Ana María Lavitola, una mujer de 68 años y con domicilio en Comodoro Rivadavia, es la propietaria del 95 por ciento de las acciones de Vayo Business, una empresa que su propia criptomoneda, Vayo Coin, que surgió como un escape de los problemas inflacionarios del mercado argentino, pero también como un modo de conservar el valor de los ahorros.

El Banco Central tiene en la mira a este "holding" porque no está registrada en la  Comisión Nacional de Valores, un requisito clave para este tipo de operaciones, y además los especialistas advierten que sus promociones se tratan de un nuevo tipo de estafa porque "cualquiera que opera en cripto sabe que no hay un horizonte de ganancias con certeza por la volatilidad con la que se manejan este tipo de operaciones".

Lavitola junto a su socio, Walter Ramon Cárcamo, de 35 años, ex empleado bancario con domicilio fiscal en una rotisería de Rada Tilly, están siendo investigados luego de que se destapara la cantidad de dinero que pagaban a famosos para publicitar su empresa.

Pero en las últimas horas, una nota de Infobae brindó más detalles sobre el accionar de Vayo Bussines. 

Se pudo establecer que emitieron  18 cheques en marzo de este año por un valor de $13,9 millones de pesos y que fueron todos rechazados por falta de fondos. 

Otro dato no menor es que además adeuda aportes de sus empleados para los últimos dos meses de acuerdo a datos previsionales.

Pero además por Fútbol Coin y Polo Coin, Walter Cárcamo también tiene 9 cheques rechazados por falta de fondos a su nombre de acuerdo a datos del BCRA. Adeuda otros $16,2 millones

Vayo Coin, la propia criptomoneda del grupo, parece un espejismo. No figura como opción en los principales sitios de compra y venta de activos digitales. Su cotización y volumen de tráfico tampoco aparecen listados en sitios como Coin Market Cap, según publica Infobae. 

Entre los más relevantes también surge que Maria Lavitola tiene un hijo, Leandro Usín, su hijo, que si bien no figura en ninguna de las sociedades de la trama, tiene antecedentes por estafas en la provincia de Chubut. E incluso en mayo de 2021 fue condenado a un año y ocho meses de cárcel por siete casos de estafa y falsificación de documento público en un juicio abreviado donde aceptó su culpa y la pena impuesta.

El testimonio de unos de los tantos famosos que realizó publicidad para Bussines relató que le pagaron 300 mil pesos por mencionar a la empresa en sus redes sociales, pero que seguramente había gente que había cobrado más. 

“Vi que era turbio al toque y me fui, al carajo. Dije que no a una segunda story y no llamaron nunca más. Es una vez, pero quedás marcado para siempre”, contó el arrepentido a Infobae.

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