El Presupuesto 2025 para Chubut: incremento anual del 35 %, las tres áreas que más crecen y “motosierra” para viáticos y cargos políticos
Esta semana ingresará en Diputados el proyecto, que será tratado en la última sesión del 19 de diciembre. Se prevé un superávit mínimo, con gastos muy ajustados a los ingresos. El pedido del gobernador para Educación y el detalle de qué cargos políticos se eliminan del gobierno. El nuevo “chico malo” del gabinete que ahora controlará los viáticos.
La cuarta parte de los gastos de Chubut en 2025 estará destinada al área educativa, de acuerdo al pedido expreso realizado por el gobernador Ignacio Torres a su equipo económico que está terminando de pulir los últimos detalles previo al envío esta semana a la Legislatura del proyecto de Presupuesto Provincial para el ejercicio 2025.
Esta columna tuvo acceso a los detalles de cuáles van a ser las políticas a ejecutar el año próximo -el segundo del mandato- al tiempo que el Ministerio de Economía que conduce Andrés Meiszner está finalizando la carga de toda la información enviada por cada área y ajustándola en última instancia a los pedidos de la conducción.
Todo se está volcando en un proyecto de ley que ingresará a Diputados para ser tratado probablemente en la última sesión ordinaria que está convocada el próximo 19 de diciembre, previo al inicio del receso legislativo que seguramente será cortado para una o dos sesiones extraordinarias en el mes de febrero.
El pedido sobre el que se trabaja, es que Educación acapare el 25 % de los recursos, dentro de un Presupuesto 2025 que respecto al vigente prevé un incremento de gastos del orden del 35 % en comparación a cómo terminó el actual ejercicio: se puede decir que el cálculo es bastante austero, ya que está ajustado a los ingresos -con un superávit mínimo que rondará los $ 15 mil millones- e incluye recortes en cargos políticos y uso de viáticos.
El mensaje es que se busca aplicar motosierra al gasto político, atado a una decisión de achique de la planta estatal -la ley del 3x1 será aprobada por la Legislatura este jueves- y una política salarial que irá fijada a la variación inflacionarias del Índice de Precios (que hoy está pautada en un 18 %) buscará que el gasto en personal ubique al peso de la masa salarial total en el 70 % de los recursos, cifra que hace cuatro años atrás era del 100 %.
Hecho el anticipo de los parámetros generales, es pertinente desarrollar más en detalle cada uno de estos puntos, con los números concretos que se conocerán en los próximos días y -además- el dato específico de cuáles son los cargos que se eliminarán, número que comienza con una base de 168 pero pueden llegar a superar los 250.
Todo lo anterior, sumado a una nueva impronta que ya se ve dentro del equipo de gobierno luego de los últimos cambios, con una figura que -no va a sorprender a los seguidores de esta columna- gana cada vez más peso y ahora ejerce un rol clave con mano de hierro: el nuevo conductor de las reuniones de gabinete a las que el gobernador ya casi no asiste, con un contundente mensaje de que “no hay nadie imprescindible”.
Pautas generales
Los datos centrales que marcan una mirada macro de la idea que Torres tiene de cómo llevar adelante su segundo año de mandato, pasan por algunos números que muestran áreas privilegiadas, que crecen más que el resto, como son Educación, Salud y Seguridad; y por el otro, de mostrar a la sociedad lo anunciado luego del censo de empleados públicos: eliminación de cargos y gastos superfluos, e ingresos por concurso y restringidos a vacantes.
El presupuesto vigente en 2024 comenzó con casi un billón y medio de pesos en gastos ($ 1.438.617.665.495) que se elevó a más de $ 2 billones con la ampliación de agosto (se aprobaron $ 614.510.326.089 llevando el total ejecutado a $ 2.053.127.991.584).
Los números del borrador que está casi finalizado, marcan un total a gastar que supera los $ 2,6 billones (estimado en el inicio de 2025 aunque seguramente va a subir), de los cuales las tres áreas que se llevan prácticamente la mitad son Educación (25 %), Salud (13,1 %) y Seguridad (7,3 %).
