La primera dama sale a la cancha: qué función va a cumplir Ornella Costa, la patagónica de pasado peronista que es tan temida como el gobernador de Chubut
Abogada y Licenciada en Relaciones Internacionales, nacida en Río Turbio y formada políticamente en el kirchnerismo, la compañera de Ignacio Torres cultiva un perfil bajísimo hacia afuera, pero su opinión es decisiva en los temas más importantes. Cuál es el cargo ad honorem que asumirá en una entidad provincial. ¿Nace una candidata?
Desconocida para el gran público, subestimada por una parte de la dirigencia, temida por los miembros del gabinete, la figura de Ornella Costa, pareja del gobernador Ignacio Torres y primera dama de Chubut, va creciendo cada vez más. Su peso es indiscutible y hablar de ella no es una cuestión de “cholulismo” o de color del poder: pasó a ser un dato de la realidad política.
No es tarea fácil obtener datos sobre esta joven santacruceña, porque tiene un celo excesivo por el perfil bajo: por ejemplo, no utiliza la red social X y en su perfil de Instagram no postea opiniones ni fotos. No se le conoce la voz en ninguna entrevista periodística, porque hasta aquí eligió estar a la sombra de su compañero Torres, que está en los primeros planos de la arena política hace 8 años y se convirtió en una figura nacional.
Sin embargo, esta mujer es protagonista de esta columna de análisis político porque juega un papel mucho mayor que el de una figura decorativa que acompaña al gobernador en los viajes y en los actos, y que lo espera a la noche en la residencia oficial, sino que entiende del tema del poder, y tiene un rol activo: observa, opina, dispone, ordena.
“Ornella es para Nacho lo que Antonella Rocuzzo para Leo Messi”, dijo -a modo de gráfica comparación- un agudo observador del poder que comparte con ellos muchos momentos y los conoce hace años, y que incluso dice haberle oído a ella esa frase en alguna reunión íntima. Salvando las distancias, el ejemplo sirve para entender que Torres no hubiera llegado donde está si no hubiera tenido detrás a una mujer que no sólo lo bancó, sino que lo aconsejó y lo guió.
Y este rol, por ahora en las sombras, dejará de ser un trascendido para convertirse en algo mucho más serio, si se confirma un anticipo que esta columna está en condiciones de arriesgar: aún faltan algunas semanas para que se oficialice, pero las versiones dan cuenta que en la próxima asamblea del Banco del Chubut, Ornella Costa sería designada como nueva presidenta de la Fundación Banco del Chubut.
Se trata de un cargo ad honorem -es decir que no es remunerado- y que decide el destino de los fondos que son producto de una parte de las utilidades y la capitalización de la entidad crediticia. Es decir, de confirmarse el dato, sería para la primera dama de Chubut un desembarco para empezar a aceitar la relación con entidades intermedias de la comunidad, y pasar a ser visible para los vecinos de la provincia.
Es momento oportuno de conocer un poco más acerca de esta joven, que seguramente dará mucho que hablar en el futuro de la política provincial: de dónde viene, cuál es su formación profesional y política, cuál es su historia con el gobernador, qué rol cumple en el día a día, y qué ideas tiene en la cabeza.
Patagónica y peronista
Ornella Costa nació el 3 de enero de 1988 en Río Turbio, dentro una familia radical, y tiene un hermano tres años menor. Significa que ya cumplió 36 años unos meses antes que el gobernador, que los cumplirá en mayo. En esa localidad vinculada a la extracción de carbón, del interior profundo patagónico, se crió hasta los 18 años, cuando fue a estudiar a Buenos Aires.
En la capital, se recibió de abogada y de licenciada en Relaciones Internacionales, ambos títulos con diploma de honor en la Universidad Católica Argentina. Completó su formación con distintos posgrados, uno de ellos en Política Internacional en la Universidad de Nueva York.
Siempre interesada en la política, su carrera universitaria coincidió temporalmente con los tres gobiernos del kirchnerismo, uno de Néstor y dos de Cristina, por lo que fue cautivada por esa corriente como muchos jóvenes de aquellos tiempos.
Si bien nunca militó activamente, ni fue parte de La Cámpora por ejemplo, obtuvo -gracias a sus credenciales universitarias y algunos contactos- su primer empleo importante en la esfera pública de la mano de Sergio Berni, quien era Secretario de Seguridad de la Nación entre 2012 y 2015. En esa cartera fue (con apenas 25 años) Directora en el área de Relaciones Internacionales, con un trabajo vinculado con las tareas del Mercosur, la Unasur y la OEA.
Costa admite a sus más cercanos que estuvo obnubilada con el kirchenrismo en su momento, sobre todo en tiempos de Néstor Presidente, pero luego quedó desencantada, y hoy está alejada de ese entorno. Fuera del ámbito público hace mucho tiempo, es socia en un estudio de abogados y vive de la actividad privada.
