Murió en la calle, lo encontraron policías y se quedaron a vivir en su casa tres años
Los dos agentes de la Bonaerense fueron separados de sus cargos.
MAR DEL PLATA (ADNSUR) - El 11 de julio de 2016, Luis Aguado se desplomó mientras hacía fila en un centro de pagos a pocas calles de su casa, en la ciudad bonaerense de Mar del Plata. Los policías que lo asistieron cuando sufrió un paro cardiorespiratorio se quedaron con sus bienes y vivieron en la casa del fallecido durante tres años.
Uno de ellos, José Antonio Gancedo, teniente primero de la Bonaerense, vivió hasta el martes pasado en la casa del muerto, y lo hizo desde el mismo momento en que don Luis Aguado falleció.
Según publica Clarín, el caso llegó a la Justicia a partir de dos denuncias anónimas que recibió el sitio web del Ministerio de Seguridad. En pocas palabras, explicaban que un joyero y relojero había fallecido de un infarto y dos policías se habían quedado con todo lo suyo. Su casa, un chalé de alto en Juan B. Justo casi Independencia, en la zona del estadio Mundialista, valuado en no menos de 200 mil dólares, más dos locales, una cochera, un auto y valores.
Los policías aducen que entonces consultaron a la fiscal que estaba de turno, a María Isabel Sánchez, "si existía algún impedimento" para que se quedase un policía en la casa, puesto que estaba sola y podría ser ocupada. Un acta, en el que los policías dejaron escrito que habían hecho esa comunicación a la fiscal fue secuestrada por los investigadores el martes, cuando Prefectura Naval allanó.
El abogado de José Gancedo, Raúl Ruiz, dijo que en el acta consta que "verbalmente" comunicaron a Sánchez que un policía quedaría en la casa en custodia hasta que apareciera un familiar: "No hay más registro que ese, y ahora la fiscal dice que no se acuerda".
La versión del abogado es que Diego Gancedo lo llamó a su hermano José, que hacía poco se había separado y no tenía donde vivir. Este avisó en el vecindario que era policía y que estaba cuidando la casa por orden judicial. Cuando se supo, muchos fueron a buscar sus relojes, los que en su casa reparaba Aguado, y él policía los fue devolviendo. "No hay usurpación, no hay hurto, a lo sumo alguna irregularidad, alguna omisión en sus deberes", sostiene el abogado.
¿Qué delito se les imputa? El caso está en manos del fiscal Fernando Berlingeri: "Al parecer no habría una usurpación, porque para eso se requiere que haya clandestinidad. En principio habría una defraudación al fisco". El delito de defraudación agravada se pena con una condena de hasta 6 años de prisión. Por lo pronto, los hermanos Gancedo, fueron separados de la Policía.
Otras de las posibilidades es que se los impute por hurto. Sólo que había una sola persona que podría constatar qué había en la casa hasta ese 11 de julio, cuando falleció Luis Aguado, y esa persona era él. ¿Qué había antes y qué quedó tres años después?
Los vecinos hablan de una caja fuerte, de un Ford Falcon inmaculado de los años 70 guardado en la cochera, de la venta de un campo en Bosch, cerca de Balcarce, donde había nacido.
Ahora, recuperados de manos de los policías, todo lo que fue de Aguado quedará en poder de Fiscalía de Estado. También la suma de la abultada cuenta bancaria que el relojero no tocó ni siquiera para invertir en su propia salud. "Tenía, cuánto no sé, pero mucho. Ya el corralito lo había enganchado con 200 mil pesos. Pero él no iba a meter la mano en el bolsillo, eso nunca", dice un mecánico vecino.
También el sepelio de Aguado tendría que haber corrido por cuenta de Pami. Pero los Policías ya daban indicios de sus intenciones: lo pagaron ellos.