Pasaron de ser monotributistas a constituir una cooperativa”, dijo con picardía un hombre que camina los pasillos del Senado desde hace décadas. El nuevo interbloque en la Cámara alta, Provincias Unidas, reconfiguró el mapa legislativo. Con espíritu federal, sus seis integrantes consideran que la unión les dará fuerza para sentarse a negociar directamente con el Gobierno nacional. Se asume que jugarán como aliados estratégicos de La Libertad Avanza, pero dejaron en claro que no lo harán a ciegas. Cada uno tiene su propio reproche con el oficialismo y ahora, en tándem, esperan ser recompensados. En este último movimiento, los patagónicos tienen un rol protagónico.

El interbloque se conformó con el impulso del gobernador de Chubut, Ignacio “Nacho” Torres y está integrado por los senadores Edgardo Kueider (Entre Ríos), Carlos “Camau” Espínola (Corrientes), Alejandra Vigo (Córdoba), Juan Carlo Romero (Salta), Edith Terenzi (Chubut) y Lucila Crexell (Neuquén).

La intención original era que también se sumaran los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, y la rionegrina Mónica Silva, pero la alianza no prosperó. “Fue decisión de los gobernadores Hugo Passalacqua y Alberto Weretilneck, que están viendo cómo se ubican en su relación con el Gobierno nacional”, contaron cerca del interbloque. De todas formas, aseguraron que están trabajando en coordinación con ellos, tal y como viene sucediendo desde que asumió Javier Milei.

“Con Nacho ya compartimos interbloque antes de que fuera gobernador así que la buena relación tiene mucho tiempo. Lo que queremos es ayudar a los gobernadores, pero no dependemos de ellos. Yo no tengo ningún inconveniente en reconocer que podemos ser útiles al gobierno. Ellos tienen pocos senadores y nosotros ya venimos apoyando, pero eso no nos quita independencia y cuando no estemos de acuerdo les diremos ‘muchachos, esto no’”, aseguró a ADNSUR Romero.

La aclaración de la no dependencia de los gobernadores llegó luego de que se anunciara el nuevo interbloque y se publicara que, además de Torres, los senadores iban a responder a Martín Llaryora, Rolando Figueroa y Raúl Jalil. Aunque su objetivo es construir un diálogo con las provincias e impulsar el federalismo, los vínculos no son lineales y no todos trabajan bajo el paraguas de los mandatarios provinciales.

El grupo patagónico buscará impulsar una agenda propia y obtener concesiones para sus regiones.
Parte de pesca

LOS PATAGÓNICOS

Desde el entorno de Torres reconocieron que el gobernador colaboró para la creación de Provincias Unidas. “Es en post del federalismo y así se tiene más potencia”, agregaron. El chubutense encarna el espíritu de este grupo: están dispuestos a colaborar con el Gobierno nacional, pero siempre y cuando logren concesiones. Terenzi es su voz en el Senado.

Diferente es la situación de las provincias de Neuquén y Río Negro. Crexell se sumó al interbloque, pero quienes conocen su relación con Figueroa niegan que el gobernador haya estado demasiado involucrado en el movimiento.

“La relación de Lucila con el Rolo es hasta ahí. No es el mejor vínculo. Ella esperaba otra cosa de él y siente que el gobernador está en deuda. Es cierto que circunstancialmente puedan acordar, pero no tienen una relación política fluida. Se sumó al interbloque porque no quiere quedarse sola y estuvo muy expuesta. Lo más parecido que tiene a una alianza política es Juan Carlos Romero”, cuentan en el Senado.

El nombre de la senadora neuquina recorrió todos los medios nacionales cuando se supo que el Gobierno nacional le había ofrecido ocupar la embajada argentina en la Unesco, en París, mientras se discutía la Ley Bases. Aunque ella siempre negó que se tratara de una especie de “premio” por apoyar al oficialismo, la idea quedó instalada. Y, para peor, todavía esa promesa no se cumplió.

En Provincias Unidas cuentan con que Crexell no se irá del Senado y que no perderán su voto. “El Ejecutivo no presentó el pliego y dudo que lo presente antes de fin de año. El 2025 es electoral y ella tendrá que ver qué hace. Sumarse con nosotros le va a dar respaldo”, contaron fuentes allegadas a uno de los senadores.

En Provincias Unidas cuentan con que Crexell no se irá del Senado.
Diario Río Negro

El número del interbloque no es menor. Con un Ejecutivo que disputa voto a voto en un Senado donde, por ejemplo, Unión por la Patria tiene 33 senadores abroquelados, un grupo de 6 puede inclinar la balanza para un lado o para el otro. Si se fuera Crexell, asumiría su banca el neuquino Pablo Cervi, del radicalismo, pero todos descartan que eso suceda. 

Crexell, con reproches hacia Figueroa y también hacia el Ejecutivo nacional, es una de las patagónicas que intenta hacer alianzas en soledad.

En Río Negro, en cambio, Silva decidió mantenerse afuera del interbloque y todos, incluso sus allegados, reconocen que fue una decisión tomada en diálogo con Weretilneck. La senadora responde directamente al gobernador rionegrino y quiere mantener la misma línea de trabajo que tuvo su jefe político cuando estuvo en el Senado: se dialoga con todos, pero no se cierran alianzas con nadie.

La primera vez que se comenzó a hablar de Provincias Unidas había sido en febrero. En ese entonces, Silva le había dicho a los suyos que era posible que se incorpore. Finalmente no sucedió. “No es que se cortó sola. Desde el Ejecutivo nacional tiran de la cuerda y trabajan para que suceda porque cada voto suma. Pero es mejor ver qué pasa. Hubo promesas de obra en la provincia que se pararon y con el RIGI ahora parece que se están comiendo un sapo”, se quejaron cerca de la Senadora.

La salida de Petronas del megaproyecto de YPF se suma a la lista de reproches de los rionegrinos con el Gobierno nacional. Y, aunque los miembros de Provincias Unidas insistan en que serán un interbloque independiente, su cercanía con el oficialismo le puso un freno a Weretilneck y Silva.

FEDERALISMO Y PROYECTOS 

No solo los patagónicos tienen reproches con el Ejecutivo. A Kueider, por ejemplo, le bajaron el pulgar de la Bicameral de Inteligencia. Sin embargo, también piensa que tiene para ganar: enfrentado al mandatario de su provincia, Rogelio Frigerio, y también al peronismo local, sueña con convertirse en el referente de La Libertad Avanza y, en el mejor de los casos, con una candidatura a la gobernación.

De todas, para eso falta mucho aún. Por ahora, los senadores trabajan en empezar a construir el diálogo con los gobernadores y en unificar criterios, ya que los orígenes y las ideas de los seis son muy distintas. La idea de federalismo es la única que defienden en grupo.

Cuando comenzaron las conversaciones para crear el interbloque, el gobernador Torres reflotó el viejo proyecto alfonsinista de trasladar la Capital a la ciudad de Viedma, en Río Negro. El chubutense lo habló con el Gobierno nacional y aunque ahora está en stand by, es un proyecto que tiene en mente. Sin embargo, dentro del nuevo interbloque ya se encontró el primer rechazo.

Romero le bajó el precio a la iniciativa: “Para mí no se trata de llevar la Capital más lejos, sino más al centro del país. Es un pensamiento que tengo desde la época de Alfonsín. De todas maneras, no va a ser algo en lo que trabajemos”, respondió. Según el senador, el primer proyecto de Provincias Unidas estará vinculado al impulso de los biocombustible y, para eso, ya comenzaron a tender diálogo con los ministros de Producción provinciales.

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