Salir de la pobreza en la que cayeron varias familias argentinas no va a ser tan rápido y orgánico. El empleo y la recesión también son conflictos con poca atención gubernamental. Basados en el principio del “mirar lo que quiero”, algunos se anclan en la expectativa sobre la próxima cosecha gracias a las lluvias. El enamoramiento tiene esas cosas: abraza lo bueno, entierra lo malo. El problema aparece todo junto cuando se cae la ilusión del “para siempre”. Históricamente, la política se comportó así. Hasta ahora nadie cambió el patrón repetitivo.

Pero el terreno de las encuestas, también le viene dando aire cálido al gobierno. La imagen de Javier Milei frenó su caída. Se viene recuperando desde la semana pasada. “El liderazgo de Milei es indiscutido. Pero es todo de él. Los otros nombres propios como Patricia Bullrich y Manuel Adorni, no impactan tanto como la figura del presidente que se mantiene alta a pesar de la desaprobación de la gestión en niveles pronunciados”, asegura Shila Vilker, quien suele acertar en los pronósticos de la sociedad. Según los datos de la consultora Trespuntozero, el 53,7% de los consultados cree que la gestión del gobierno es mala o muy mala pero Javier Milei aparece como el mejor ranqueado en intención de voto: 42%.

Hay algo que al presidente lo tiene mas excitado que la macroeconomía: su rivalidad con la oposición y lo divididos que están. Peronistas y radicales, totalmente resquebrajados. “En los momentos de silencio del gobierno, la oposición se dedica a pelearse entre sí en lugar de marcar los errores de la gestión”, apunta Vilker.

El bloque de Diputados de la UCR, y con ello el partido, ya no tiene 2 divisiones sino 3. Pueden ser mas debido a las esquirlas del enfrentamiento, al parecer, no podrán superar. 

Por otro lado, el interesante minuto a minuto que presenta el peronismo, con todas sus vertientes explotadas de internas. Si bien los datos y hechos son contundentes se le agregan los dardos entre unos y otros que están a la orden del día. Sin embargo, nunca hay que subestimar el gen de resurrección peronista. Tienen estómago y resistencia a todo.  

Desde que Cristina se lanzó a la pelea de la presidencia del Partido Justicialista, salieron todas las toxicidades a la vez. Una de ellas es el tributo de adoración (y sometimiento) que pretende la ex presidenta y vice de quien fue su “niño mimado” Axel Kicillof. La otra: el hartazgo del peronismo considerado más tradicional del poder centralizado en los Kirchner.

Lo de Cristina-Axel es una interna en sí misma, por más de que no se midan en las urnas. El punto es evaluar quien tiene los votos. Y cuántos son. 
Que decepción habrán sentido los que, en redes sociales, se entusiasmaron con el encuentro de La Jefa y El Gobernador en el acto de Abuelas de Plaza de Mayo. No hubo foto y, a Axel, le cantaron “Cristina presidenta” en la cara siendo que se conocen sus ambiciones para el 2027. Ya lo anticipamos en esta columna la semana pasada: ESTA TODO ROTO.

Kicillof tiene 3 años por delante de gestión y la presión sobre su futuro. Quedarse al lado de Cristina lo aleja de los contactos con el interior del país donde tiene que volverse atractivo para los votantes. La mejor estrategia para eso, es de la mano de los mandatarios provinciales. Por eso, hasta el momento, no eligió a Cristina por sobre Ricardo Quintela en la interna pejotista. Pobre Quintela, quedó opacado por conflictos cuasi familiares.

Volvamos a los números. ¿El gobernador podrá a esta altura dar vuelta sobre sus pasos? ¿Volverá el amor después del ninguneo soportado de parte de Mayra Mendoza y Máximo Kirchner, entre otros exponentes de la sutileza?

La encuesta mencionada ubica a Cristina Kirchner con 23,2% de intención de voto. Axel Kicillof cosecha el 13,2%. En Agosto, Axel con 22,4% y Cristina con 14,1%. Se dio vuelta la tortilla. ¿Lo hará el gobernador?

La aspirante a conducir el Partido Justicialista, esta de recorridas. Va a las Universidades, se sienta a conversar con el público que la enciende: los jóvenes. Cristina aborrece las charlas con los peronistas ancestrales y conoce de su poder. Se hace cargo de lo que tiene. El analista político, Federico Aurelio lo sintetiza bien: “Ahora redescubren a Cristina, pero su buen posicionamiento es el mismo de siempre. Sigue siendo la principal dirigente dentro del espacio del peronismo”.

El poder personalista y la búsqueda de adoración a su figura son puntos que unen a Javier Milei y Cristina Kirchner. Ellos lo saben. Se nutren de eso. Y lo hacen valer, aún pasando por encima de otros.

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