El viernes pasado, a Alejandro Javier Salaberry Gabarain le llegó al celular el mensaje con la confirmación del turno para recibir la vacuna el domingo a la mañana en el Museo del MAR, de Mar del Plata. Aunque no lo sabía, iba directo a una trampa y lo esperaba 15 policías. Desde el trapito que cuidaba los automóviles, la voluntaria que tomaba la temperatura en la puerta del vacunatorio, hasta los enfermeros y una pareja que hacía la fila, eran efectivos de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Mar del Plata.

Después de que lo vacunaron, y mientras esperaba sentado los 15 minutos requeridos por protocolo para establecer si la dosis que le habían aplicado le producía algún efecto adverso, dos de los policías que estaban de encubierto se acercaron por atrás y por delante y lo detuvieron, informa La Nación.

Salaberry Gabarain era buscado por la Justicia de Morón, por el intento de homicidio de un vecino cometido en 2018 en el oeste del conurbano bonaerense, y que estuvo prófugo más de 15 años por el crimen de un policía hasta que esa causa prescribió, fue detenido en Mar del Plata cuando estaba por aplicarse la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus.

El paso del tiempo en la clandestinidad le había permitido zafar del castigo en la causa por el asesinato del oficial de la DDI marplatense Cristian Agusti. Pero evidentemente no sabía que había una captura vigente en su contra por el ataque a un vecino suyo en Merlo.

La captura de Salabery Gabarain había sido ordenada por el juez de Garantías de Morón, Alejandro Lagos, quien aceptó una solicitud del fiscal Claudio Oviedo, que tenía a su cargo la investigación del intento de homicidio de Ernesto Mauro Aragón, ocurrido el 15 de octubre de 2018, en Azara 1365, partido de Merlo. 

A partir de la reconstrucción del violento episodio, los investigadores judiciales determinaron que Aragón fue interceptado por Salaberry Gabarain cuando pasaba frente a su casa. En un momento de la pelea cayó al piso y el agresor comenzó a pegarle con un machete, con el que le provocó heridas en un brazo y en la cabeza. En ese momento intervino un vecino y el atacante dejó de pegarle a Aragón, que terminó internado.

Ante la policía, los familiares del herido y los testigos afirmaron que el agresor era conocido como Lucas y vivía en la casa 25 del Barrio Parque San Martín. Con estos datos, los investigadores allanaron la vivienda del acusado y hallaron un DNI y una factura de un teléfono a nombre de Lucas P. Entonces, dictaron una orden de captura a nombre del sospechoso. 

Un mes después, la policía, en un control de rutina arrestó al tal Lucas P. que tenía pedido de captura por el intento de homicidio de Aragón. Pero, en realidad, se trataba de un efectivo de la Gendarmería que no tenía vinculación con el hecho de sangre, sino que había sido víctima del robo de identidad. Ante la Justicia, luego de una rueda de reconocimiento, los familiares de Aragón indicaron que el gendarme no era el agresor de Aragón.

Poco tiempo después, los familiares del vecino agredido en Merlo vieron la imagen del atacante al que ellos conocían como Lucas, quine en realidad era Salaberry Gabarain, prófugo más de 15 años, acusado del homicidio del cabo 1° Cristian Agusti, miembro de la DDI marplatense. Ese crimen ocurrió el 27 de octubre de 2003, cuando Salaberry y dos cómplices ingresaron a robar en un local de computación marplatense. Alertados del asalto, el oficial Agusti y un compañero llegaron al lugar; en cuando los vieron, los delincuentes les dispararon: mataron a Agusti e hirieron de gravedad al otro uniformado. Tiempo después, por este hecho fueron condenados Claudio Raúl López, Fernando A. Palomino y Carlos Marcelo de los Santos, mientras que Salaberry se mantuvo en la clandestinidad hasta 2019, cuando prescribió la acción penal en su contra.

La imagen de Salaberry Gabarain trascendió los límites de Mar del Plata porque cuando se cumplieron 15 años, 7 meses y 8 días del crimen, el prófugo se presentó en los tribunales de Mar del Plata junto a un abogado y solicitó la prescripción del proceso en su contra por homicidio del policía Agusti. Cuando, la familia de Aragón vio la imagen de Salaberry Gabarain se comunicó con la familia de Agusti, que aportó más datos sobre los lugares por los que se movía el homicida.

Con esta información, el fiscal Oviedo ordenó a los policías de la Dirección de Investigaciones (DDI) de Merlo que coordinarán con sus colegas de Mar del Plata un operativo para capturar a Salaberry Gabarain. Si bien, los investigadores contaban con una imagen de la cámara de seguridad de un cajero automático que grabó a Salaberry Gabarain, no pudieron establecer en qué auto se movilizaba. 

Pero, al revisar el listado de solicitudes de turno para vacunarse contra el Covid-19, los efectivos encontraron el nombre del prófugo, quien desde la clandestinidad también había gestionado el pedido de un nuevo DNI.

Para evitar que pudieran perderle la pista, los investigadores adelantaron el turno de vacunación de Salaberry Gabarain para el domingo, montaron el operativo para detenerlo con 15 policías y el prófugo cayó en la trampa. Fue trasladado a Morón, donde se negó a declarar en su indagatoria por la tentativa de homicidio de su vecino de Merlo. Y será remitido nuevamente a Mar del Plata, para que comparezca en la causa por el crimen del policía, que fue declarada prescripta.

Fuente: La Nación

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