Condenaron a cinco hombres que hacían "delivery de drogas" en Comodoro en plena cuarentena
El fallo fue del juez Mario Reynaldi, que subrayó que como el grupo operó entre febrero y septiembre de 2020, en plena restricción a la circulación de las personas y distanciamiento social por la pandemia del Covid, la sanción judicial debe ser mayor.
En un juicio abreviado fueron condenados Federico Recalde por tenencia de estupefacientes con fines comerciales a 4 años de prisión; Sergio Sosa, por el mismo delito, a 4 años y 3 meses de prisión, y Leonardo Scarafile, Quimey Gabriel Vidal y Lucas Bazán como partícipes secundarios a 2 años de prisión efectiva. Además, se decomisó un Fiat Strada Trekking usado para entregar droga, celulares y dinero en Comodoro Rivadavia.
El fallo al que accedió ADNSUR fue del juez Mario Reynaldi, que subrayó que como el grupo operó entre febrero y septiembre de 2020, en plena restricción a la circulación de las personas y distanciamiento social por la pandemia del Covid, la sanción judicial debe ser mayor.
“Circular por la vía pública, desobedecer el distanciamiento y realizar intercambios de objetos en esa época con la finalidad de comerciar estupefacientes, merece un mayor reproche”, escribió.
El caso comenzó cuando la Unidad de lnvestigaciones de Delitos Complejos y Procedimientos Judiciales “Comodoro Rivadavia” de la Gendarmería Nacional Argentina chequeó los movimientos del grupo entre el 19 de febrero y el 27 de septiembre de 2020 y detectó acciones típicas del narcomenudeo: coordinar por teléfono el tipo de sustancia, la cantidad y el precio, mantener breves "pasamanos" y usar vehículos, celulares y balanzas digitales para fraccionar.
Recalde se movía desde Las Gamelas de Km. 3 junto con Sosa, que manejaba un remís Renault Logan, y recibía continuamente a personas que llegaban en vehículos o caminando a su departamento del primer piso. A veces él mismo bajaba y los atendía en la planta baja o en la playa de estacionamiento; o como un delivery hacía recorridos en remís deteniéndose en distintos puntos para intercambiar droga por dinero. Descendía o lo hacía por la ventanilla. Incluso lo hizo con su hijo en brazos.
Sosa vivía en Avenida Polonia pero en varias oportunidades también se lo observó en calle Los Tamariscos del barrio Saavedra, en la “Granja Shaiel”. Con Recalde acordaban encontrarse en esa quinta. Y a Scarafile se lo vio en la casa de Recalde vendiendo al menudeo y actuando como intermediario.
Hasta el 22 de marzo de 2020, de noche y de día pasaron muchas personas para comprar estupefacientes “como quien concurre a un kiosco”, dice el fallo. En esa fecha ese movimiento cesó debido al Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio.
Pero Recalde se mudó a una casa de calle San Francisco de Asís. Allí se observaron los mismos movimientos con consumidores y con Scarafile de intermediario. Hasta los vieron llevarse macetas con plantas de cannabis sativa.
Algunas llamadas del celular de Recalde graficaron su negocio:
-NN: Me están preguntando cuánto está/ Fede: Cinco/NN: ¿Y por gramo?/Fede: Mil trescientos (en referencia a que un gramo de cocaína cuesta $1.300).
-NN: Estoy acá afuera/Fede: Cuánto/NN: Quinientos/Fede: Ahí baja un amigo, ¿dale?/ NN: Dale, por qué no bajás vos chabón?/Fede: Porque estoy armando.
-NN: ¿Tenés algo ahí?/Fede: Todo de bolsa nomás/NN: ¿No tenés cinco?/Fede: No, tengo una bolsa, armé todo ayer, está todo fraccionado.
-Fede: Tengo en bolsa de a un gramo no más tengo, a mil ochocientos, todavía no traje piedra. Me tengo que ir a buscar, más rato/NN: Necesito cinco gramos. Porque es para venderla y después vengo más tarde con más plata/Fede: Bueno, yo tengo que ir a buscar en piedra ahora, recién me levanto, me pasé de largo/NN: Y te espero amigo, porque yo quiero hacer negocio viste.
-NN: Me avisaron de una ondita, cinco lucas el veinticinco/Fede: Piola, ando ni un peso, el ocho recién cobro, si yo no sabía que había que sacar turno en el banco para ir/NN: ¿Para cobrar el IFE?/Fede: Sí y recién me dieron turno para el ocho a mí.
-Madre: Me dijeron que avise a todos los vecinos. Que nadie salga, porque hay un caso… no vas a poder salir más te cuento eh, una vez que entrás. Ellos te van a revisar todo/Fede: Y pero las plantas. ¿Qué voy a hacer con las plantas? ¿Cómo no voy a cuidarlas? Pero si las semillas están germinando, le están saliendo los pelitos recién/Madre: Bueno, le voy a preguntar a Ojito que él sabe de eso/Fede: Ya tengo prendidas las luces todo en la pieza, pensé que me iban a allanar/Madre: No, es por el caso de Covid.
A veces ese celular lo atendía Scarafile y prueba que comerciaba con estupefacientes:
-NN: Che, Joel, ¿Qué onda? ¿Vas a venir? ¿No venís?/Joel: Y sí, pero estoy esperando el remís/NN: ¿No podés traer una balanza/Joel: El vecino tiene/NN: No está creo/Joel: Bueno ahí cuando llegue buscamos/ NN: Bueno, te iba a decir, yo voy a sacar un finito. Yo todavía ni lo toqué, ni lo abrí nada/Joel: ¿Pero no te lo pesó?/NN: No, si no tenía balanza. Dice que lo pesó él, tiene diez. Igual es bastante grandecito, parece diez.
