El gobierno provincial de Neuquén, bajo la gestión del gobernador Rolando Figueroa, puso en marcha un plan de obras en cárceles y comisarías para enfrentar el grave problema del hacinamiento. La Ley 3426 de Emergencia Penitenciaria, aprobada recientemente, ha sido clave en la implementación de estas acciones, destinadas a solucionar una situación que, tras décadas de falta de inversión, dejó a las unidades en condiciones “indignas”, según el fallo de un Habeas Corpus de 2022.

El objetivo es aumentar la capacidad de alojamiento en las unidades penitenciarias y mejorar la infraestructura, asegurando al mismo tiempo la implementación de programas que promuevan la reinserción social de los internos. Las cifras muestran la urgencia de estas medidas: las cárceles de la capital y el interior albergan a más de 600 internos, superando ampliamente su capacidad de 443 plazas.

Entre las unidades más afectadas por la sobrepoblación se encuentra la Unidad 11 de Centenario, donde se proyecta la creación de 200 nuevas plazas, la construcción de módulos educativos y laborales, y reparaciones en pabellones deteriorados. En la Unidad 32 de Zapala, se están renovando más de 1.100 metros cuadrados de infraestructura y sumando 109 plazas, con una inversión que supera los 100 millones de pesos. Cutral Co también verá ampliada su capacidad con otras 109 plazas.

Estas obras, que permitirán habilitar un total de 418 nuevas plazas, buscan aliviar la situación crítica en las cárceles y garantizar condiciones más dignas tanto para los internos como para el personal penitenciario.

Además de la ampliación de plazas, el gobierno ha destinado más de 56 millones de pesos para mejorar los sistemas de calefacción y redes contra incendios en todas las unidades. También se han adquirido colchones ignífugos y otros recursos esenciales para asegurar el bienestar de los internos.

El mantenimiento de la infraestructura existente es otra de las prioridades, con inversiones destinadas a reparar baños, sistemas de agua y redes eléctricas en las unidades de Centenario, Zapala y Cutral Co.

Uno de los pilares del plan penitenciario es la implementación de programas educativos y laborales que fomenten la reinserción social. La creación de plataformas de educación a distancia y la instalación de redes seguras de conectividad permiten a los internos continuar con su formación, mientras que el programa Trabajo como Laborterapia ofrece actividades productivas como carpintería, horticultura y panificación, orientadas a reducir la reincidencia delictiva.

En cuanto a la salud, se fortaleció la atención en la Unidad 11 con servicios de odontología y salud mental, y se ha articulado con el sistema de salud provincial para garantizar la atención médica especializada cuando sea necesario.

La crisis penitenciaria en Neuquén ha sido un problema histórico, pero las recientes acciones del gobierno apuntan a una solución integral que va más allá de la simple construcción de plazas. El objetivo es crear un sistema carcelario que no solo respete los derechos humanos de los internos, sino que también les ofrezca herramientas para su reinserción social.

Con información de Neuquén Informa, bajo supervisión y edición de un periodista de ADNSUR.

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