Entre las principales fuentes de financiamiento de ese total, la enorme parte de la torta la aporta Recursos del Tesoro (1,9 billones), luego los recursos con afectación específica de origen provincial ($ 380 mil millones) y posteriormente los recursos afectados específicos de origen federal (apenas $ 260 mil millones, donde se ve claramente el cambio de la política del gobierno de Javier Milei).
En el orden de importancia de las fuentes de ingreso, figuran los recursos propios ($ 42.991 millones), las transferencias internas ($ 11.493 millones), seguidos por fuentes de crédito externo ($ 1.729 millones) y crédito interno ($ 584 millones).
Al desagregar el destino de los fondos, en Educación para 2025 se prevé un aumento del gasto de $ 161 mil millones respecto a 2024, pasando de $ 397 mil millones a $ 559 mil millones, es decir, una suba interanual del 40.5 %.
También es notorio el incremento previsto en Salud, con una suba interanual del 48,5 %, producto de una suba del gasto que pasa de $ 232 mil millones a $ 345 mil millones, y en Seguridad, donde por ejemplo en el ítem referido exclusivamente a Policía se gastará un 44 % más, pasando de $ 122 mil millones en la actualidad a $ 177 mil millones el año próximo.
Menos cargos políticos
Otro aspecto relevante del nuevo presupuesto es la eliminación de cargos políticos y jerárquicos, que en una primera instancia será de 168, un recorte enorme que abarca una parte importante del total de la planta actual en la estructura del gabinete.
Según la información a la accedió ADNSUR, por decisión del gobernador a propuesta de cada titular de área, se borrarán del mapa 8 subsecretarías, 21 direcciones generales y 40 direcciones, cargos que pertenecen a organismos como Infraestructura, Educación, Pesca, Vinculación Ciudadana y Desarrollo Humano.
También se eliminarán 6 coordinaciones, 3 gerencias, 7 subgerencias, 37 jefaturas de departamento y 21 jefaturas de división, la mayoría de ellas en Salud, Educación, Secretaría General de la Gobernación, Economía y Producción. Y de un plumazo desaparecen 20 asesores de gabinete.
Además de estos 168 cargos que hoy estaban ocupados, se piensa eliminar “ravioles” que están creados en la estructura y no están con titular a cargo, para que desaparezcan del mapa directamente, con lo que se cree, la eliminación total llegaría a 258 cargos al finalizar 2025.
Esto implica un ahorro mensual en bruto de $ 402 millones, más de $ 5.125 millones al año de gastos en salarios políticos que se consideran innecesarios, y que serán un ahorro para el Estado, según números que maneja el Ministerio de Economía de acuerdo a una consulta de esta columna.
Este ajuste, de la mano de menos ingresos con la nueva Ley de 3x1 que obligará a que deban existir tres bajas para un nuevo nombramiento, se suma a una nueva política de viáticos: el mensaje es menos gastos en viajes y estadía (hay reuniones en Buenos Aires que pueden resolverse por videollamada) y ciertos abusos que se quieren cortar, como funcionarios de zona sur o la cordillera que -a pesar de tener casa oficial en Rawson- liquidan gastos aparte cuando están en la capital.
Desde noviembre, cada viático debe ser autorizado por el nuevo Coordinador de Gabinete, Guillermo Aranda, quien se convirtió en el “hombre duro” del equipo, que busca demostrar por qué es la mano derecha del gobernador: el primer logro, en apenas un mes, es que ya pudo mostrarle un recorte notorio en los gastos de los funcionarios.
Gabinete reconfigurado
El próximo 10 de diciembre se cumplirá un año de la nueva gestión, y se espera un discurso del gobernador Ignacio Torres que ponga en orden todos estos anuncios de ajuste del gasto, un Estado menos numeroso y más eficiente de la mano de la digitalización y la modernización de estructuras.
Pero ya noviembre fue el mes en que Torres terminó de meter mano a su gabinete para reorganizar algunas áreas que no estaban dando la talla, y darle más relevancia a algunas figuras que se habían ganado su lugar. Es interesante repasar nuestra primera lectura del gabinete en el mes de febrero, a dos meses de gestión, porque absolutamente todo lo que allí observamos se vio confirmado.
En efecto, tal como expresamos en aquella oportunidad, el año terminó dando el protagonismo a las dos figuras fuertes, que son el nuevo secretario de Coordinación, Guillermo Aranda, y al ministro de Economía, Andrés Meiszner.
