¿Qué hacer con los pesos?: la recomendación de un experto para perder menos frente a la inflación
No pagar en efectivo y usar la tarjeta de crédito a full, aunque sin dejar saldos impagos, forma parte de un rulo que te puede ayudar a salvar parte del poder adquisitivo de tus billetes. La clave: no dejarlos quietos.
No hay dudas de que la inflación es uno los principales problemas del país, con el agravante de que nuevamente ha desaparecido la expectativa de una mejora en el corto plazo. La medición de febrero, de un 6,6% según el INDEC y 102% en el acumulado anual, tuvo en realidad un impacto de casi el doble en los precios de alimentos básicos, lo que implica una mayor pérdida para quienes viven con ingresos fijos, es decir la mayor parte de la población.
“En marzo la inflación va a ser más alta todavía, por la desregulación de algunos precios que estaban pisados, como las tarifas de servicios públicos y los combustibles”, advirtió el economista Miguel Calvete, director del Instituto de Estudios de Consumo Masivo.
No hace falta sumar más datos negativos, porque la realidad es palpable para todos al momento de observar cómo sus ingresos pierden valor adquisitivo frente a los precios. Como referencia, basta un dato: el citado especialista enfatizó que la inflación divulgada por el INDEC se basa mayormente sobre precios “cuidados”, a los que accede un 5% de la población, mientras que el valor real de los alimentos trepó, en promedio, casi un 12% durante el segundo mes del año.
Frente a ese escenario, no están demás las recomendaciones de especialistas para tratar de proteger, hasta donde sea posible, los ingresos en pesos, aun cuando está claro que esto se consigue sólo parcialmente, ya que inevitablemente el valor de la moneda se deteriora mes a mes.
Un truco para apalancarte con la tarjeta y hacer rendir el efectivo
El economista Maximiliano Montenegro, conocido también por su rol de periodista de amplia trayectoria, recomendó recientemente en su canal de Youtube una operatoria simple, pero que puede resultar de ayuda para estirar el poder adquisitivo de los ingresos fijos.
“Hay que tratar de moverse a full con la tarjeta de crédito, lo máximo posible, sin dejar saldos impagos porque los intereses son muy onerosos -advirtió en principio-; y salvo que haya descuentos muy importantes en el precio, no conviene comprar nada con efectivo o cash, ni tampoco con débito”.
Antes de avanzar en la recomendación, es útil recordar que el costo financiero total de las tarjetas de crédito, al momento de pagar el mínimo, ya superaba el 132% antes de la suba de tasas dispuesta en los últimos días, por lo que el efecto de no pagar la totalidad del saldo es hoy, más que nunca, una bola de nieve que podría tornarse muy difícil de pagar.
“Al usar la tarjeta de crédito, sobre todo en el lapso posterior al cierre de cada mes, es conveniente dejar el dinero que teníamos para las compras normales del mes en un depósito de Fondos Comunes de Inversiones (FCI), que ofrecen un interés un poco más bajo que el plazo fijo, pero tienen liquidez inmediata”, propuso Montenegro.
“Este instrumento es totalmente seguro y paga alrededor de un 5% mensual –explicó el especialista-, por lo que en lugar de dejar la plata en la caja de ahorro o en la cuenta corriente, para que la utilice el banco, es conveniente hacer esta operatoria que es muy simple, a través del home banking de tu banco”.
También aclaró que la operación no se trata de una inversión ni de un ahorro, sino simplemente de utilizar el giro habitual, por ejemplo lo que entra a tu cuenta a través del cobro de un salario. Al aprovechar la tarjeta de crédito para el pago de las obligaciones habituales, como pueden ser impuestos, servicios o compras de supermercado, en ese lapso el dinero en efectivo puede generar un rendimiento, durante algunas semanas al mes, que le permitan cubrirse, al menos parcialmente, frente a la inflación.
Perder, vas a perder… pero un poquito menos
Por ejemplo, sobre un salario de $150.000, alguien que lo deposita en un F.C.I obtendría un rendimiento del 5% mensual, suponiendo que pueda dejarlos guardados todo el mes y mientras tanto financiarse con la tarjeta de crédito. Al cabo de ese lapso, obtendría $7.500 adicionales, lo que permitiría compensar en parte la pérdida del poder adquisitivo, que a una inflación del 6,6% mensual, le significaría una disminución real de $9.000.
Es decir, resulta inevitable perder, pero al dejar la plata depositada en uno de estos instrumentos, que todos los bancos ofrecen de un modo sencillo, aunque con diferentes alternativas adaptables al perfil de y objetivos de cada cliente, al menos se puede atenuar la merma del poder adquisitivo. En este caso, estamos tratando de cubrirnos por algunas semanas, por lo que conviene buscar las opciones menos riesgosas.
Claro que si hubiera certeza de que se podrá prescindir del dinero durante 30 días exactos, convendría más un plazo fijo común, que a partir de la nueva tasa, del 6,5%, implica un rendimiento más alto. Sin embargo, partimos de la hipótesis de que en este caso se trata del giro habitual y no de un ahorro: probablemente, el dinero lo necesitaremos antes de los 30 días para pagar el vencimiento de la tarjeta, por lo que el F.C.I resulta más útil, porque garantiza una disponibilidad inmediata. Es decir, podés rescatar el dinero en el mismo día, sin necesidad de esperar a un plazo determinado.
“La recomendación es un poco obvia –reconoce Montenegro-, pero conviene tenerla en cuenta”. Vale enfatizar: hay que hacer todo lo posible para no dejar saldos impagos de la tarjeta de crédito, porque al cabo de unos meses de la misma metodología, conocida como ‘revolving’, las pérdidas podrían tornarse muy difíciles de revertir.
También es difícil pensar en un préstamo personal para cubrir una posible deuda: el costo financiero total supera hoy el 200%, salvo alguna línea promocional que pueda ofrecer algún banco para sus clientes.
Otras opciones para cuidar los pesos mientras no se usan
Además de un Fondo Común de Inversión, también está disponible la alternativa de caucionar dinero a través de las billeteras virtuales, que ofrecen rendimientos que, si bien son más bajos que los de un plazo fijo, también cuentan la ventaja de la disponibilidad inmediata.
Según la cuenta de educación financiera denominada ‘Trascendo’, hoy la billetera que ofrece la mejor tasa es Naranja X, con un 65% de tasa anual. La segunda en el ranking es Ulalá, con un 64,51% y la tercera es Mercado Pago, con un 64%.
Es posible que esos valores se muevan a partir de los cambios dispuestos en la tasa de interés para las operatorias bancarias, ya que con la suba de 3 puntos, estos instrumentos quedan muy atrás. Sin embargo, es útil tenerlos en cuenta, sobre todo por la facilidad con la que se pueden manejar estas cuentas remuneradas, dentro mismo del entorno de la aplicación y con recupero inmediato del dinero, al momento en que se lo necesita.
No está demás reiterarlo: cualquier alternativa resulta hoy mejor a tener el dinero quieto, ya sea en el bolsillo o en una caja de ahorro. Generar un rendimiento, por mínimo que sea, es una forma de cubrir al menos una parte del poder adquisitivo, antes de que termine de evaporarse.