MENDOZA -  Fernando Yáñez fue separado de su cargo como sacerdote de la Iglesia Católica luego de haber sido denunciado por abusos y otros delitos. El cura, que en su momento se defendió de las denuncias de abuso diciendo que necesitaba "cariño", fue absuelto por la Justicia mendocina y también por la  canónica, pero el tribunal eclesiástico lo encontró culpable en otros tres delitos y le redujo el estado clerical. Así lo dictaminó la resolución de monseñor Eduardo María Taussig, obispo de San Rafael: es la pena máxima que se le puede aplicar a un sacerdote fuera de la excomunión, según el derecho canónico. 

Según informó el diario Los Andes, el decreto con la dimisión del estado clerical del ahora ex padre Yáñez fue firmado el lunes por el prelado y es por los delitos de "desobediencia pertinaz, ejercicio ilegítimo de una función sacerdotal y suscitar públicamente aversión y odio contra la Sede Apostólica o el Ordinario", y su efecto es inmediato.

La Justicia absolvió a Yáñez en la denuncia de abuso, porque nunca se presentó formalmente el joven que lo acusó y tampoco se lo pudo ubicar en su domicilio. Pero el sacerdote también estaba acusado de otros delitos económicos, y son éstos los que tomó en cuenta la Justicia canónica para sancionarlo. 

Según dijo al diario el vocero de la diócesis del Sur, José Antonio Álvarez, el cura "estaba acusado por cuatro delitos, y si bien se lo absolvió en uno, se lo encontró culpable en los otros tres y por ello se decide la condena de dimisión. Es algo muy lamentable desde todo punto de vista, que se rebele contra un superior. No hay nada que festejar en esta condena, es triste y lamentable. Pero ameritaba que se tomase una decisión". Álvarez contó que el proceso duró "casi 12 largos años".

En 2016 se divulgó un audio donde el ex cura reconoció los abusos.  El sacerdote tenía a su cuidado a niños y adolescentes internados en un hogar en Monte Comán, San Rafael. En los audios admitió haber abusado de ellos. “Uno está rodeado de varones y necesita cariño”, decía el sacerdote Yáñez en un pasaje del audio. En agosto de ese año, la jueza Paula Arana, del primer Juzgado de Instrucción de San Rafael, lo procesó, inhibió y ordenó un embargo de 20.000 pesos en una causa en la que la Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia lo acusó de “abusos sexuales” contra dos jóvenes. Pero el cura quedó libre tras el pago de una fianza y continuó al cuidado de los chicos.

Los polémicos audios​

"Yo lo vi, padre, cuando se sacó la ropa, yo vi que le tocaba el traste, tuve que hablar porque la situación no da para más, nadie lo está juzgando, pero si le pinta eso, si le gustan los hombres, usted deje los hábitos”, comienza pidiéndole uno de los jóvenes a Yáñez en la grabación difundida en 2016, clave en la denuncia contra el sacerdote, en la que dos internos del hogar lo interpelan por haber manoseado a dos adolescentes cuando dormían. Pero lo que vino después sorprendió a todos.

“Uno está saturado y revienta por algún lado”, respondió el cura y luego intentó minimizar los hechos, pero más tarde declaró lo inimaginable: “Uno está rodeado de varones, miren a Ricky Martin si no cómo terminó. Antes del seminario me encamé mil veces. Pero ahora aquí uno los quiere y se desborda ese sentimiento. Puede ser que me haya dado vuelta, he llegado a una situación que no doy más,la tentación es más grande. Necesito cariño, yo no puedo más, necesito cariño de alguien y lo busco en un hombre".

El audio es escandaloso. Pero la defensa del sacerdote, en diálogo con TN, en aquel momento, fue aún más insólita. El cura ratificó sus dichos y habló de "tentación, de abrazos y de cosquillas" a los chicos. 

Las otras denuncias

El de Yáñez completa una larga lista de casos conmocionantesde curas denunciados por abuso sexual en Mendoza. El más resonante es el del Instituto Próvolo, donde sus responsables fueron denunciados por abuso sexual y maltrato contra chicas y chicos sordos e hipoacúsicos. Por esta causa, el cura Nicola Corradi se encuentra con prisión domiciliaria: acumula denuncias por abuso también en Italia y en el Próvolo de La Plata, y no fue condenado. El sacerdote Horacio Corbacho está detenido en el penal de San Felipe, en la ciudad de Mendoza. 

El otro es el caso es el del Instituto del Verbo Encarnado, también en San Rafael, donde el Gobierno, con el aval de la Justicia, decidió por las denuncias de maltrato retirar a 25 niños y adolescentes de seis hogares del Instituto de Servidora del Señor y de la Virgen de Matará, de ese conservador movimiento religioso. En las filas del Verbo Encarnado estaba Carlos Urrutigoity, uno de los 300 sacerdotes mencionados en los casos de abusos a menores que figuran en el expediente de la Corte Suprema de Pensilvania. Fue denunciado por "conductas deshonestas" en un seminario en Buenos Aires, de allí trasladado a los Estados Unidos y luego, por nuevas denuncias, lo reubicaron en Paraguay.  

El último en conocerse fue el del monasterio del Cristo Orante, de Tupungato. Allí dos monjes están detenidos con prisión domiciliaria acusados de abuso sexual y corrupción. El denunciante es un seminarista que permaneció siete años en el monasterio.

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