Silvina, una vecina de Vista Alegre Sur, vive una pesadilla: en apenas cinco días, su casa fue saqueada cuatro veces por el mismo ladrón. Aunque logró identificarlo y la Policía lo detuvo en una ocasión, la Justicia lo dejó libre en cuestión de horas, argumentando que "las cárceles están sobrepobladas" y priorizan otros delitos más graves.

El primer golpe: el inicio del calvario

El domingo pasado, Silvina regresó a su casa con la intención de pasar un día de pileta en familia, pero se encontró con su vivienda completamente revuelta. Enseguida revisó las cámaras de seguridad que había instalado y confirmó sus sospechas: un hombre había entrado dos veces en la madrugada del sábado y del domingo.

"Se llevó cosas chicas, entraba y salía con total calma", relató la mujer. Como su casa aún no está terminada, no pernocta allí todos los días, lo que el ladrón parece haber aprovechado para saquearla sin apuro.

Tercer intento: un asado interrumpido y una captura fugaz

Esa misma noche, Silvina decidió quedarse en la casa junto a su familia. Mientras cenaban un asado, el ladrón volvió. Un vecino los alertó al ver al sujeto intentando ingresar nuevamente y lograron reducirlo hasta que llegó la Policía.

Al revisarlo, los efectivos encontraron un bolso y una gorra de la víctima. Sin embargo, la fiscalía ordenó su inmediata liberación al considerar que el hecho "no era grave".

Cuarta invasión: la impunidad total

Apenas unas horas después de quedar libre, el delincuente regresó a la casa de Silvina y volvió a robarle. "Siempre hace lo mismo, por eso sabemos que es él", señaló la mujer, quien explicó que el ladrón ingresa siempre de la misma manera: sacando una ventana.

Como se mueve a pie, se lleva objetos pequeños, lo que derivó en un "robo hormiga" que, con el correr de los días, dejó la vivienda prácticamente vacía.

"No lo pueden detener por la crisis carcelaria"

Cuando Silvina acudió a la fiscalía en busca de respuestas, le explicaron que, debido a la falta de espacio en las cárceles, solo se alojan homicidas, violadores y delincuentes violentos.

El problema del hacinamiento carcelario ya había sido expuesto la semana pasada, cuando la defensa pública presentó un habeas corpus para evitar el "amontonamiento" de imputados en las comisarías. En respuesta, el juez Juan Kees ordenó que se busquen lugares alternativos para los detenidos y se construyan nuevos pabellones en la Unidad 11, pero esta medida fue revocada por otro tribunal, dejando sin solución inmediata el problema.

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