Trelew: condenaron a coordinador del Batallón de Exploradores de una parroquia por abuso sexual
Recibió una condena de 4 años y medio de prisión de efectivo cumplimiento. Los casos denunciados por los menores ocurrieron en los campamentos.
Un coordinador del Batallón de los Exploradores de Don Bosco que realizaba tareas en la Parroquia María Auxiliadora de Trelew, fue condenado por el delito de abuso sexual a 4 años y medio de prisión de efectivo cumplimiento. Se trata de un caso que estaba a punto de cumplir 10 años desde que la víctima lo denunció.
La condena se conoció a media mañana de este miércoles en los Tribunales de Trelew, tras lo cual la fiscal del caso, Julieta Gamarra, destacó “el coraje de la víctima para denunciar” en su momento, teniendo en cuenta que “no era fácil denunciarlo por el rol que ocupaba”, declaró ante distintos medios de prensa del Valle.
“Fue un juicio muy importante para la víctima y para toda la sociedad. Fue un proceso muy largo” dijo la funcionaria judicial y recordó que se trata “de una causa que estaba a punto de cumplir 10 años”.
Visiblemente movilizada por la resolución judicial, dijo además que “es pena de prisión de efectivo cumplimiento”, aunque aclaró que aún no se detuvo a la persona condenada “porque seguramente el defensor va a impugnar”.
Agregó asimismo que “hay más denuncias que se hicieron en contra del imputado, pero están prescriptas”.
En tanto que también lamentó “el tiempo que pasó porque no se nos brindó información al Ministerio Público que necesitábamos”.
HECHOS PROBADOS
Para el magistrado, la doctora Gamarra pudo acreditar los episodios, el primero de ellos ocurrido en enero de 2013 en zona de Parque Los Alerces, donde tuvo lugar el campamento anual al que concurrió gran parte del batallón 90 y duró once días. Allí estaba el imputado como coordinador y el menor de trece años como integrante de una patrulla. Ambos quedaron seleccionados para compartir una de las carpas junto a otros dos compañeros
En una de las primeras noches y cuando los menores se habían ido a dormir irrumpió el coordinador, que se sacó la ropa y se metió dentro de la bolsa de dormir de la víctima, que finalmente se durmió. Allí aprovechando la superioridad que tenía como líder dentro del movimiento y que su víctima era un niño de trece años que se encontraba bajo su custodia, sabiendo lo que hacía y con el fin de menoscabar la integridad sexual del niño, procedió a concretar el abuso, aún a pesar que por lo que sucedía despertó, continuando con su aberrante accionar.
En algún momento, el niño intentó defenderse, ya que el imputado insistía con todo tipo de tocamientos, y decidió ir a buscar su navaja, la clásica que tienen todos los exploradores que creyó tener en algún bolsillo del pantalón, pero no la encontró. Cuando se levantó a la mañana contó lo sucedido a los amigos que el coordinador había abusado sexualmente de él y no le contó a ningún adulto pues temía que se burlaran o que suspendieran el campamento.
El segundo de los hechos ocurrió el mismo año, el 9 de agosto por la noche en un campamento de tres días realizado en chacra San Roque ubicada en la zona de Treorky, entre Trelew y Gaiman. Esta vez no eran más de veinte chicos y el menor ya contaba con catorce años.
Con procedimientos similares de selección quedaron en la misma carpa y el imputado hasta mandó a algunos chicos para que se distribuyan en otras, quedando solamente uno más junto a ellos. En la primera de las dos noches el afectado se acostó pero para prevenirse lo hizo con la navaja multiuso por si la necesitaba. El coordinador procedió de la misma manera abusando de su víctima, sin dejarla en paz. En un momento, cuando lo manoseaba intensamente, el menor se sentó y con la navaja en la mano lo insultó, dejándole en claro que no deseaba participar de su “juego. El agresor lo alumbró con su linterna y le decía: “¿Qué te pasa?¿estás soñando?. El otro compañero de carpa dormía. Al otro día, la víctima contó a sus amigos y dijo que no quería dormir más con el coordinador, aunque sin dar la verdadera razón.