El ISSyS en el centro de la escena: intervención, auditoría, denuncias, elecciones y ahora el turno de un especialista como Wisky
La gestión de Ignacio Torres puso desde el inicio la lupa en un órgano que es clave para los empleados estatales. Determinó su intervención durante 9 meses, investigó el manejo de fondos, denunció en la justicia a sus antecesores y llamó a elecciones después de 8 años. La decisión de designar allí a Sergio Wisky busca un saneamiento de las cuentas y una mayor eficiencia en una obra social que genera un enorme deficit.
La designación del médico Sergio Wisky como presidente del Issys de la mano de una propuesta legislativa para crear un Sistema Integrado de Salud que coordine el manejo de la Secretaría de Salud con el Instituto de Seguridad Social y Seguros, implica un cambio de reglas de fondo que pone nuevamente en el centro de la escena a un organismo clave para los empleados públicos chubutenses.
El ISSyS es un instituto que goza de autarquía y autonomía administrativa y financiera, manejado por un directorio que tiene cuatro integrantes: un presidente designado por el gobierno, un vocal también designado por el Ejecutivo, y dos vocales electos por los afiliados, uno por los activos y otro por los pasivos.
Además, en el día a día, es clave la figura del gerente general, cuya firma es decisiva desde lo administrativo, así como también es importante la figura de quien es director o directora de la obra social Seros, que es la de mayor cantidad de afiliados en el sistema de Salud de Chubut.
Concretamente, el ISSyS administra a más de 134.000 afiliados a Seros (todos los activos y pasivos y sus grupos familiares) y por otro lado, a una cifra que supera los 20.000 pasivos -entre jubilaciones y pensiones- cuyos haberes se pagan a través de una Caja Previsional Provincial, que a pesar de los amagues nunca fue absorbida por Anses.
Por lo tanto, el peso de este organismo es enorme en la administración de los fondos de los pasivos estatales chubutenses, y en las prestaciones de la salud para la atención médica, servicios de clínicas, consultorios, laboratorios y farmacias.
Desde que asumió en diciembre, Ignacio Torres dejó en claro que tenía un especial interés en “normalizar” lo que entendía era un mal manejo previo del instituto, por lo que de inmediato envió un proyecto que la Legislatura convirtió en Ley, dictaminando un proceso de intervención que fue renovado y vence el 30 de septiembre.
Designó durante todo este tiempo al contador Rodrigo San Martín, quien ya se desempeñaba en el organismo, para ordenar las cuentas, y avanzar en las negociaciones con los prestadores y el costo de los servicios de salud.
A su vez, este funcionario avanzó en una auditoría externa que determinó denuncias por presunta administración indebida de fondos en contrataciones, compras y alquileres por parte del anterior presidente, Alfredo Prior, tema que ahora es evaluado por el Ministerio Público Fiscal y que aún no avanzó en ninguna causa penal.
ELECCIONES
Además de lo anterior, dentro del proceso de ordenamiento, Torres firmó el decreto de convocatoria a elecciones después de 8 años, para que los afiliados activos y pasivos elijan a sus vocales representantes en el directorio del ISSyS. Más de 12 mil personas concurrieron a votar la semana pasada, y fueron electos Guillermo Quiroga y Rosa Contreras, quienes asumirán en octubre.
A punto de terminar la intervención, y previo a designar al nuevo presidente y vocal por el Ejecutivo, el gobierno envió a la Legislatura un proyecto que buscaba unificar criterios en el sistema de salud entre Seros y la cartera sanitaria que conducía Sergio Wisky.
Se trata de una idea que ya se había aplicado en la compra de medicamentos para abaratar costos con laboratorios, en una licitación conjunta entre Salud y Seros que ahorró millones al estado; el objetivo es seguir replicando ese mecanismo en toda la administración.
El proyecto generó polémica en actores de la oposición y representantes de los trabajadores que advirtieron con preocupación sobre el artículo 76 de la Constitución de Chubut, según el cual “la administración de los aportes” de la previsión social y la obra social “está a cargo de un organismo autárquico provincial integrado por representantes de la Provincia, los empleadores y los trabajadores activos y pasivos”.
Ante el temor de los afiliados de que una administración conjunta con un ministerio provincial le quite autonomía al instituto, y la amenaza de un conflicto que podía escalar el gobierno decidió frenar la idea original y dejó entonces en el Issys a Sergio Wisky como nuevo presidente y en Salud a una mujer de su confianza como Denise Acosta, quien seguramente seguirá la directivas del hombre que el gobernador más respeta en material sanitaria.
Ahora Wisky tendrá la misión de ordenar los números de una obra social que genera un deficit de miles de millones anuales, al tiempo que prometió traer especialistas que aporten ideas para mejorar la administración de la Caja de Jubilaciones, que también demanda una erogación altísima de fondos a Economía todos los meses.