Juicio por violencia de género: le disparó por un mensaje de texto
Le disparó a su mujer mientras sus cuatro hijos dormían
El agresor le exigió conocer el autor de un mensaje de texto, y le disparó a su mujer en el abdomen mientras sus cuatro hijos dormían en la misma casa
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - A lo largo de toda la mañana del viernes se desarrolló en los tribunales penales del barrio Roca la cuarta jornada de juicio oral y público por el hecho de violencia familiar acontecido el pasado 10 de agosto de 2017 que tiene como único imputado a E. D. M.. Los testimonios de la fecha fueron los de un Escribano Público, una amiga de la víctima y el de dos profesionales del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito (SAVD). También prestó testimonio la madre de la víctima y se realizó la incorporación de la prueba documental del caso. Para el lunes se espera continuar con el debate con la declaración del imputado y los alegatos finales de las partes.
El primer testimonio fue el de un Escribano que leyó una declaración jurada que realizó la víctima en la Escribanía. Luego una amiga de la víctima que recordó que el día del hecho ésta estuvo en su casa. Cuando llegó a su casa estaba golpeada y le comentó que había discutido con el imputado y éste la había golpeado.
Seguidamente se escuchó la palabra de una psicóloga del SAVD que realizó una tarea asistencial victimológica la que se basa en la credibilidad del relato de la víctima. Se realizó su contención y acompañamiento en la causa a lo largo del proceso. Se aplicó un Protocolo de evaluación de riesgo de Violencia Familiar y dio un valor alto, recordó. AsÍ se planificó una estrategia de intervención de urgencia y posteriormente una asistencia victimológica primaria. Se realizaron seguimientos y varios acercamientos domiciliarios por su deserción a las citas. La víctima estaba inmersa en un círculo de violencia que comienza con agresiones a nivel emocional y verbal, continúa con violencia física con etapa grave con arma de fuego y sigue con una “luna de miel” y así se completa el círculo. Con agentes externos se logra salir de éste círculo de violencia, aseguró la profesional.
La otra profesional del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito recordó que interviene momentos posteriores al hecho, por guardia, se entrevista con la víctima en el Hospital Regional. Estableciendo luego contactos periódicos con la víctima y su familia; y se dio intervención a la Oficina de Derechos y Garantías. Asegurando que existía una cronicidad en la situación de violencia que sufría la víctima.
Una pesadilla de violencia
El hecho ventilado en juicio acontece el 10 de agosto de 2017, entre las 01.30 y las 04.25 hs., la víctima D. A. G. L. se encontraba en su domicilio sito en calle Código 3111 al 500, del Barrio Los Tres Pinos de Comodoro Rivadavia, junto a su pareja, D. E. M., con quien convive hace aproximadamente ocho años, y los cuatro hijos de la pareja, que se encontraban durmiendo. En tales circunstancias, el imputado comenzó a increpar a su pareja, exigiéndole que le diga el nombre de la persona que días antes le había enviado un mensaje de texto. Al no tener respuesta D.E.M. se dirigió a una habitación y regresó con un arma de fuego, y mostrándosela a su pareja le dijo: “ésta es la que va a decidir si vos vivís o no, ahora yo tengo el mando”, tras lo cual apuntó con el arma a la cara y la cabeza de la víctima, exigiendo que le diga quién le había mandado el mensaje. Ante la negativa de la víctima, D.E.M., con claras intenciones de darle muerte, la empujó contra la pared, le apoyó el arma en el abdomen, y efectuó al menos un disparo que ingresó por la zona paraumbilical y salió por la cresta ilíaca derecha, provocando tres lesiones que no pusieron en peligro la vida, con un tiempo de incapacidad laboral estimado en menos de treinta días.
El tribunal de debate fue presidido por Gladys Olavarría, e integrado por Raquel Tassello y Alejandro Soñis, jueces penales; por el Ministerio Público Fiscal asistió María Laura Blanco, fiscal general; en tanto que la defensa del imputado fue ejercida por Franco Mellado, defensor particular del mismo.
