Los desafíos políticos y económicos para Chubut en 2022: paz social y estabilidad financiera
En 2022, la provincia deberá mantener el equilibrio a la hora de cerrar acuerdos salariales si no quiere volver a los paros y el pago escalonado. En lo político, vuelve a la carga la idea que fue anticipada hace 8 meses en esta columna: habilitar la reelección de los intendentes.
El balance del año que termina es extraño: luego de un traspié electoral, la gestión de Mariano Arcioni había alcanzado cierta estabilidad política de la mano de actores importantes con los que se cerraron acuerdos en torno al Superior Tribunal y el Presupuesto. Había logrado cancelar la deuda salarial con los estatales, que venía de arrastre desde 2019, y a la vez, ir depositando los sueldos y el aguinaldo en tiempo y forma. Pero esa tranquilidad fue efímera: la decisión de avanzar con la zonificación minera provocó una fuertísima reacción popular, y volvió a dejar la imagen de un gobierno debilitado.
La sensación es que el gobernador Arcioni deberá tener mucha cautela al dar sus próximos pasos y no volver a pisar en falso, porque lo vivido a mediados de diciembre fue traumático. No hay dudas de que su futuro hubiera sido muy distinto si en algunas de las violentas manifestaciones se hubiera registrado una víctima fatal en las calles.
El principal objetivo a lograr, sin el cual es imposible que se pueda avanzar en el resto de los asuntos, es lograr la paz social. El reclamo masivo en contra de la actividad minera se aplacó luego de la derogación de la ley de zonificación, pero continúa latente, y volverá a hacerse oír ante cualquier movimiento político que indique la intención de volver a la carga.
Los atentados contra edificios públicos que dejaron una capital provincial destruida, sumado luego al ataque a un diario, socavaron las bases mismas de la convivencia ciudadana, y generaron una sensación de caos y anarquía que la inmensa mayoría de los chubutenses no quiere volver a vivir.
Ya explicamos que el clima de inestabilidad provocado por marchas pacíficas en contra de la explotación minera fue el caldo de cultivo para grupos violentos vinculados a sectores políticos, que vieron la oportunidad de terminar de desestabilizar a un gobierno. Ahora es tarea de la justicia dar con los responsables materiales e ideológicos de semejantes desmanes. Pero es responsabilidad principal del gobierno retomar un clima de paz social.
Los primeros pasos en 2022 serán muy importantes en este sentido, respecto a la evaluación y la lectura que haga el gobierno de Mariano Arcioni sobre lo sucedido: una opción es que de por cerrada la discusión sobre minería para siempre, o en todo caso deje el tema pendiente para otra gestión. Otra opción es que busque un plan B para insistir con la idea, que puede ser a partir de un plebiscito. En ese caso, podría llegar a correr un riesgo muy grande.
En medio de esta situación que seguramente va a bajar en intensidad durante enero -mes de receso de verano y vacaciones-, se va a empezar a sumar la discusión paritaria con los estatales, que comenzará como es habitual con los docentes. El gran objetivo de comienzos de año será lograr un acuerdo salarial que asegure un comienzo normal de clases.
NEGOCIACIONES
La tarea no será nada sencilla porque el equilibrio de las cuentas chubutenses es precario y cualquier suba de sueldos fuera de lo previsto, puede hacer caer el castillo de naipes. La estabilidad se logró con apoyo político de la Legislatura, que permitió llevar adelante el plan ideado por el ministro de Economía, Oscar Antonena: refinanciar la deuda con los bonistas externos, postergar vencimientos con el gobierno nacional, y a la vez tomar nuevos préstamos para cancelar la deuda salarial con los estatales.
Este combo –que dejará lógicamente cuentas comprometidas a partir de 2023-, sumado a una relativa mejora en los ingresos por coparticipación y regalías, permitió que, en vez de 13 masas salariales (12 meses de sueldo más uno extra correspondiente a los aguinaldos) en Chubut se pagara el equivalente a 17 sueldos en 2021. El número es asombroso, y equivale al esfuerzo de ponerse al día con tres meses de sueldo atrasados en 2020 y además la deuda de la aplicación de la cláusula gatillo para una buena parte de los trabajadores.
A esto hay que sumar el hecho de que ya se anunció una suba salarial que tuvo un 10 % en septiembre, y que incluye dos tramos pendientes del 10 % a pagarse con las liquidaciones de febrero y marzo. En general, los estatales las consideraron tardías e insuficientes, y cuestionaron la aplicación por decreto. Sin embargo, 2021 terminó con cierta tranquilidad, sin medidas de fuerza ni movilizaciones. Es la calma que antecede a la tempestad de las paritarias que se avecinan, que serán durísimas.
En el caso de los docentes, será el debut de la nueva conducción de Atech a cargo de Daniel Murphy, y se prevé una negociación muy dura. Previamente, habrá que ver si el gobernador termina de anunciar el prometido cambio en Educación, designando a un nuevo titular de esa cartera que hoy conduce Florencia Peratta.
¿Arcioni pondrá en Educación un perfil político fuerte que negocie salarios con los gremios o seguirá siendo un cargo vinculado a lo pedagógico y organizativo, mientras que lo salarial seguirá en manos de Economía y el Ministerio de Gobierno? Es una de las cuestiones a develar en los próximos días.
El tema docente es clave en lo referente a la paz social: no es lo mismo que marzo –un mes caliente como diciembre- comience con los chicos en las escuelas, a que vuelva a ser otro año caótico con los padres teniendo que resolver con quién dejan a sus hijos, además del desastre pedagógico de más pérdida de días de clases y disminución de la calidad educativa.
