Denunciaron maltratos en el nuevo Instituto Penitenciario
Evalúan modificar el protocolo para asegurar que se brinden las garantías establecidas por Ley.
RAWSON - Un hecho grave y absolutamente irregular sucedió en el Instituto Penitenciario Provincial, inaugurado hace menos de un mes y medio, donde denunciaron trato vejatorio, maltrato físico y psicológico para con los internos. En tal sentido, y ante la gravedad de la denuncia debieron intervenir la Directora General de Políticas Penitenciarias, Marianela Holm, el Subsecretario de Protección Ciudadana, Pablo García, el Defensor General de la provincia, Sebastián Daroca y el Secretario Penal de Prevención de la Violencia Institucional, Jorge Benesperi.
Según se pudo saber, los presos eran sometidos por lo menos a cuatro controles de rigor. Los trasladaban esposados y los obligaban a desnudarse en diferentes circunstancias, siendo que el protocolo determina que los internos deben ser revisados en dos ocasiones: al salir de la celda y antes de regresar a ella.
El hecho aconteció hace varios días pero trascendió luego de que las autoridades provinciales intervinieran en el asunto, y debieran visitar el Instituto Penitenciario para interiorizarse sobre la situación, para posteriormente tomar medidas. A partir de entonces se evaluó la necesidad de modificar el protocolo y asegurar que se brinden las garantías establecidas por Ley que rige para las personas privadas de su libertad.
COMO SE "ENTERARON"
En tal sentido, el Subsecretario de Protección Ciudadana, Pablo García, confirmó que tanto el área de Políticas Penitenciarias y la Subsecretaría de Derechos Humanos fue notificada por parte de la defensa de los internos y por algunos reclusos. El mismo día que se recibieron los llamados, se constituyeron en el lugar y pudieron hablar con al menos doce reclusos que coincidieron en su versión por lo que de manera inmediata se informo al Ministro de Seguridad y Justicia, sobre la situación que involucra al personal del Instituto Penitenciario.
“Hicimos algunos ajustes al protocolo”. “Estas modificaciones se hicieron y seguramente se harán otras, teniendo en cuenta que se trata del Primer Instituto Penitenciario Provincial”, enfatizó el funcionario. García, sostuvo que los internos deben ser acompañados durante su reinserción en la comunidad para que todo el esfuerzo realizado desde el estado sirva no solo al privado de su libertad, sino a toda la sociedad. El Subsecretario de Protección Ciudadana expresó también que se está trabajando en forma paralela con Jueces, Fiscales, con la Directora General de Políticas Penitenciarias y personal de la misma institución en la Ley que va a regular toda la actividad del sector en la provincia del Chubut.
TRASLADOS Y ASISTENCIA
Hasta el momento se hicieron efectivos 37 traslados. Los restantes fueron demorados porque hay internos que están recibiendo educación primaria, secundaria y terciaria. Los mismos serán trasladados una vez que finalice el receso escolar de invierno, siempre y cuando puedan acceder a la continuidad de sus estudios.
Entre los temas que sensibilizaron al entorno de los internos hubo cuestiones básicas que tal vez por la inexperiencia del personal (ya que en principio se basó en una formación específica de 90 días) o la rigidez con que se aplicaron directivas, afectaron derechos básicos. Por ejemplo, no se permitía el ingreso de alimentos por parte de familiares.
Si lo hacían lo terminaban requisando bajo una serie de metodologías y argumentos poco convincentes razón por la que finalmente y luego de tomar conocimiento desde la Subsecretaría de Derechos Humanos y desde el área de Políticas Penitenciarias decidieron recorrer el instituto y corroborar las acusaciones que se estaban realizando. Con la modificación de protocolo serán revisados solo en dos ocasiones tal como sucede en otros centros carcelarios. A la salida de la celda y antes de regresar.
UNA ESTRCTURA QUE REQUIERE MUCHA GESTION
El Instituto Penitenciario de la Provincia fue inaugurado el 16 de mayo de este año. Está ubicado en un predio que linda con la ex Torre Omega y posee una superficie de 3.804, 92 metros cuadrados. Cuenta con capacidad para recluir a 72 personas y se compone de dos pabellones. Los mismos se dividen de manera interna y pueden alojar hasta 18 reclusos. Las celdas son individuales, con artefactos sanitarios y demás equipamiento fijo como camas y estantes. También cuenta con servicio de apoyo en la seguridad de los pabellones y una sala especial de monitoreo con cámaras de seguridad en todo el complejo edilicio
Precisamente la ubicación de aislamiento que ya posee el sitio que bien acredita condiciones de cárcel de máxima seguridad, y la magnitud de la estructura, requiere más que nunca claridad respecto a las normas de convivencia, protocolos sumamente pulidos, profesionalismo comprobado respecto al personal que se desempeñe ostentando el poder de ordenamiento del lugar, y sobre todo riguroso seguimiento de las autoridades responsables, que en este caso, cuando aun no se cumplieron dos meses de inaugurado el predio, reconocieron haberse anoticiaron por terceros de los excesos sucedidos.
NO BASTA CON DORMIR UNA NOCHE
Una manera de mostrar de entrada que en este Instituto se pretendían “hacer las cosas bien” se llevó al extremo cuando a mediados de abril, jueces, fiscales y funcionarios que se habían reunido en Chubut para debatir una ley de ejecución penitenciara y una ley para la creación del servicio penitenciario local, se alojaron durante dos días en lugar que aun no había sido inaugurado.
“Surgió la idea de llevar a cabo la actividad en la nueva unidad penitenciaria. No fue con intención de ‘jugar’ a ser preso sino como una experiencia constructiva para tener un acercamiento a lo que significa el encierro”, contó en ese momento al matutino La Nación, Mario Juliano, juez de Necochea y miembro de la Asociación Pensamiento Penal.
Los funcionarios contaron que la experiencia les permitió “comprobar cómo serán las condiciones de detención en la nueva prisión”. “Cuando ingresaba a la celda con mi bolsito, no podía evitar figurarme lo que debe sentir una persona que sabe que entra para quedarse cinco o diez años”, contó Juliano.
“Obviamente dormimos con las puertas abiertas, y aunque no es lo mismo una noche en una cárcel que no inauguró que el encierro que les toca a las personas detenidas, la experiencia fue interesante”, explicó. Al parecer, en esa instancia no se percataron en demasía de las cuestiones del Protocolo, y tampoco se profundizó en la capacitación intensa que deben tener quienes ostenten un gramo de poder en estos sitios.
Fuente: El Diario de Madryn