Bordeando la legalidad y jugando al extremo con los límites: así nació ya de entrada la relación entre el nuevo gobernador, Ignacio Torres, y la flamante Legislatura, de la que el joven mandatario dependerá para llevar adelante su primer paquete de medidas apenas iniciada su gestión.

La sesión celebrada este sábado fue toda una muestra de que no habrá espacio para el relax: los diputados no tuvieron tiempo ni de almorzar con su familia que viajó para la foto. La orden del gobernador fue que su nuevo gabinete en pleno debía jurar el mismo día, y eso puso en marcha la maquinaria mucho antes de lo pensado, que en principio era la primera sesión ordinaria del jueves 14.

El origen del apuro fue un mensaje que dejó la Legislatura anterior antes de irse: bien se pudo haber tratado la nueva Ley de Ministerios el jueves 30 de noviembre, porque se trata de un tema inocuo, que no afecta ni a las cuentas provinciales ni genera problemas políticos. Es la herramienta básica que pide todo nuevo director técnico con el fin de parar su equipo en la cancha.

Sin embargo, luego de que Torres y los voceros de su bloque los acusaran de ceder a extorsiones y pactar con el gremio legislativo para acomodar personal, los anteriores diputados le respondieron con “maldad”: ¿necesitás tu ley?, que te la voten tus diputados.

En un primer momento, se había especulado que el nuevo gabinete asumiera de manera “parcial”: es decir, que sólo juraran el sábado los que tenían el cargo creado que se mantenía con la ley anterior, y que una vez que la Legislatura votara la reforma, asumiera el resto del equipo.

Aquí Torres ya mostró un primer rasgo de su carácter de gobernante: un llamado furibundo a su vicegobernador Gustavo Menna a mitad de semana, exigiéndole “hace lo que tengas que hacer, pero yo quiero a todo mi equipo en funciones el lunes”.

El primer dato es que el llamado de Torres con esa misión no fue a Daniel Hollman, quien será su presidente de bloque. Tiene lógica, el esquelense estaba en la cordillera para asistir a la asunción de Matías Taccetta como intendente y aún no conoce el entramado legislativo, una gimnasia que hará a pasos agigantados en los últimos 20 días del año.

Daniel Hollman.

El teléfono que sonó fue el de Gustavo Menna, experimentada figura en el terreno legislativo, que ya fue diputado provincial y nacional, y conoce como pocos la rosca dentro de un cuerpo colegiado. A su vez, el llamado del vicegobernador electo fue redirigido a quien será el presidente del bloque de la primera minoría, Juan Pais. Este último dato, merece un capítulo aparte.

Una disputa seilenciosa

La elección de País como presidente del bloque de Arriba Chubut no sorprende a los seguidores del mundo legislativo. Fue un lugar que se ganó con creces luego de cuatro años como presidente del bloque oficialista, una de las tareas más complejas que se recuerde, en medio de la pandemia, la mayor crisis de la provincia, y una feroz pelea de la alianza de gobierno que partió al bloque.

En ese contexto absolutamente adverso, Pais llevó adelante una tarea ingrata, porque sabía que jamás iba a lucir hacia afuera ni iba a ser reconocida: se dedicó a ir pegando los parches de todo lo que estaba roto, y a obtener sesión tras sesión, los apoyos necesarios para que el gobierno de Arcioni lograra las leyes mínimas que le aseguraran gobernabilidad.

Ahora en un nuevo bloque absolutamente heterogéneo, con figuras del sindicalismo, del camporismo, del Frente Renovador, del arcionismo, del sastrismo, la única figura que podía lograr el consenso, y generar una mayoría interna que no hiciera ruido, era la de Pais.

Sin embargo, desde Comodoro, Juan Pablo Luque (quien terminó firmando esa lista como candidato a gobernador) buscó medir fuerzas e imponer su nombre: intentó que Gustavo Fita sea el titular de la bancada de la oposición, su voz en la Cámara.

Para ello sólo obtuvo el apoyo de Norma Arbilla, a quien puso como cabeza de lista un día antes del cierre y le debe ese reconocimiento, y de Tatiana Goic, por un acuerdo cerrado con Jorge Taboada, el líder de Camioneros, quien -desde hace 4 años y ahora por 4 más- decide absolutamente todo lo que la legisladora hace en la Cámara: hay un mensaje de empoderamiento de las mujeres, pero en la práctica, el patriarcado goza de buena salud.

