Este miércoles se inició el juicio oral y público en la Oficina Judicial de Rawson, contra el sargento de la Policía del Chubut Elías Saavedra, imputado de maltrato animal y abuso de autoridad por haber disparado y matado con su arma reglamentaria a una perra en Playa Unión el 26 de marzo del año pasado, en medio de severas restricciones por la pandemia de coronavirus.

"Él (Elías Saavedra) no tenía que haberla matado, ella (la perra Tita) no lo mordió y no merecía morir", dijo al finalizar la audiencia de este miércoles Marianela Castillo, familiar -como ella misma se define- de Tita, y agregó que durante la jornada se escucharon "declaraciones que son contradictorias... el oficial Pala (uno de los cuatro que declaró en la audiencia) declara como que me ve, después no me ve, primero dice que lo mordió, después que no, que él no lo vio, que le dijo que le quiso morder..."

"Espero Justicia, que la Justicia sea justa, creo que Elías es una persona con un carácter alterado. Él esta mintiendo, creo que un servidor público que porta un arma y miente, que es capaz de autoflajelarse y lastimarse, porque nadie vio a Tita morderlo ¿y qué? ¿se hizo morder por otro perro?... Él trató de armar una causa contra mi familia y contra Tita", expresó Castillo.

"Se habla que un oficial tienen que usar su arma si está en riesgo su vida... entonces ¿qué era Tita? ¿un león, que si no la mataba él moría?"

En ese sentido, Castillo consideró que Saavedra "no tiene que ser mas policía, creo que es peligroso que una persona que es capaz de armar una causa, que es capaz de autoflajelarse, capaz de mentir, tenga un arma"

Mencionó que si vuelve a sus funciones policiales "a mi me da miedo que pase frente de mi casa"

"Si el no va a perder su trabajo como policía al menos espero que le quiten el arma para siempre, que no vuelva a ser portador", resumió.

DECLARARON CUATRO TESTIGOS

Como primer testigo, en la jornada declaró Marianela Castillo, la propietaria del animal. La mujer dio cuenta de las circunstancias del hecho, las posteriores acciones para intentarle salvarle la vida al animal, su forcejeo con los policías cuando éstos se alejaban del lugar y la denuncia posterior.

La mujer además de referirse a su composición familiar y en este concepto la inclusión de la perra Tita, dijo que ella no vio que el animal haya mordido al policía. Manifestó también que en las pericias realizadas por la policía,  algunos efectivos intentaron alterar el lugar donde había caído el casquillo de la bala disparada por el suboficial imputado.

Dijo que ese día se estaban cumpliendo a rajatabla las condiciones de la pandemia cuando llegó la policía en averiguaciones por una denuncia de que había albañiles trabajando en una obra, actividad que estaba prohibida. En el domicilio había una ampliación en construcción y de allí las sospechas de la Policía. Agregó que la perra ladró a los efectivos y que ante la presencia del dueño para evitar una circunstancia más grave, igualmente no logró que Saavedra le desarrajara el disparo.

También dio cuenta de un forcejeo que generó con el policía Saavedra cuando éste ya se encontraba en el interior de un patrullero que finalmente se alejó raudamente.

Dijo que ni ella ni su marido observaron que la perra haya mordido al policía. Negó también que el policía haya sido agredido o golpeado por su pareja conviviente.  “La perra nunca mordió a nadie y al policía solamente le ladró”, dijo la mujer.

Manifestó que tras las averiguaciones previas y al momento de realizar la denuncia, nunca pudo lograr que le dijeran el nombre del efectivo que disparó contra la perra. Además dio detalles de cómo los efectivos intentaban de manera subrepticia alterar el lugar donde había caído el casquillo de la bala, aunque sin identificar con precisión a esos policías.

Luego declaró una vecina de la familia, que también escuchó el disparo sin observar visualmente esa circunstancia. Se trata de Viviana Baragat, una operaria de una planta procesadora de pescado.

La agente Solange Chacano, con servicio en la comisaría de Playa Unión, participó del operativo en compañía del sargento Saavedra en búsqueda de la obra en construcción denunciada por violar normas impuestas por la pandemia del COVID. Declaró que se quedó en el vehículo y observó cómo la perra Tita corría al policía y “le saltaba a la cara con intenciones de morderlo”. Dijo que antes el policía “había amagado con tirarle piedras”, pero que la perra insistía con su actitud agresiva. Destacó que “nunca vio” que la perra lo mordiese al efectivo, que en esas circunstancias cargó el arma y le disparó.

También declaró el sargento primero Mario Pala, que iba al mando de la comisión policial y que no observó la circunstancia precisa del disparo que ultimó a la perra ya que estaba inspeccionando otra obra en construcción.

Dijo que Saavedra reconoció haberle disparado al perro y que ante la agresión de los dueños del perro que a pedradas atacaron a los policías y al patrullero, le dio orden a Saavedra que se vaya del lugar. 

Entre los testigos, también declaró la vecina Gladys Villanueva, amiga y vecina de la familia propietaria de la perra Tita. En su casa tiene 5 cámaras de seguridad en donde se observa el paso del patrullero con los tres efectivos policiales que fueron al procedimiento que culminó de manera imprevista con la muerte de la perra Tita.

El debate continuará con la presencia de más testigos de las partes que demandará, se estima, tres días más de debate.

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