"Sano mentalmente": fue lo que determinó la pericia psicológica del atacante de Cristina
A Fernando Sabag Montiel se lo imputa por "homicidio calificado en grado de tentativa".
La justicia declaró “sano mentalmente” a Fernando Sabag Montiel, el hombre de origen brasileño, de 35 años, que intentó asesinar a la vicepresidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner este jueves 1 de septiembre en la puerta de su casa.
Fue la primera pericia psiquiátrica la que estableció que el agresor estaba consciente de sus actos a la hora de intentar llevar a cabo el atentado. En tanto, el estudio preliminar determinó que el ciudadano brasileño, que tiene nacionalidad argentina, está ubicado en tiempo y espacio.
De esta manera, el acusado de "homicidio calificado en grado de tentativa" podría declarar en la causa ante la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo este sábado.
En ese contexto, los investigadores no descartan ninguna hipótesis alrededor del intento de magnicidio que tuvo lugar en la esquina de las calles Juncal y Uruguay, en el barrio porteño de Recoleta, cuando la ex jefa de estado llegaba a su residencia en al barrio porteño de Recoleta.
Sabag Montiel se metió entre los manifestantes que estaban apoyando a la vicepresidenta y le apuntó a la cabeza. Entonces, presionó dos veces el gatillo de su arma, una pistola Bersa Lusber 84, calibre 7,65mm Browning, pero la bala no salió.
“Homicidio calificado en grado de tentativa”
Algunos especialistas señalaron que -a este intento de asesinato- podría sumarse la gravedad institucional que representa y el agravante de que la vicepresidenta "es una mujer". Por otro lado, se habló de la figura del "magnicidio", que no se encuentra tipificado en el Código Penal.
Por ese motivo, la jueza federal Capuchetti catalogó el expediente como "intento de homicidio agravado". Por lo tanto, el delito que se podrá tomar como base es el estipulado por el artículo 82 del Código Penal, por el que se estipula "reclusión perpetua o prisión perpetua".
También se debe determinar si el imputado cuenta con permiso para portar armas, algo que aún no fue comprobado. En el caso de la tentativa, la pena es reclusión perpetua de 15 a 20 años; si es prisión perpetua es de 10 a 15 años.