NEUQUÉN - El acuerdo de suspensiones implica, al menos en los papeles, que todos pongan un poco. El sector del trabajo resignará hasta un 50% de su salario mientras permanezca suspendido y en ningún caso superará los 40.000 pesos. El Estado financiará los aportes y contribuciones de esa masa de empleados, que se calcula no superarán los 2.000 de forma simultánea. El gremio, en tanto, dejará de percibir el 50% de la cuota gremial. La duda está en cuál será el aporte que harán las empresas.
En Neuquén tanto YPF como las principales operadoras serán las que financien, directa o indirectamente, a esos trabajadores parados. Por ahora, calculan que las pymes no se verán afectadas, es decir que seguirán con el ritmo de trabajo normal. Sí, en cambio, lo harán las grandes empresas de servicios como Schlumberger, Halliburton o Weatherford, de las cuales se espera que aporten su "cuotaparte" en esta compleja situación.
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Sólo en salarios, dejarán de circular unos 200 millones de pesos en el territorio.
El foco está puesto en la mano de obra, que según las empresas es más cara en la región que en otros países del mundo. No sólo por el costo salarial sino por la "grasa" –para usar la inoportuna expresión del ministro de Energía Alfonso Prat Gay– que hay dentro de los yacimientos. Las empresas se quejan de que sobra gente para tareas poco sofisticadas. Hay casos donde este personal (a menudo puesto a dedo) hizo duplicar los costos en dólares en pocos años, una suba imposible de tolerar para cualquier actividad.
Pero mientras se pone el foco en el sector del trabajo poco se dice de los abultados márgenes que cobran y cobraron históricamente muchas empresas de servicios, tanto locales como extranjeras. Márgenes que las operadoras, sobre todo YPF, sostuvieron sin mayores quejas cuando la formación Vaca Muerta aparecía en el horizonte como el nuevo El Dorado.
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Así prosperaron empresas poco eficientes que entraron al negocio de la mano de padrinos políticos y que impusieron un costo extra para sostener ganancias imposibles de encontrar en otro sector de la economía. De ese "sobrecosto" nadie habla.
POZOS
Mientras avanzan con el plan de contingencia, las operadoras, como equilibristas, redibujan los números para hacer sobrevivir el negocio. Las privadas ya evalúan planes de achique general. Algunas vienen haciéndolo de forma subterránea, como Chevron con El Trapial. Otras, sencillamente reducirán de forma marcada las perforaciones para sobrevivir con los pozos que ya tienen en producción.
El mayor desafío lo tendrá YPF para sostener los altísimos costos que tiene la producción no convencional. Y los datos son poco alentadores. Sobre todo porque los viejos yacimientos, que podrían servir de colchón para épocas de vacas flacas, también se encuentran con costos por encima de lo deseado.
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El gerente de una petrolera al tanto de los números de la compañía bajo control estatal explicó que el lifting cost –el dinero que se necesita para sacar un barril del subsuelo– en yacimientos como Chihuido de la Sierra Negra supera los 45 dólares.
Se trata de un petróleo complejo, porque es un yacimiento en declive, pero es lo más a mano que tiene Neuquén para salir del paso en materia convencional.
Ese costo, por ejemplo, está bastante por arriba de los 25 dólares que puede costar extraer un barril convencional en los yacimientos del Golfo San Jorge.
Otro dato que sorprende es la comparativa entre yacimientos. Según contó el mismo gerente, siempre según sus cálculos, un viejo yacimiento como El Trapial opera con la mitad de la gente que Chihuido de la Sierra Negra y produce casi lo mismo.
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Fuente: Diario Río Negro