Una comodorense en Canadá: "al principio yo me acercaba a la gente y me daba cuenta que retrocedían"
Es sabido que los argentinos somos amigueros, familieros, nos gusta reunirnos, juntarnos, nos tocamos, nos damos palmaditas y nos hablamos de cerca. Pero en otros lugares las cosas pueden ser muy distintas. Laura vive hace 16 años en Québec y descubrió la “cercanía” que tenemos entre nosotros los argentinos puede sentirse como una invasión del espacio personal para otros. “Después te das cuenta que son muy cálidos, muy cariñosos a su manera”, cuenta. Entre otras cosas, nos explica cómo es vivir en un lugar donde los inviernos duran casi medio año y que la temperatura sea de 30ºC bajo cero es algo común.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - "Hay una cierta distancia, no son tan calurosos como nosotros", reconoce Laura desde Lorraine, provincia de Quebéc, donde vive hace 16 años, y recuerda que "hay situaciones de espacio personal que son diferentes, al principio yo me acercaba mucho a la gente, pero ellos manejan otras distancias, otro espacio personal, y yo veía que retrocedían", dice, aunque remarca que, con el tiempo, se aprende a reconocer la calidez de una comunidad donde la consideración y el respeto por el otro es moneda corriente. Escuchá su historia en "Comodorenses por el Mundo", el podcast de ADNSUR.
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"Nosotros tocamos mucho, te agarramos el brazo, te damos una palmadita, y ellos no son así", dice, al tiempo que reconoce que son muy hospitalarios y "cariñosos, a su manera".
Laura Barrera tiene tiene 50 años y a los 17 se fue a estudiar Diseño en Comunicación Visual en La Plata. Allí conoció a su marido, y decidieron que en lugar de estudiar varios años de idioma inglés, lo mejor para aprenderlo era instalarse algunos meses en un lugar donde éste se hablara. Así se instalaron en San Francisco, Estados Unidos, a sólo una semana de casarse. Lo que pensaban que iba a ser una experiencia de 6 meses se terminó convirtiendo en una estadía de algo más de 3 años. “Pero nunca fue nuestra idea irnos del país”, relata. Por esto, volvieron a Argentina, aunque el momento del país no era el mejor. “Volvimos en el 2000, donde hubo una crisis muy grande, estuvimos un año desocupados, un año tratando de buscar trabajo”, reconoce.
“Tenes que volver a adaptarte, porque cuando estuviste tres años viviendo de otra manera, en un país donde las cosas funcionan de otra manera vos ya funcionás de otra manera, así que tenés que volver a acomodarte y eso requiere mucha adaptación, mucha empatía, volver a hacerte amigo de tus amigos, volver a adaptarte a tu país”, reconoce.
Entonces surgió la oportunidad de viajar a Canadá, que en ese momento había hecho una convocatoria para jóvenes familias de profesionales que quisieran instalarse en ese país. La decisión no fue fácil, porque ya había nacido su hija Antonia y entonces había que sopesar con más cuidado las ventajas y desventajas antes de tomar una decisión. Finalmente, decidieron dar el gran paso y en 2004 se mudaron a Lorraine, en la provincia de Quebéc.
Laura habla de la calidez de la gente, aunque sus formas de demostrarlo sean muy diferentes a las nuestras. “Tienen una idea muy diferente de lo que es el espacio personal, por ejemplo: nosotros somos de acercarnos mucho más a la gente, y yo al principio notaba que me acercaba para hablar con alguien y este retrocedía”, cuenta.
La organización, la excelente calidad de vida que tiene el país, la seguridad y tranquilidad con la que se vive son de las cosas que más le llamaron la atención. Otra cosa es que las cuatro estaciones están bien diferenciadas. “El otoño, la primavera… todas las estaciones están bien marcadas, y los paisajes son espectaculares”, remarca, aunque reconoce que no es fácil adaptarse a un invierno donde usualmente las temperaturas rondan los 15ºC bajo cero, y no es extraño que lleguen a -30ºC.
Laura cuenta que el invierno dura casi 6 meses y salir a la calle es un poco complicado, porque “tenés el pantalón de invierno, la campera, las botas, y te tenés que llevar una muda más liviana en un bolsito porque cuando llegás a algún lugar tenes que sacarte las botas, la ropa de abrigo y ponerte pantuflas y una camperita más liviana. Cada vez que salís y entrás a tu casa tenes que ponerte y sacarte la ropa de abrigo”, cuenta. Escuchá su historia en "Comodorenses por el Mundo", el podcast de ADNSUR.
¿Qué es "Comodorenses por el Mundo"?
"Comodorenses por el Mundo" es un podcast de ADNSUR, conducido por Rocío Barquín, que apunta a conocer cuál es la historia detrás de los comodorenses que decidieron continuar sus vidas lejos de esta ciudad.
Quien no escuchó la frase "Dios los cría y ellos se juntan"... Comodoro, la ciudad del viento, tiene su propia versión "Dios los cría y el viento los amontona". Pero no siempre. Hay comodorenses que eligen que el viento sea la fuerza impulsora que los desparrame por el mundo. Historias de decisiones, desafíos, propuestas, romances y aventuras.
Te invitamos a escuchar todos los episodios de "Comodorenses por el Mundo" y a suscribirte para que no te pierdas ninguno: podés hacerlo en la plataforma de SPOTIFY o por GOOGLE PODCAST.
LA PLAYLIST DE COMODORENSES POR EL MUNDO: ¿Qué escuchan los comodorenses que están viviendo en otros países? Eso les preguntamos a los protagonistas de cada episodio de este podcast de ADNSUR, y en esta lista están sus respuestas