Y en el mismo sentido, ratificó el descrédito de nombres que apuntábamos como en la cuerda floja -recibiendo calificativos de prestarnos a operaciones- y que fueron corridos de la primera escena, como Facundo Ball, Nicolás Cittadini y Guillermo Almirón, dando lugar al ascenso de perfiles jóvenes con mucha tracción en la gestión, donde el caso más concreto es el madrynense Hernán Tórtola.
En el caso de Educación, el ministro José Luis Punta tuvo que afrontar el enorme desafío de devolver normalidad al sistema, algo que logró con creces, siendo destacado por el mismo gobernador como “el mejor ministro de la historia”, un elogio enorme al que no logró otro miembro del gabinete.
Hubo muchos cambios en roles femeninos: perfiles pertenecientes a otra generación, como Elba Willhuber y Digna Hernando, tuvieron que ceder lugar a nombres como el de Laura Mirantes y Florencia Papaiani, con mucho mayor ímpetu de trabajo en el día a día. A ellas se ascendió a una figura joven como Macarena Acuipil, cuyo trabajo es evaluado de cerca ya que se le dio una responsabilidad enorme en un área fundamental, como es la Secretaría General de Gobierno.
La llegada de otra figura joven como Victoriano Eraso Parodi y de la nueva ministra de Salud, Denise Acosta (ante la necesidad de que Sergio Wisky ponga orden en el Issys), terminaron de reconfigurar un gabinete en formación, con los cambios lógicos de un primer equipo recién asumido.
El tipo duro
Dentro de toda esta reconfiguración, lo que salta a la vista es el resurgimiento de un espacio que se había desdibujado en los últimos años, como es la histórica jefatura de gabinete, también llamada de Coordinación: el cargo que debe ejercer el rol fuerte de conducción como mano derecha del gobernador, aquel que debe asumir la difícil y nada amigable tarea de vigilar a la tropa y de controlar que todo se cumpla.
Ese rol, comenzó a cumplirlo desde noviembre -incluso unos días antes de asumir ya había encabezado su primera reunión de gabinete sin Nacho Torres- el dolavense Guillermo Aranda, una especie de alma gemela del titular del Ejecutivo: sabida es la historia, se criaron juntos desde niños, fueron juntos a la escuela, se conocen todos los secretos.
Nadie, absolutamente nadie en el gobierno (a excepción de Ornella Costa, pareja del gobernador) tiene con Torres ese nivel de confianza -así lo habíamos explicado en febrero, cuando lo bautizamos el barrefondo- y eso el equipo lo sabe.
Pero una cosa es tener ese aura de ser casi el hermano del que tiene el mando, y otra cosa es ejercerlo, porque claramente se trata de un poder “prestado”: el desafío de Aranda a pedido de Torres es ordenar la tropa, “tenerlos cortitos”, y el joven valletano no perdió tiempo, imprimiendo a las dos primeras reuniones de gabinete que encabezó, una impronta distinta.
Cuentan los asistentes que se sorprendieron con el tono del mensaje de “acá no hay nadie imprescindible”, que vino de la mano de un discurso con frases duras y el pedido de gestos simbólicos, de que nadie va a entorpecer al líder, que es Nacho Torres, a quien deben dejar las manos libres para tomar cualquier decisión. En apenas dos encuentros, Aranda logró que nadie se sienta seguro en su silla, y de que todos sepan que tienen que rendir examen a cada minuto.
Torres habría manifestado el hartazgo ante las internas, y encargó a Aranda que corte de plano con toda disputa de egos: al gobernador no le interesa el cómo, sino que pide resultados. Se trató del inicio de un nuevo estilo duro, a cara de perro, de una figura como Aranda que habla en voz baja y tiene un perfil todavía más bajo para el gran público, pero de enorme peso para sus pares.
A un mes del inicio de 2025, todo se prepara para un año diferente: ya no hay tiempo de evaluaciones, de ensayos y errores, sino que es momento de poner quinta a fondo, porque en octubre habrá elecciones nacionales, y Torres buscará mostrar al país que -más allá de encuestas de consultoras- a la hora de plebiscitar su gestión tiene amplio respaldo popular de su provincia.