En la madrugada del viernes pasado, un gendarme oriundo de Tartagal, provincia de Salta, intentó comprar material erótico por medio de un servicio online, en el que se contactó con una trabajadora sexual oriunda de Buenos Aires.

El hombre se encontraba en la casa, donde reside junto a su pareja, y los hijos menores de ella. Por medio del WhatsApp Web intercambió algunos mensajes con la joven vendedora y el aberrante pedido que recibió del cliente la puso en alerta.

Según aseguró Infobae, el gendarme escribió: “Estoy muy caliente por una nena de 7 años, ya me la chupó y me masturbó pero no pude más, quiero que te hagas pasar por ella”. Fue sólo el primer pedido de una serie de mensajes en los que esa noche el acusado le confesó a la joven que violaba sistemáticamente a su hijastra de 7 años. Hasta le admitió que la menor estaba ahí con él y le preguntó si no había problema en que se quedara a observar la videollamada.

La joven trabajadora sexual reaccionó ante la situación que se le presentó durante su jornada laboral, comenzó a capturar fotos del chat, y recabar información acerca de la menor para poder realizar la denuncia y recurrir a contarle a la familia de la niña para salvarla. Sin embargo, para su sorpresa, la madre de la víctima la trató de extorsionadora, desconfiando de la buena intención de la mujer, quien notó la gravedad de la confesión del gendarme, cuando admitió un delito de abuso sexual de menores.

El gendarme acusado de violación quedó detenido.

La vendedora de contenido sexual radicó la denuncia ante la justicia federal. Por orden del fiscal federal de Tartagal, Eduardo Villalba, tanto el gendarme como su pareja fueron detenidos. En la causa judicial, que ahora pasará a la justicia provincial, consta toda la conversación que mantuvieron el gendarme con la trabajadora sexual. 

El chat entre T.V. y la trabajadora sexual comenzó a la 1.23 del viernes pasado. “El me escribe porque sacó mi teléfono de un sitio web en el que yo publico mi contacto para ofrecer mis servicios. Ahí comenzamos a charlar por WhatsApp. Lo primero que me dice es que tiene una fantasía”, informó K., solicitando reserva de su identidad porque siente miedo luego de la denuncia que hizo.

“Hola amor. Videollamada”, es el primer mensaje que se lee por parte de T.V. “Si, 3k (mil)”, responde la trabajadora sexual y le envía el número de CBU para que le deposite el dinero. El gendarme aclara: “Pago doble por una fantasía”.

A partir de ese momento, el hombre comienza a confesarle a K. una serie de atrocidades relacionadas al abuso sexual de su hijastra de 7 años. La mujer decidió seguirle la corriente para saber si se trataba sólo de un fabulador o si, de verdad, detrás de ese chat se escondía un delito.

Lo más repugnante, y que también le sirvió a K. como confirmación, ocurrió cuando el hombre decidió enviar una foto de la menor. En la imagen, que está anexada al expediente, se observa en primer plano la cara de una menor y abajo un texto que acompaña la imagen: “Te manda saludos”. 

Si bien K. no logró que el hombre realice el pago y así poder obtener algún dato más, gracias a que tenía el número del teléfono celular comenzó una investigación solitaria pero rápida para poder ayudar a la nena

“Gracias a la ayuda de otras personas y colegas que viven en Salta, llegamos hasta la mujer del tipo. La llamé y mientras le contaba no hizo ningún tipo de expresión. No se mostró horrorizada ni nada por el estilo. Luego le mandé las capturas y fotos de lo que había hablado con su novio y de la nena abusada. Primero me mintió diciendo que no era su hija, después que si era pero que no vivía con ellos y finalmente me dijo que yo estaba mintiendo porque su marido a esa hora trabaja. Pero antes de cortar me amenazó: ´Si haces la denuncia te van a pasar cosas malas´”, explicó K.

El primer avance de la investigación da cuenta de que T.V. vivía en Tartagal y pertenecía al Escuadrón 54 de Aguaray, una localidad a 30 kilómetros de Tartagal y a casi 400 de Salta capital. También se certificó que el hombre vivía con su pareja, J.S., y los tres hijos menores de ella. Una era la nena que aparecía en la foto del abuso sexual que el gendarme le había enviado a K.

El fiscal ordenó la detención tanto del gendarme como de su pareja, por considerarla cómplice del abuso. En una audiencia realizada en las ultimas horas, el juez federal de garantías 1, Julio Bavio, convalidó las detenciones y ordenó que la causa pase de la órbita federal a la provincial. Por su parte, también se determinó que los hijos de la mujer queden al resguardo de una de sus abuelas.

Antes de finalizar la audiencia, los investigadores añadieron un dato que suma más horror a esta historia: la pareja del gendarme, la misma que encubrió el delito y amenazó a K. para que no denuncie, es maestra de primaria en un colegio de la zona.

Con información de Infobae

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