Cámaras de seguridad: cómo funciona el reconocimiento facial y la polémica que despertó en otros puntos del país
Durante la inauguración del nuevo centro de monitoreo de Comodoro, Torres aseguró que la ciudad será la primera de la provincia en implementar la tecnología para identificar a prófugos.
Durante la inauguración del nuevo centro de monitoreo de Comodoro Rivadavia, el gobernador Ignacio "Nacho" Torres anunció que la ciudad será la primera de la provincia en implementar un sistema de reconocimiento facial.
“Nos va a dar la posibilidad de, rápidamente, saber dónde están los delincuentes, poder darle seguimiento en caso de tener algún prófugo y también le va a dar una herramienta muy importante a los fiscales, que son quienes tienen que investigar”, explicó el mandatario provincial.
Sobre la selección de la ciudad petrolera para la puesta en marcha del sistema, agregó: “Queremos arrancar con Comodoro porque paradójicamente siendo la ciudad más grande demográficamente, era la que menos inversión tenia para seguridad. Será la ciudad con más inversión en video vigilancia en toda la Patagonia”.
Aunque aún no se conocen detalles sobre qué software se utilizará, los sistemas de este tipo se basan en verificar de forma automática la identidad de una persona a través de sus rasgos faciales. Con ese objetivo, analizan características únicas como la forma de la nariz, la distancia entre los ojos o la forma de los pómulos.
Actualmente, se utiliza para muchos trámites cotidianos, como la validación de una identidad en una aplicación de pago. Sin embargo, su uso en la prevención del delito no es tan común en el país.
¿CÓMO SE UTILIZA EN OTROS LUGARES DEL PAÍS?
El sistema de reconocimiento facial para la identificación de prófugos fue implementado por primera vez en el país en 2018 en las canchas de fútbol argentino, como parte del programa Tribuna Segura 2.0, que fue lanzado por Patricia Bullrich en su primera gestión como ministra de Seguridad. El objetivo es impedir el ingreso de personas con pedido de captura o antecedentes por violencia en eventos deportivos.
Un año más tarde, la Ciudad de Buenos Aires inauguró el Sistema de Reconocimiento Facial de Prófugos (SRFP). Según lo informado en ese momento, a través de cámaras ubicadas en puntos neurálgicos, como estaciones de subte, se conseguían imágenes que eran cotejadas con una base de datos de más de 46.000 registros del sistema de Consulta Nacional de Rebeldías y Capturas (Conarc).
La tecnología implementada permitía detectar casi en tiempo real a una persona que pasaba frente a una cámara, filmarla y, usando un algoritmo, comparar en segundos sus rasgos con los de las personas que formaban parte de esa base de datos..
Para hacer ese cotejo, el Ministerio de Seguridad porteño contaba con las imágenes de los rostros de los buscados por orden judicial, otorgadas por el Renaper. Ese material no podía incluir registros de otras personas, salvo que así lo estableciera una orden judicial.
Rápidamente, el tema generó polémica. Quienes buscan resguardar los datos personales ante el avance de la tecnología manifestaron su preocupación por los usos que puede tener una tecnología de este tipo. Las críticas se intensificaron luego de que un hombre pasó casi una semana preso porque lo confundieron con un delincuente que tenía su mismo nombre.
El SRFP está suspendido desde 2022, por un fallo del juez Roberto Gallardo, que argumentó posibles acciones de espionaje. Más tarde la jueza Elena Amanda Liberatori lo declaró inconstitucional.
Desde el Gobierno porteño afirmaron que había dado buenos resultados: aseguraron que en tres años permitió identificar a 1.743 prófugos, incluyendo acusados de homicidio, robo y distintas modalidades de abuso sexual.
Otra variante del sistema de reconocimiento facial es la utilizada por fuerzas de seguridad y otras ciudades como Rosario, en la búsqueda de sospechosos. Por ejemplo, la Policía Federal, recopila imágenes de sospechosos durante una investigación y luego cruza esos datos con la base del Renaper para obtener identidades.
