El día después en la Legislatura: se vislumbra un reñido 2017
La última sesión puso en escena las divisiones internas.
RAWSON (Por Pablo Vernazza / EL ANÁLISIS DE LA NOTICIA) - La última sesión del año que se desarrolló el pasado jueves por la noche, fue determinante no sólo porque dio tratamiento después de dos años por fin a una Ley de Presupuesto, sino por las consecuencias políticas que va a traer en la estructura de los bloques, que seguramente ya no será la misma.
La fractura en el FPV se veía venir hace rato, y como siempre ocurre en estos casos, era negada hasta el final por quienes conducen la bancada. Pero llegó un punto en el que la convivencia se hizo insostenible. Y ahora se debe barajar y dar de nuevo.
La del jueves fue una sesión que dejó heridos en ambos bandos, y nadie puede arrogarse un triunfo. Basta ver el humor que demostraron por un lado el gobernador Das Neves y el ministro de Economía, Pablo Oca, y por el otro, el jefe de la bancada opositora del justicialismo, Javier Touriñán.
En el gobierno, si bien están conformes por tener una ley de presupuesto aprobada, no pueden digerir la decisión de modificar el artículo 18 que no les permite utilizar fondos del Bodic para pagar deudas. Y tampoco pueden entender cómo no se aprobó el acuerdo con un sector de los jueces que quieren embargar las cuentas de la provincia.
MARCAR LA CANCHA
En el PJ-FPV, tenían una expectativa, que era aprobar el presupuesto pero marcando la cancha por parte del Poder Legislativo como nunca antes al Ejecutivo, poniendo límites que es cierto que los fija la Constitución, pero que en la práctica no se aplican. El bloque kirchnerista quería obligar al gobierno a tener que pedir permiso cada vez que quisiera reasignar una partida afectada o compensar gastos que estaban asignados a otros fines.
Estuvo cerca de lograrlo con el apoyo de Cambiemos y con un oficialismo que sumaba apenas 7 votos. Pero le falló la tropa propia: el gobierno logró 6 votos “foráneos” y forzó un empate. Está claro que nada puede seguir igual después de esto.
Las manos a favor del gobierno salieron, por una parte, de los tres diputados del Frente Peronista que responden a Gustavo Mac Karthy: Florencia Papaiani, Javier Cunha y Leandro Espinosa. El dato no sorprendió, porque se venía repitiendo desde hace tiempo, pero en este caso fue la gota que derramó el vaso para el resto de la bancada.
A estos tres se sumaron el petrolero Carlos Gómez, que recibió un llamado de su líder “Loma” Ávila para que no se confunda, el comodorense Sergio Brúscoli, que a su vez recibió un llamado de otro funcionario del gobierno, Néstor Di Pierro. Y el capitalino Alfredo Di Filippo, quien no tiene referentes políticos y que juzgar por lo visto a lo largo del año, mostró que su estrategia es que jamás se pueda determinar si es opositor u oficialista.
MANSILLA, EL VOTO CLAVE
Con estos 6 votos externos, Chubut Somos Todos se aseguró un 13 a 13, que debía ser desempatado precisamente en el artículo 13, por el vicegobernador Mariano Arcioni. La única manera en que la oposición hubiera podido inclinar la balanza hubiera sido con la presencia del diputado Mario Mansilla, desencantado con el dasnevismo, quien se perdió la oportunidad de pasar una factura y cobrarse el apoyo del gobernador a su “enemigo” Jorge Ávila en la interna del gremio petrolero.
Pero por más que se especuló con esa alternativa y él mismo llegó a bromear con el asunto en las redes sociales, lo cierto es que nunca llegó porque había programado un viaje y estaba ausente en la última sesión, la más importante del año.
Así las cosas, el primer año de gestión finaliza con una Legislatura que está en vía de reformas y de cambios. La primera reacción del presidente de la bancada del PJ, Javier Tourñán, fue enviar una nota a presidencia para dar de baja a los asesores políticos de los tres diputados del Frente Peronista.
Seguramente una segunda medida será sacarle a Leandro Espinosa la vicepresidencia primera de la Cámara. Una manera de decirles a los mackarthystas que ya no los quieren más en el bloque.
Ocurre que esta conducta de desprenderse de los “dudosos” tiene lógica, pero también un enorme peligro. Si se sigue esta línea, habría que despedir del bloque también a Gómez, y tal vez a Di Filippo y a Brúscoli.
Por lo que de tener una mayoría automática de 16, el PJ-FPV pasaría a tener 10 votos seguros, contra 11 del dasnevismo si oficializa el pase de la gente de Mac Karthy y el petrolero Gómez. En este caso, quedarían 3 legisladores “flotando” a la deriva (Mansilla, Di Filippo y Brúscoli).
Con este panorama, se daría una “paradoja” en Chubut. El FPV y Cambiemos, que están en veredas absolutamente antagónicas a nivel nacional, se necesitarían a nivel local, porque juntos podrían darle muchos dolores de cabeza a la gestión de su adversario común, que es Mario Das Neves.
Y quedaría en duda la postura de Mario Mansilla, a quien la historia parece dejarle el lugar de “árbitro” de la discusión, ya que podría ser el voto 14, sea para el oficialismo como para la oposición. El ex socio de Das Neves y ex titular de Petroleros Privados, le dijo a este cronista en una charla que a él le sobraba tiempo y paciencia. Y que ya iba a tener la oportunidad de “jugar a la política” y ubicar sus fichas. La dinámica de la realidad provincial parece darle la razón.
Se viene un 2017 con una Legislatura muy convulsionada, donde cada votación será reñida hasta el final, y donde ya nadie parece tener la mayoría absoluta. Será el momento de negociar hasta el último artículo, de apretar y de ceder. Ojalá en sus disputas de poder, los protagonistas recuerden que representan a todo un pueblo que los puso allí para legislar de la mejor manera y darle soluciones a la gente.