"Queremos justicia": Lucía Pérez fue drogada y el fiscal ratificó acusación por abuso sexual
La adolescente falleció en la casa de uno de los acusados. En la apertura de este pasado martes, hubo un pedido de absolución.
En 2016, el crimen de Lucía Pérez, una adolescente de 16 años de Mar del Plata, generó el primer paro nacional de mujeres en el país. Dos años más tarde, los acusados de violación y femicidio fueron absueltos, siendo condenados solamente por la venta de drogas. Este pasado martes, 7 de febrero, comenzó el segundo juicio en pedido de una sentencia legítima.
Leandro Arévalo, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 7 marplatense, sostuvo así para los imputados, Matías Farías (29) y Juan Pablo Offidani (47), dijo que la subieron a una camioneta y la llevaron a una vivienda de la zona sur para drogarla y abusar sexualmente de ella.
Sin embargo, en los lineamientos de apertura, uno de los abogados defensores argumentó que "solo se puede pedir la absolución" del acusado y sostuvo que "la justicia no se resuelve en la calle".
El fiscal aseguró ante el Tribunal Oral en lo Criminal 2 (TOC 2) que ambos imputados son responsables del delito de "abuso sexual con acceso carnal, agravado por el suministro de estupefacientes seguido de muerte en concurso ideal con femicidio".
Precisó en ese sentido que Farías intervino como autor, y que al igual que en la acusación fiscal del primer juicio, sostendrá una participación secundaria de Offidani, aunque aclaró que el grado de intervención "será puntualmente" precisado "al momento de concluir" el debate oral y haber analizado la totalidad de la prueba.
En sus lineamientos de apertura, Arévalo sostuvo que los acusados captaron a Lucía (16), "con la finalidad de abusar sexualmente de ella, a sabiendas" de "su condición de menor de edad" y de que era "consumidora de estupefacientes".
Sostuvo a su vez que, luego de trasladarla a la casa de él en la zona sur de la ciudad, Farías "suministró cantidades indeterminadas de cocaína y marihuana a la menor", luego abusó sexualmente de ella, y que "el desarrollo de tales actos provocaron la muerte" por "asfixia tóxica con congestión y edema pulmonar debido a una falla cardíaca".
La defensora oficial Laura Solari, en representación de Farías, adelantó que discutirá la "materialidad delictiva" del hecho, y el abogado César Sivo, quien representa a Offidani junto a Romina Merino, sostuvo en la misma línea que "además de que no hay hecho ilícito en sí", su defendido "no aportó nada".
Los dos acusados siguieron el inicio de la audiencia de manera remota desde sus lugares de detención, y tras los lineamientos de las partes pidieron desconectarse y quedar a disposición del tribunal, integrado por los jueces Gustavo Fissore, Alexis Simaz y Roberto Falcone.
Antes de cortar la comunicación desde la Unidad Penal de Florencia Varela en la que está detenido, Farías pidió "que se haga justicia", mientras que Offidani, alojado en la Alcaidía Penitenciaria de Batán, no hizo declaraciones.
La madre de Lucía, Marta Montero, fue la primera de las cinco testigos de la jornada, y recordó en el sexto piso de los tribunales que la mañana del 8 de octubre de 2016, día en que se produjo la muerte de la menor, se despidió de ella a las 5.15 antes de ir trabajar: "Le di un beso, le dije te quiero mucho, le di 100 pesos que había pedido para salir con las chicas. Ella me dijo 'yo también te quiero mucho', y ese fue el último contacto de amor y de madre que yo tuve con ella. Queremos justicia".
Declaró además que los acusados eran "narcos", que "la única forma en que pueden obtener el cuerpo de una joven es drogándola y llevándola hasta la muerte".
Los tres familiares declararon con remeras con el rostro de Lucía, y en cada caso, mantuvieron algunos cruces con las defensas, por considerar que preguntas sobre la conducta y la salud de la víctima no eran adecuadas.
La jornada de testimonios se completó con las declaraciones de dos amigas de la víctima. La primera de ellas aseguró que tenía agendado a Farías en el celular como "Mati T" y que la "T" correspondía a "transa", porque era quien solía venderle marihuana, y que otra amiga en común le había comentado que el acusado pedía que "le consiga chicas" para "venderle".
La última testigo dijo brevemente que antes del hecho "veía bien, en reuniones familiares" y "contenta" a la joven.