La lista del consenso local o los nombres impuestos a dedo; la propuesta de los peronistas chubutenses o la de Casa Rosada; la apuesta por las caras conocidas o por la renovación. Varios son los títulos que se le pueden poner a los dilemas que debe resolver el Frente de Todos en Chubut, a menos de dos meses de la nueva fecha de cierre de listas para las PASO. En nuestra provincia, se renuevan en noviembre tres bancas en el Senado por 6 años y dos bancas en la Cámara de Diputados por los próximos 4 años. Conocer cómo se resolverán los nombres que pondrá el justicialismo a consideración de la gente, en una elección en la que está en juego no sólo la pelea por 2021 sino también por 2023, es algo que tiene en vilo al “microclima” de la política chubutense.

Mientras se arma una nueva convocatoria a la “mesa de la unidad” para dentro de una semana en Comodoro Rivadavia, en la previa, cada uno de los actores va acomodando sus fichas de acuerdo a sus cartas. Como en una partida de truco, todos amagan, aparentan tener más de lo que tienen, se mienten, se retrucan. Cuando los micrófonos están encendidos, la frase de casette indica que los actuales funcionarios no tienen la cabeza en estos temas porque están abocados a la gestión. Pero en off, la mayoría afirma tener “línea directa” con algún interlocutor con llegada a la cúpula del proyecto nacional. Lo que cabe preguntarse es: ¿realmente hay margen para que el peronismo local resuelva las cosas sin interferencias puertas adentro? ¿O estamos asistiendo a una compulsa de poder que se va a demorar semanas sin definiciones, hasta que la última palabra venga una vez más desde el Instituto Patria?

Hay todo tipo de versiones de reuniones que se tejen y destejen con la velocidad de la luz. La semana pasada, se habló de la convocatoria a un encuentro de una mesa ampliada que estaba coordinando el empresario Cristóbal López en Comodoro Rivadavia, que se iba a hacer el último viernes y que debió ser suspendida por cuestiones de agenda. Allí, se decía que la idea era que además de los actores de la “Cumbre de Trelew” (Luque, Linares, los hermanos Sastre, Maderna, Yauhar y Mac Karthy) se sumaran otras caras como las del diputado Santiago Igón, la senadora Nancy González, el asesor presidencial Julián Leúnda, y algunos representantes de la rama sindical.

Todo quedó en veremos, y habrá que ver de qué manera se rearman los próximos encuentros, ya que una última versión indica que los que tiene cargos institucionales habrían elegido tener un perfil más bajo en medio de la crisis originada por la pandemia que afecta los vecinos de la provincia. De ser así, los intendentes Sastre, Maderna y Luque, además del vicegobernador, elegirían no participar por unas semanas, aunque todos tendrían a sus voceros en reuniones más acotadas. Para algunos, la terrible situación del Covid podría convertirse en una excusa “elegante” para correrse de la discusión por el momento.

Pero más allá de cómo se convoquen las reuniones a futuro –Congreso Provincial mediante el 19 de junio de manera virtual-, lo interesante es conocer la foto del presente, o como nos gusta decir desde aquí, la temperatura que marca ahora el termómetro político. Sabemos que la realidad es muy cambiante, y que la dinámica puede lograr que en apenas una semana todo se modifique. Pero lo que nunca se puede dejar de hacer, es describir lo que está pasando hoy, cuál es el eje sobre el que gira la discusión, en este caso, del PJ en Chubut. 

Y la instantánea Polaroid, en este domingo 6 de junio, muestra un escenario picante e intenso, que vamos a tratar de explicar: por un lado, una movida que amaga con un dedazo a nivel nacional que impulsaría una candidatura testimonial para meter al Congreso a un candidato suplente, y por el otro, una respuesta negativa a pie firme que insiste con los nombres locales. Ahora, los detalles.

