Comodoro es una ciudad cuya población ronda entre los 177 y 900 mil habitantes, según quién lo diga. Cada vecino tiene su teoría, amparada en las observaciones y experiencias de la vida cotidiana. La realidad social marca un número, y las frías cifras oficiales, otro.

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), por ejemplo, arrojó a través del último censo realizado en el país en 2010 que Comodoro cuenta con 177 mil habitantes, y desde entonces, fue éste número la base de la administración de la ciudad. 

No tardaron en llegar los comentarios de un mal conteo, de falta de censistas en los barrios, de la ausencia de personas en sus domicilios, y todo tipo de argumento con tal de refutar ese resultado. “Algo tuvo que haber fallado”, se deslizaba por lo bajo. 

Es que Comodoro desde su fundación fue una ciudad que creció de manera incesante principalmente gracias a la actividad petrolera. Fue tanto el crecimiento que nos acostumbramos a tener cifras de incremento de población de dos dígitos y siempre mayores a la media nacional.

Para graficar este punto, podemos retrotraernos al año 1960 donde eran alrededor de 35 mil los habitantes. Ya para 1970 ese número se duplicó y llegó a los 72 mil.

Aunque no solo una investigación con método cuantitativo nos señala cuántos somos. Basta con relatar un poco nuestra vida cotidiana donde, en cierto punto, todo nos va quedando chico: las avenidas y rutas colapsan por la cantidad de vehículos transitando en horas picos; faltan vacantes en los colegios; tomarse un colectivo pasa a ser una odisea; los edificios públicos colapsan de personas intentando ser atendidos en trámites o consultas médicas; y las comisarías no dan abasto con el territorio que deben cubrir. 

Pero ¿cuánto pesa nuestra visión y vivencias si los números, por diversos motivos, nos contradicen? Prácticamente nada. Es en las mediciones de carácter oficial donde se ponen en juego aspectos que determinan nuestra vida cotidiana, tales como la proyección de obras de infraestructura trascendentales, el dinero que entrará por coparticipación, incluso la decisión de empresas que podrían desembarcar en Comodoro para invertir y generar empleo. 

Si queremos una ciudad a la altura de lo que merecemos, lo primero que debemos hacer es precisar quiénes somos y en qué situaciones nos encontramos. Estos parámetros se utilizarán para encarar proyectos a futuro. 

Ahí yace la importancia de participar del censo que ya inició en su formato virtual y culminará el próximo 18 de mayo con la salida a terreno de los censistas, que si bien parece un mero proceso burocrático, es la vía por la cual nos reconocemos como comodorenses.

Restará conocer los resultados para saber finalmente, y tras una larga espera, cuántos somos en realidad, con la esperanza de que la participación sea absoluta y ningún comodorense quede afuera del proceso de demostrar la grandeza de la ciudad también en los números. 

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¿Por qué "Es de Comodorense"?

"Es de Comodorense" es un podcast de ADNSUR, conducido por Elías Barakhian, que recorre todos esos elementos que conforman la identidad de los que nacieron o se criaron en esta ciudad.

El viento, las distancias, el frío, las calles empinadas, el circuito de la vuelta del perro, cruzar las calles por el medio, la rutina petrolera, el secreto reconocimiento de lugares estratégicos y únicos, y muchas otras cosas que hacemos -y somos- casi sin darnos cuenta, pero que gritan a los cuatro vientos que somos de Comodoro.

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Es de Comodorense
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