Scarafile vivía en la calle Formosa al 1.500 y también allí se observaron pasamanos.
Los investigadores vieron en Las Gamelas un Peugeot conducido por Vidal junto con Recalde. Realizaron varios pasamanos desde el asiento de acompañante. A Vidal se lo vería en otras ocasiones llegar y salir del edificio con cerveza y otros objetos y hasta darle plata a “Fede”.
También se registró el remís Chevrolet Classic conducido por Bazán en Las Gamelas, llevando a Recalde y Scarafile también para distribuir droga, o al propio Bazán entrar al edificio e irse rápido. Hasta ocho personas –incluido Sosa- fueron vistas en ese domicilio.
Bazán fue identificado como el chofer del remís y se intervinieron sus llamadas con Recalde:
-Bazán: En un toque paso, voy a buscar un par de bolsas y te llevo lo de ayer/Fede: Dale perro/Bazán: ¿A cuánto me la estás dejando?/Fede: Al mismo precio, mil ocho.
-Fede: A las cinco por ahí vamos a buscar más churris/ Lucas: ¿Hay que buscar eso?/Fede: Faso/ Lucas: Ah, bueno dale/Fede: Tengo un par de bolsas para vender/ Lucas: ¿Y está buena?/Fede: Está mejor que la del otro día, mil pesos la bolsa/Lucas: Bueno, te aviso/Fede: Fijate así compramos flores boludo.
Otras intervenciones dieron cuenta del vínculo de Recalde, Bazán y Sosa:
-NN: Mandame a Luca/Fede: No, si Lucas se fue a hacerme un pedido/NN: Bueno, dale, ¿no sabés si está trabajando Queco?/Fede: Andaba boludeando por ahí /NN: Dale, ahí lo llamo y voy.
-Fede: Recién me levanto boludo, pero tengo que ir a buscar al dos veinticinco/Lucas: Si querías te hacía el aguante para ir a buscar lo de acá, lo otro, pero un rato más.
-Fede: ¿Qué onda amigo?, ahí ya salgo/Lucas: No me va a cortar la de los pibes, eh/Fede: No, olvídate/ Lucas: No seas concha de tu hermana de hacer eso, eh/Fede: No perro, no.
-Sosa: Amigo, ¿vendiste eso?/Fede: No, uno vino pero no la quiso. Ahora estoy esperando que venga el otro/Keko: ¿Cómo no la quiso?/Fede: Dijo que era muy poco, que quería quinientos pesos, le dije que no, igual ahí estoy esperando que venga el otro/Keko: Yo porque ya me iba, la chabona me quiere cruzar acá en el centro viste, quiere que le dé la plata, porque anda de caravana la gila de mierda. Ya fue. Voy a buscar de mi casa y le doy yo de mi plata.
Allanamientos
La causa identificó pasamanos de Sosa y Vidal, y sus vínculos con Scarafile. La investigación finalizó el día 26 de septiembre de 2020 con los allanamientos de los domicilios y con las requisas personales y de los automóviles.
En la casa de “Keko” Sosa, calle Bahamonde esquina Avenida Polonia, se hallaron paquetes con marihuana y semillas de cannabis sativa, plantas y celulares. Tenía $ 54.150 en efectivo.
El propio Sosa pidió que abrieran el freezer de la heladera: había una bolsa de nylon con marihuana; también indicó debajo de la alacena de la cocina otra bolsa y una balanza de precisión.
Además mencionó que en su Fiat Strada Trekking poseía un kilo más de marihuana y que el rodado estaba en un taller mecánico del barrio Laprida Zona Noroeste. Incluso entregó la llave.
Sosa admitió que en el ropero había algo más: un paquete rectangular envuelto en cinta de embalar con marihuana. En la parte posterior del comedor, en un depósito, se encontró una planta de cannabis sativa.
También en su Fiat Strada, debajo del asiento del acompañante, se encontró una bolsa de nylon con marihuana, y en la guantera otra bolsa con tres envoltorios de droga. Era poco más de un kilo.
En Pasaje La Pinta al 1.900 de barrio Pietrobelli, casa de Vidal, había en la mesa de luz varios envoltorios plásticos característicos del uso de cocaína y una pipeta casera.
En Cerro Escondido al 200 de barrio Sismográfica, vivienda de Bazán, secuestraron un celular y llaves de un Chevrolet Corsa Classic.
En San Francisco de Asís al 1.000, donde alquilaba “Fede” Recalde, había bicarbonato de sodio usado para cortar droga, clorhidrato de lidocaína inyectable y tarjetas de memoria.
En Formosa al 1.500 de barrio Pietrobelli, residencia de Scarafile, envoltorios de nylon con marihuana y un celular.
En las gamelas de Km.3, en Avenida Fray Luis Beltrán, donde vivía la madre de Recalde, hallaron dentro de un placard acondicionado con aislante térmico 35 plantines de cannabis sativa, un caloventor encendido, todo iluminado con una lámpara Philips Tempo, un lámpara led colgante, un pulverizador y un trozo de aislante térmico. Había fertilizantes, celulares, dosis de cannabis, pipetas caseras y un kit de limpieza de armamento. Estaba el DNI de Recalde y envoltorios de nylon con marihuana.
Del departamento siguiente, donde vivía Recalde antes de mudarse, se llevaron celulares.
Todos admitieron su responsabilidad. La Justicia Federal concluyó que Recalde y Sosa poseían la droga y definían las operaciones comerciales. Scarafile, Bazán y Vidal, en tanto, tenían un rol secundario. Su aporte al resultado final no era esencial, ya que lo que hicieron pudo hacerlo cualquier otro.