EL HISTÓRICO DEDAZO

Hace unos días, asistimos en Trelew a la reunión de un grupo de “pesos pesados” del justicialismo, sobre la que luego se dijo públicamente que los participantes asumieron el compromiso de poner todo su esfuerzo para lograr una propuesta unificada chubutense que sería elevada luego al ámbito nacional como garantía de un triunfo electoral del Frente de Todos. Pero hay otro grupo dentro del peronismo –las fronteras a veces no son muy claras, porque algunos personajes parecen estar en los dos, y les dicen que sí a todos-, que hace circular en el ambiente una sensación de inminente “dedazo”.

Se trata del nombre con el que se conoce a la imposición de candidatos desde la conducción del proyecto nacional, una metodología que ya se ha aplicado en anteriores cierres en Chubut. El ejemplo más conocido es el del actual legislador Santiago Igón, quien en 2015 y 2019 encabezó la lista de Diputados Nacionales. Proveniente de Mercedes, en provincia de Buenos Aires, con apenas cuatro años de residencia en Esquel para dirigir la agencia local de la Anses, era un absoluto desconocido para el peronismo vernáculo hace 6 años, cuando apareció en la lista al Congreso por un “mandato divino”. 

Juan Pablo Luque, Santiago Igón, Máximo Kirchner y Eduardo "Wado" De Pedro - Archivo 2019

Otro caso menos recordado es el de la comodorense Cristina Ziebart, designada a último momento en 2011 por Cristina Kirchner en reemplazo de Daniela Taboada, que iba en el “papelito” que llevaban los dirigentes chubutenses. Claro, en aquellos casos, la boleta que arrastraba era la presidencial (Cristina en 2011, Scioli en 2015, Fernández en 2019), algo que no va a ocurrir en septiembre y noviembre. 

Esta vez, el riesgo para el justicialismo -que ya hemos explicado en más de una oportunidad- es que en esta oportunidad no hay “efecto arrastre” en la boleta, es decir, los candidatos se la tienen que bancar por sí solos. Cuando no hay una categoría a Presidente que encabeza, todo recae en el peso del nombre del aspirante a legislador, y el PJ tiene malas experiencias en esto. En los dos últimos turnos con estas características, Norberto Yahuar perdió por paliza con la lista del Pach de Mario Das Neves en 2013 y Ricardo Fueyo salió tercero en 2017.  

Es decir que las dos últimas veces que el PJ fue sin lista presidencial en una elección meramente legislativa en Chubut, no logró mantener una sola banca. De ahí el desafío de esta mesa de dirigentes que se conformó en Trelew, con actores de las principales localidades, de tratar de unificar un criterio en una lista de consenso que puedan presentar a la conducción nacional como la “garantía” de triunfo para mantener esos escaños en el Congreso. 

Entre los integrantes de esa mesa, hay optimismo de que ese objetivo se va a lograr. Así lo dijo Norberto Yahuar en una entrevista televisiva hace 10 días, “Nación interviene sólo cuando hay una dispersión del peronismo y tratan de ser ordenadores. Con este armado provincial, no tienen injerencia. Si llevamos una buena propuesta, la van a aceptar”, afirmó el veterano dirigente que conoce de cerca el tema, porque llegó a ser miembro del gabinete nacional de Cristina Kirchner.

Sin embargo, el último martes luego de acompañar la visita a Puerto Madryn del ministro de Turismo, Matías Lammens, el diputado nacional Santiago Igón –que sabe de “dedazos”- dejó una frase muy sugerente al dialogar con la prensa: allí expresó que “es fundamental el acuerdo con la conducción nacional y al que no le gusta ese acuerdo que se vaya del peronismo; es cortita, es fácil”, manifestó. Para despejar dudas respecto a un criterio que no tiene mucho de democrático y que postula el verticalismo, agregó “la definición es de la conducción estratégica y hoy somos Gobierno Nacional”.

