NEUQUÉN - Una mujer de la localidad de Cipolletti, Río Negro, que está embarazada de dos meses denunció a su pareja por intentar apuñalarla. El agresor le marcó la panza con el cuchillo y quiso abusar de su hija adolescente. “Quiero carne joven, vos ya estás vieja”, le decía el violento mientras apretaba el cuchillo en su garganta.

El brutal ataque ocurrió en una casa del barrio 10 de Febrero durante la fiesta de cumpleaños que la mujer le organizó al agresor A.E.R de 44 años. Del evento participaban dos amigos del hombre y los tres hijos adolescentes de la mujer; una joven de 15 y dos varones de 17 y 18 años.

Según publica LM Neuquén, tras comer un asado, el acusado se emborrachó e intentó propasarse con la adolescente frente a todos lo invitados lo que originó que se termine el festejo en el lugar. 

“Frente a todo el mundo quiso besar y manosear a mi hija. Fue un momento horrible, estaba muy borracho y violento. En todo momento estuvo con un cuchillo en la cintura. Yo le pedí a todos que se retiren para que se calme, pero fue el peor error que cometí, porque todo empeoró”, relató a LM Cipolletti Adriana Huenchunao, de 37 años.

CRUDO RELATO DE LA VÍCTIMA

Dio que apenas se fueron los invitados, quedaron solos en la casa, y la encerró en el interior de la vivienda. La arrastró de los pelos, la golpeó y la pateó en el piso. Se le subió arriba y le apretaba el cuchillo contra la garganta mientras amenaza con matarla.

Me pasaba el cuchillo alrededor del cuello y me decía que quería probar carne nueva, que yo ya estaba vieja para él, hablándome de mi hija. Amenazaba con cortarme, apretaba fuerte, y me marcó la panza. Yo estoy embarazada de dos meses, y él es el padre”, contó la mujer.

Según denunció, el agresor le dio una piña en la mandíbula que casi la noquea, mientras le mostraba desde el celular la foto de su ex pareja con la cara desfigurada a golpes. “Me ponía la foto que su ex compartió en las redes para escracharlo por la paliza que le dio. Me decía que me iba a dejar así. Yo estaba media aturdida por la trompada que me había dado, y me arrastró hasta el dormitorio. Me apuntó con el cuchillo y me dijo que mañana me iban en encontrar muerta; en ese momento lo empujé con todas mis fuerzas y salté por la ventana que da al patio. Caí muy mal, me golpeé fuerte, pero logré correr y subirme a la caja de su camioneta a gritarle a mis vecinos para que me ayuden, porque estaba todo cerrado con candado y no podía salir a la calle”, expresó la víctima de violencia de género. 

Tras sus gritos desesperados, llegaron los vecinos para rescatarla junto con la policía. El hombre fue detenido y trasladado a la Unidad 45 del barrio Anai Mapu, pero quedó en libertad a las cuatro horas. 

“Esa noche me tuve que ir de mi casa y esconderme en Fernández Oro donde un familiar. Pero el domingo fue a buscarme. Yo volvía a Cipolletti en moto por el camino de La Falda y me lo crucé, él iba en su camioneta. Cuando me vio, dio la vuelta y comenzó a perseguirme. Me mostraba una pistola y me quería atropellar. Tuve que meterme a un barrio privado y pedir ayuda en una garita de seguridad. Cuando llegó la Policía, ya se había escapado”, denunció la mujer en la Fiscalía.

"Estoy presa en mi casa, no puedo salir por miedo a que me mate. Los vecinos me traen la comida", relató. 

La víctima vive con un patrullero en la puerta de su casa, y con miedo de que en cualquier momento el violento aparezca y concrete su amenaza de asesinarla. Tiene a su cargo dos hijas pequeñas, de 11 y 9 años, a quienes no les contó nada para que no se preocupen, e incluso debe esconder sus moretones para que no se den cuenta de nada.

La mujer suplica que lo encuentren y lo encarcelen, y que mientras tanto le entreguen un botón antipánico, el que, a casi una semana de la agresión aún no llegó.

“Las nenas me preguntan qué hace la Policía en la casa y solo les respondo que es para protegernos. No quiero que sepan y se asusten”, expresó Adriana, quien pide a la Justicia que la escuchen y actúen con velocidad para poder vivir tranquila.

El agresor está prófugo; es oriundo de Formosa, pero creen que se podría haber escapado a Trelew, donde tiene muchos familiares que podrían esconderlo.

La justicia aún no lo imputó ya que no logran notificarlo debido a que no aparece.  

RÉGIMEN DE VISITAS

Adriana tiene un régimen de visitas para que sus dos hijas pequeñas puedan ver a su papá, y los fines de semana debe llevarlas hasta su casa en Fernández Oro. Durante un año de relación no hubo inconvenientes, hasta enero pasado, cuando el hombre enfureció y la encerró en el baño por varias horas.

Según relató la víctima, "esa tarde se enojó porque hablé por teléfono con el papá de las nenas para organizar la visita. Algo que siempre hacía. Me metió al baño y me encerró, y me dijo que lo hacía para corregirme. Me gritaba que no tenía que tener ningún trato con él y que no tenía por qué llevarle a mis hijas”. 

Luego de varias horas suplicándole que la dejara salir, y hasta pidiéndole perdón para que acceda, el agresor abrió la puerta y se disculpó. “Me pidió perdón, me abrazó y hasta lloró. Después en la semana me echó de la casa, y yo no tenía donde ir. Pero pasó lo mismo: se arrepintió y me pidió que me quedara”, agregó.

Luego de ser agredida, la mujer se enteró de la historia de la ex pareja del hombre, una joven de Centenario, a quien desfiguró a golpes y se tuvo que ir a vivir a otra provincia porque, pese a haberlo denunciado, la Justicia no actuó y tenía miedo.

“Es injusto; ella se tuvo que escapar al Chaco y él andaba como si nada acá, libre y tranquilo”, resumió la nueva víctima de violencia de género en la Patagonia. 

Fuente: LM Neuquén

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