivel emociones y a nivel amor, nosotros ganamos por goleada".

¿Qué es "Comodorenses por el Mundo"?

"Comodorenses por el Mundo" es un podcast de ADNSUR, conducido por Rocío Barquín, que apunta a conocer cuál es la historia detrás de los comodorenses que decidieron continuar sus vidas lejos de esta ciudad.

Quien no escuchó la frase "Dios los cría y ellos se juntan"... Comodoro, la ciudad del viento, tiene su propia versión "Dios los cría y el viento los amontona". Pero no siempre. Hay comodorenses que eligen que el viento sea la fuerza impulsora que los desparrame por el mundo. Historias de decisiones, desafíos, propuestas, romances y aventuras.

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LA PLAYLIST DE COMODORENSES POR EL MUNDO: ¿Qué escuchan los comodorenses que están viviendo en otros países? Eso les preguntamos a los protagonistas de cada episodio de este podcast de ADNSUR, y en esta lista están sus respuestas

Comodorenses por el mundo
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