Lo que no se puede discutir a Igón es su poder de llegada a las “máximas” (la palabra no es casual) esferas de decisión del kirchnerismo. Es decir, que ante el optimismo de algunos dirigentes de que la mesa de unidad puede llevar una lista de candidatos abrochada con moño para el mes de julio, otros advierten que todo quedará supeditado a la última palabra de Alberto y Cristina. Y tienen antecedentes para demostrarlo.

ACTOR CLAVE

Ya contamos hace tres semanas en este mismo espacio, que el PJ chubutense afronta un dilema en torno a la figura de Carlos Linares, actual presidente del partido y lanzado a una precandidatura antes que nadie, hace ya un año atrás. El dilema consiste en que, por un lado, es una figura que en todas las encuestas aparece como el que mejor representaría a los votantes del Frente de Todos, con un piso cercano al 30 %, pero dentro del partido hay quienes piensan que no asegura la cohesión interna y tampoco garantiza que en la general sea la mejor opción ante otras propuestas electorales que mostrarían caras nuevas.

El debate interno pasa por apostar a lo ya conocido o jugar la carta de la “renovación”, con opciones que muestren al electorado dirigentes más jóvenes, que al parecer es la demanda que están marcando otros sondeos. En este contexto, apareció con fuerza en las últimas semanas la instalación -a partir de declaraciones mediáticas de dirigentes como el vicegobernador Ricardo Sastre y el intendente trelewense Adrián Maderna- de la posible candidatura a senador del Vicejefe de Asesores del Presidente Alberto Fernández, que es el joven comodorense Julián Leúnda.

Oriundo de Comodoro Rivadavia, con apenas 30 años, abogado pero más reconocido por su labor en el periodismo en su paso por Ámbito Financiero y C5N, Leúnda entabló una relación estrecha con Fernández previo a su ascenso al poder. Esa confianza lo instaló en las más altas esferas, y ahora está sentado en el despacho contiguo al del Presidente de la Nación. Desde allí se convirtió en un gestor de obras y en el puente de llegada a los ministros nacionales que desembarcaron en Chubut.

Julián Leunda y Adrián Maderna

De la mano de la instalación de su apellido en boca de referentes políticos, Leúnda dejó de cultivar el bajo perfil mostrado hasta ahora, y comenzó a dejarse ver en varios actos de relevancia pública con los intendentes de Trelew y Puerto Madryn, acompañando a figuras del gabinete nacional y mostrando su rol de “gestionador” para los municipios. Su cara sigue pasando desapercibida para la inmensa mayoría de los chubutenses, pero dentro del microclima político, nadie duda de su peso en el actual entramado de influencias. 

Ante la candidatura de un veterano conocido que ya tiene varias campañas encima, como es Carlos Linares, el joven comodorense salió a mostrar que cuenta con poder de fuego porque tiene los “fierros”, palabra que se usa en mucho en política para definir el manejo de estructura económica y de medios; es decir, banca política y, por si fuera poco, empresarial.

Nos detenemos en el detalle de la figura de Leúnda, porque dentro de la discusión instalada al interior del PJ, se convirtió en un actor clave, ya que hay algunos –por ahora minoría- defensores de la propuesta renovadora, que agitan su postulación como quien correría con el caballo del comisario dentro del albertismo. Desde la vereda de enfrente, les responden que sería una locura arriesgar las dos bancas del proyecto nacional en la Cámara de Senadores, con una cara que no tiene conocimiento en el común de la gente. Es decir, los “corren” con las encuestas, y argumentan que nadie mide mejor que Carlos Linares.