Su historia con Ignacio Torres comenzó hace 12 años, y los que tienen acceso a la pareja de aquellas épocas, cuentan que compartían el mismo edificio, y que Nacho había quedado flechado con la vecina que se cruzaba en el ascensor. La versión extraoficial da cuenta de un portero “gamba” que le pasaba el dato cuando Ornella subía al gimnasio del edificio, excusa para que el hoy gobernador se la encontrara haciendo ejercicio.
En esos tiempos, Torres trabajaba en el Sindicato de Tintoreros y nunca hubieran imaginado la historia meteórica que vivieron juntos después. Los primeros pasos en política de ambos los encontró en veredas opuestas, y es conocida la anécdota que -ya saliendo juntos- los encontró en un estudio de la señal televisiva TN: Ornella junto a su jefe Berni y Torres con su referente de entonces, Graciela Ocaña.
Una compañera nada sumisa
Quienes tienen trato con la pareja de Ignacio Torres, aseguran que la figura institucional de la Primera Dama, como “la esposa de…” en un rol pasivo de acompañamiento, le resulta incómoda y no va con su perfil. Está claro que tiene una enorme formación profesional y política –“es mucho mejor cuadro que yo” suele decir el gobernador- y que no puede evitar tener una mirada sobre todo lo que pasa en Chubut.
Ornella Costa confesó alguna vez a una fuente que habla con esta columna que se siente subestimada por los políticos, pero que no le preocupa, sino todo lo contrario: le gusta que la ninguneen porque corre con ventaja, ya que conoce la historia de cada uno de los protagonistas, está informada de todo lo que pasa, y sabe quién es quién.
Las personas de gobierno consultadas admiten que el perfil de “callada y muy observadora” mete miedo. Porque si bien no habla en público, después su palabra es determinante en privado nada menos que para la persona que ocupa el rol institucional más importante en Chubut, como es el gobernador. Los miembros del gabinete tienen terror de caer bajo el ojo de Costa, porque “si la dama te baja el pulgar, estás al horno”.
Ornella se jacta de tener mucho “olfato” y de ser -como toda mujer- muy intuitiva. Buenos conocedores de la pareja afirman que el gobernador confía tanto en su criterio, que no toma una decisión de las fuertes sin la venia de ella: recién cuando tiene su aprobación, estampa la firma en un decreto.
A primera vista parece tímida, pero habría que preguntar al personal de Ceremonial que organizó el acto de asunción de Torres el 9 de diciembre en la Legislatura qué piensan: parece que allí se vio todo el carácter de la primera dama, que pegó un par de gritos y obligó a cambiar toda la disposición de lugares desordenados de las primeras filas.
Gambito de Dama
Si el anticipo de ADNSUR se confirma, y Ornella Costa asume la presidencia de la Fundación Banco Chubut, no hay dudas de que será un enorme sacudón del escenario político en la provincia, porque será el ingreso de una nueva figura que hasta aquí no formaba parte de la baraja. Y siguiendo con la metáfora, no es un naipe más, sino la Q, que es la reina.
El lugar de la fundación no es conocido para el común de la gente, pero es ideal para hacer las primeras armas en la arena social: contactos con ONG´s, becas para incentivar la formación y el empleo joven, premios al estudio y la capacitación.
Cuentan que la idea del gobernador es diferenciarse de su antecesor, Mariano Arcioni, quien presidió la fundación hasta diciembre. “Mariano se la pasaba entregando plata a los clubes deportivos y nosotros no queremos eso, que lo haga Lotería o Chubut Deportes”, habría dicho Torres a la gente del directorio.
Más bien, el nuevo objetivo de la fundación pasaría por dar fondos para atacar problemas más actuales que muchas veces pasan desapercibidos; por caso, se habla de un convenio con Grooming Argentina, una ONG que capacita a los chicos en las escuelas para prevenir el acoso en las redes sociales, un tema que según comentan, obsesiona a la primera dama.
Evidentemente, la decisión de que Ornella Costa salga a jugar a la cancha de manera paulatina, la deben haber analizado mucho en conjunto con Torres, como parte de un plan estratégico que va a sacudir el tablero del poder. No es casual que sea ahora, cuando ya bajó la espuma de los primeros 100 días de la gestión.
Todavía es pronto y no hay definiciones, pero agregamos un último dato: Ornella Costa ya hizo el cambio de domicilio hace tiempo y es una vecina más de Chubut. Eso hace pensar en el próximo turno electoral, o en el siguiente, ya que estaría en condiciones de ser candidata en alguna boleta.
¿Qué persona de más confianza podría querer Torres para que lo represente? Por ahora es una especulación, y no está basada en ningún dato concreto. Es pura intuición, pero si alguna vez se llegara a confirmar, vamos a poder decir que desde aquí -en términos de Javier Milei- “la vimos antes”.