El gobierno deberá apuntar todos los cañones a esa negociación, con el sector que más empleados tiene en todo el estado: la mitad de la masa salarial total es de ese ministerio, sumando docentes y auxiliares, por lo que cualquier cambio que se aplica a esos sueldos, no sólo marca la vara para el resto, sino que repercute de inmediato en millones de pesos del presupuesto.
Chubut viene de una historia reciente que debe ser tenida en cuenta, en la que ha prometido acuerdos que después no pudo cumplir. En todos los encuentros previos, el ministro Antonena ha advertido a sus interlocutores que, si el reclamo es desmedido, no quedará alternativa que retornar a la pesadilla del pago escalonado. En ese “tira y afloje” estará el inicio de 2022.
Un solo recuerdo: el año pasado, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, vino para “interceder” en las negociaciones con los docentes. Después de momentos convulsionados, todo se terminó cerrando con un préstamo de 6 mil millones de pesos, que permitió el inicio de clases. ¿Volverá Nación a meterse esta vez con ese tipo de ayuda?
REELECCIONES
En el terreno político, es probable que 2022 genere en la Legislatura otro mapa en la conformación de los bloques. El terremoto de diciembre es muy posible que deje secuelas, y no sería de extrañar que haya un reacomodo de piezas en el tablero de la Cámara de Diputados, de acuerdo a las alianzas que vayan cerrando sus referentes.
Pero más allá de que este será un año de transición hacia 2023, en el que comenzarán a armarse las sociedades y los frentes de quienes tengan la estrategia de ser candidatos, hay un tema que se encamina con fuerza a instalarse en la agenda en los próximos meses. Se trata - tal como anticipó ADNSUR hace 8 meses atrás- de la reforma a la ley que prohíbe la reelección de los intendentes.
En Chubut hay en total 27 municipios y 10 comunas rurales, y dentro de ese panorama, hay 16 intendentes y 10 jefes comunales que están impedidos de ser reelectos en 2023. Son 14 los intendentes que están alcanzados por la ley provincial que fue modificada en 2016 y que sólo habilita a dos mandatos consecutivos. Y al margen de esto, hay dos casos que están frenados por sus Cartas Orgánicas: uno es Adrián Maderna en Trelew, y otro es Juan Pablo Luque en Comodoro Rivadavia.
Todo apunta a un acuerdo para modificar la Ley XVI N° 46, la ex ley 3098 de Corporaciones Municipales, que alcanza a todos los municipios que no tienen Carta Orgánica. De acuerdo al nuevo texto del artículo 8° que se hizo en 2016, “el intendente puede ser reelecto por un segundo mandato consecutivo. Para poder aspirar a una nueva elección deberá dejar transcurrir un período completo de cuatro años. Esta limitante no es aplicable a los concejales.”
Luego se agregó un artículo en el que se determinó que “para los intendentes electos en el año 2015, se considerará que el actual período es el primer mandato”. Lo que vale decir que quienes fueron reelectos en 2019, cumplen su segundo mandato consecutivo.
Por otra parte, existe la Ley Orgánica de Comunas Rurales (XVI N° 93), que en su artículo 5°, establece que “el gobierno y la administración de las Comunas estará a cargo de un ciudadano que se denominará “Presidente de la Comuna Rural” y será electo directamente por el pueblo, acompañado por un Vicepresidente, los cuales durarán 4 años en sus funciones y podrán ser reelegidos únicamente por un nuevo período consecutivo”.
A continuación, el repaso por los nombres que están cumpliendo su segundo mandato consecutivo, y que no están habilitados a presentarse a una reelección. Son 14 intendentes de municipios regulados por la Ley de Corporaciones Municipales: tres de ellos son de Juntos por el Cambio, como Sergio Ongarato de Esquel, Luis Juncos de Rada Tilly y Miguel Gómez de Gobernador Costa. También hay dos justicialistas, que son Miguel López en Alto Río Senguer y Dante Bowen, de Dolavon.
La gran mayoría de estos casos, son intendentes que pertenecen a la alianza gobernante Chubut al Frente, que suman en total 9: Rubén Calpanchay, de José de San Martín, Ariel Molina, de Corcovado; Marcelo Limarieri, de Gualjaina; Horacio Pichiñán, de Paso de Indios; Silvio Boudargham, de Cholila; Antonio Reato, de Epuyén; Oscar Currilén, de El Maitén; Jorge Seitune, de Tecka; y Claudia Loyola de Camarones.
Respecto a las comunas rurales, que tuvieron por primera vez su elección popular de autoridades en 2015, hay 10 casos de presidentes que fueron reelectos en 2019, y que no podrían continuar en el actual contexto legal. Se trata de Leonardo Bowman en Telsen; Miguel Ancamil en Lagunita Salada; Beatriz Roa en Cerro Centinela; Victor Candia en Paso del Sapo; Alejandro González en Aldea Epulef; Raúl Santander en Colán Conhué; Nilda Tolosa en Las Plumas; Marcos Pruessing en Aldea Apeleg; Sergio Núñez en Carrenleufú y Jorge Villegas en la comuna rural de Ricardo Rojas.
Como se ve, hay mucho reparto de poder en juego, y muchos acuerdos para cerrar, ya que la mitad de los municipios y comunas de Chubut tienen a sus actuales jefes comunales impedidos de volver a presentarse. El río suena, y es uno de los anticipos que te dejamos en el cierre de este año convulsionado. Veremos qué depara el futuro inmediato a una provincia que hace tiempo no encuentra paz y estabilidad.