Y aquí es donde la cuestión se pone interesante, y esta es la foto del momento para mostrar en esta semana: si bien Leúnda no participó de la reunión de Trelew, donde no hubo nadie para defenderlo, aseguran que estaría preparado para llevar una contraofensiva a los nuevos encuentros del PJ en Comodoro. Según esta teoría, la respuesta del sector “renovador” sería que, si el argumento central para definir a un candidato es el de las encuestas, entonces el peronismo debería jugar todas sus fichas a su as de espadas, a su carta ganadora, y no dejar lugar a dudas sobre un triunfo. Es decir, poner al frente de la lista al que mejor mide, que no es otro que el intendente que según las encuestas tiene la imagen positiva más alta de la región: el comodorense Juan Pablo Luque.

CABALLO DE TROYA

En este punto, es preciso detenernos en el detalle fino, en las razones por las cuales en las últimas horas volvió a agitarse con fuerza la posibilidad de una candidatura testimonial de Juan Pablo Luque. Antes recordemos que el término “testimonial” se acuñó allá por 2009, cuando la estrategia de Néstor Kirchner hizo jugar a varios actores en funciones que después no iban a asumir en sus cargos si ganaban. En esta teoría, Luque sería quien pondría la cara en la campaña como el gran elector, pero luego no asumiría como senador, sino que continuaría como intendente otros dos años para luego postularse a la gobernación en 2023.

Hay quienes creen que esta estrategia tendría en realidad oculto un verdadero motivo, una especie de “caballo de troya” que significaría la candidatura a primer senador suplente, ya que de corroborarse una renuncia del primer titular –en este caso Luque-, sería el suplente quien en realidad asumiría en el Congreso para defender el proyecto del Frente de Todos. Y ahí es donde todas las miradas vuelven a apuntar a Leúnda. ¿Será ésta la maniobra que se está pergeñando realmente por estas horas en los despachos de Casa Rosada? 

El kirchnerismo tiene un objetivo clarísimo: no puede perder una sola banca en el Congreso, especialmente en Senadores, en la durísima batalla con la oposición en el control de muchos temas, pero especialmente, la “batalla judicial”. Están en juego la reforma de las leyes del Ministerio Público, el proceso de designación del Procurador, los procesos de remoción de jueces, la integración del Consejo de la Magistratura, y todo en medio de operativos de contrainteligencia y venganza, como se vio con el caso de Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, el operador judicial del macrismo que enfrenta un juicio por amenazas y extorsiones a los accionistas del Grupo Indalo. 

Con ese objetivo trazado, la Jefa del proyecto, Cristina Kirchner, no puede sufrir sorpresas, y necesita actores ultra alineados en la Cámara Alta. Por ello, según la teoría del caballo de troya que impulsa un sector, es más que indispensable para el Frente de Todos, que quien llegue el Congreso sea alguien como Leúnda. Ahora bien, de nada serviría toda la estrategia anterior si se pierde en las urnas, es la respuesta que se escucha desde el otro lado. “Es importante tener actores alineados, pero primero hay que ganar”, es la frase que grafica este argumento. Por ello, en la vereda de enfrente se responde que, en vez de exponer a Luque a una testimonial, la figura de Linares aparece como alguien encolumnado que daría la vida por Cristina, que quizás no tenga los contactos en las altas esferas que pueda tener el asesor presidencial, pero en cambio, tiene caudal electoral. 

MENSAJE CONTUNDENTE

Resta hacer otro comentario a lo anterior, y es que la teoría de la “testimonial” del intendente Luque, no cuenta por el momento con un pequeño detalle, que es la negativa rotunda del intendente. El jefe comunal afirma que de ninguna manera puede dedicarse a una campaña electoral en medio de la pandemia que azota a su ciudad, que exige estar 100 % encima de la resolución de los problemas de los vecinos. Y este argumento, que ya venía esgrimiendo en privado, eligió darlo de manera pública y tajante, en declaraciones a ADNSUR. Aseguró el viernes que “no voy a ser candidato a senador”, en una definición que pareció dirigida no tanto al común de la gente, sino más bien a ese pequeño grupo de dirigentes que en las últimas horas estuvo especulando con su posible postulación.

