El doble femicidio de Lidia Tapia (87) y su hija Estela María Natalini (63), ocurrido en el barrio 432 Viviendas de Cipolletti, parece haber encontrado a su responsable. Horacio Manuel Espinoza, vecino de las víctimas, confesó el crimen, y será imputado por homicidio criminis causa, agravado por la alevosía y femicidio.
Las investigaciones apuntan a que Espinoza, de 38 años, habría ingresado al domicilio con la intención de robar los 350 mil pesos que Estela había retirado el día anterior de un cajero automático. La brutalidad del ataque evidenció múltiples heridas de arma blanca en ambas mujeres, lo que confirma la violencia extrema del acto.
La evidencia que lo incrimina
La puerta y las ventanas de la casa de las víctimas no presentaban signos de forcejeo, lo que llevó a los investigadores a sospechar que el asesino debía ser alguien conocido por las mujeres. Este indicio, junto con el cruce de testimonios y evidencia recolectada, dirigió rápidamente las sospechas hacia Espinoza, quien vivía en el segundo piso del mismo complejo habitacional, en la tira G-20.
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Según fuentes judiciales, Espinoza actuó para ocultar el robo, configurándose el delito de homicidio criminis causa. Además, el nivel de ensañamiento y la clara desventaja en la que se encontraban las víctimas llevaron a la imputación por homicidio agravado por alevosía.
Una acusación con perspectiva de género
La fiscalía también acusará al detenido por femicidio, al entender que la elección de las víctimas y el ensañamiento del ataque están ligados a la condición de género de Lidia y Estela. Este enfoque busca subrayar la violencia de género como un factor determinante en el caso.
Con información de MI, bajo supervisión y edición de un periodista de ADNSUR.