En el entorno del comodorense se animan a un análisis más político, además de las razones propias de la gestión. Muestran su bronca por la “viveza” de la estrategia de algunos, que “quieren que Juan Pablo ponga la cara, haga el desgaste, se exponga ante la gente y sufra un descrédito posterior por no asumir, para que el premio se lo lleve otro. Es genial, pero minga”.

Por otro lado, desde Comodoro se asegura que la teoría que algunos dicen tendría el aval de la Rosada no es tal, y que actores de muchísimo peso hicieron llegar el cariño de Cristina Kirchner hacia la figura de Linares, a quien le reconocería sus años de “aguante” en las malas y su merecimiento para llegar a representar al kirchnerismo al Congreso. Claro que este respaldo no quiere decir necesariamente que Linares tiene asegurado el primer lugar en la lista de senadores, aunque sí probablemente en el armado general, según explican estos interlocutores.

En esta declarada interna Linares-Leúnda, en la que algunos quieren meter a Luque, también hay otro actor clave, que nadie se anima a pronosticar qué va a hacer: y es el vicegobernador Ricardo Sastre. Como el mensaje no es nunca del todo claro, y por un lado hay reuniones con la Mesa de Unidad y por el otro, fotos de abrazos con actores que no estuvieron ese día, los próximos pasos del mellizo madrynense son una incógnita para todos. Hay quienes dicen haberlo escuchado hablar de la necesidad de separarse a tiempo de una gestión provincial devaluada para poder presentarse a gobernador en 2023, por lo que un escape al Congreso sería una salida elegante. Pero en la guerra de egos de la política, Sastre pretende un rol protagónico y no secundario en el armado, algo incompatible con las aspiraciones de otras figuras, especialmente comodorenses.

Por lo pronto, cuando el rompecabezas de la lista del PJ juega con todo tipo de combinaciones y es imposible avizorar un resultado, hay un nombre que muchos -especialmente desde la zona sur- aseguran que va a estar entre los cuatro titulares. Se trata de la figura femenina que más proyección tendría en el espacio, según la opinión de varios de los miembros de la mesa de unidad. Hablamos de Florencia Papaiani, ex diputada provincial del PJ, y última candidata a intendenta de Trelew por el justicialismo.

“No descartes que Florencia pueda encabezar la lista de senadores”, dijo un hombre de mucho peso a esta columna, que tendrá un rol fundamental a la hora del cierre final. ¿Estaría el peronismo de Comodoro dispuesto a traccionar una boleta encabezada por Papaiani y acompañada por Linares? No son pocos los que creen que sería una buena alternativa integradora, que obligaría a la militancia comodorense a jugarse aún más por la boleta que asegure el primer lugar para que su representante, Carlos Linares, pueda acceder a la Cámara Alta. 

Como se sabe, hay una rival de mucho peso, y es la actual senadora Nancy González, quien también quiere repetir y tiene banca nacional. Como dijimos, las combinaciones son muchas, aunque como razonó a modo de justificación otro protagonista del peronismo a esta columna: “al menos con esta mesa de unidad logramos que el universo de nombres se achique a no más de 8, y la posibilidad de una interna de 7 listas ya no existe”.  

Está más que claro que el escenario es ultra complejo, y es difícil predecir a esta altura cómo va a decantar la resolución de la lista del peronismo. Por lo pronto, la definición del intendente de Juan Pablo Luque de que no será candidato en este turno, buscó desarticular la renuente movida de jugar con su “testimonial”. Habrá que ver si el mensaje es entendido y asumido por el resto de los actores, especialmente en Buenos Aires. Fuentes muy bien informadas comentan que, por las dudas, como una especie de coraza ante cualquier imprevisto que pueda ocurrir, en el municipio comodorense ya estaría prácticamente cerrada la operación para convocar a una reforma constituyente de la Carta Orgánica, que daría la posibilidad de un nuevo mandato al intendente. Pero esa, será otra historia.

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