Sabido es que Pais tiene ya una relación aceitada con las diputadas Mariela Williams (en un acuerdo político con Sastre) y con la arcionista Vanesa Abril. Por lo tanto, había un séptimo voto que definía todo.

Bloque de Arriba Chubut.

La movida de instalar a Fita tuvo un “error de cálculo” de Luque, y fue respecto al diputado más liberado que habrá en ese bloque: el trelewense Emanuel Coliñir, quien llegó a su banca por el mérito propio de la excelente campaña que hizo ganándole a todos los candidatos del mundo peronista en marzo y abril, y quedando como la principal referencia justicialista en la ciudad.

Coliñir tiene una lista con todo anotado respecto a aquellos días: recuerda a la perfección quién lo apoyó de entrada, quien jugó bien bancando su candidatura, y quiénes no creyeron en él porque pensaban que salía cuarto por debajo de Gustavo Mac Karthy y Leila Lloyd Jones. Incluso tiene guardadas reuniones con sus “adversarios” a las que asistió el mismo Fita y donde se le pegó con dureza.

El joven camporista -de la misma generación y edad que Torres- nunca va a perdonar que hayan venido a meterse en su territorio a querer armarle lío, y tenía bien claro que si a alguien no iba a acompañar era a Fita.

En cambio, el vínculo entre Coliñir y Pais se fue afianzando en la campaña de Trelew, y creció aún más en los últimos meses. Ambos se entienden a la perfección y era un voto cantado. Pais se ganó el liderazgo del bloque por mérito propio y es un error pensar que fue un triunfo -como algunos creen- de Mariano Arcioni contra Luque. El gobernador saliente nunca se metió en la disputa del bloque, aunque por supuesto, festejó el resultado.

La negociación

Explicado el proceso anterior, hay que volver ahora al llamado de Menna a Pais, ocurrido el mismo miércoles en que fue elegido presidente de bloque. El nuevo gobierno necesitaba arrancar con el pie derecho, y si hay algo que no venía bien de entrada, era que la primera minoría no acompañara con sus votos una sesión urgente, contra reloj, y denunciara un proceso irregular e inconstitucional.

Lo que obtuvo Menna ante su pedido, fue un guiño del diputado comodorense: vamos a dar el apoyo para que la gestión arranque bien y no digan que ponemos trabas. Una actitud absolutamente opuesta a aquella que tuvo el bloque del FPV con Martín Buzzi en la noche del 10 de diciembre de 2011, cuando se negaban a votarle la Ley de Ministerios a un gobernador electo por el dasnevismo, a pesar de su “conversión exprés” al kirchnerismo.

Para poder cumplir con la “exigencia” de Torres, la Cámara tuvo que mirar para el costado en varias cosas. Una sesión especial se convoca con 48 horas de anticipación, algo que no ocurrió. “Si están sentados los 27, eso purga todo” fue una explicación para justificar lo forzado del asunto.

Gustavo Menna y Juan Pais.

Lo otro, la ley fue aprobada al mediodía, y a la tarde ya estaban jurando los nuevos funcionarios. ¿Cómo se protocolizó la nueva ley de manera tan veloz? Evidentemente Torres dejó los decretos de nombramiento armados, y tenían la promulgación lista (que no ha trascendido) para firmarla minutos después de haber jurado.

Mucho menos se publicó la nueva norma en el Boletín Oficial, requisito clave para que entre en vigencia. Incluso hay quienes cuestionaban si los mandatos de los diputados habían comenzado o si constitucionalmente estaban en funciones a partir del 10 de diciembre.

Los datos no son ni buenos ni malos, solamente una descripción de la realidad. Pueden tener un justificativo, y todo es en aras de la gobernabilidad: la pregunta sería para qué ponerse tan quisquillosos con una ley que sólo busca dar las herramientas a un gobierno que quiere ponerse a trabajar ya.

La provincia del Chubut no permite más demoras, y eso es un punto a favor para no ser tan estrictos. La pregunta que queda flotando es si este forzamiento de las normas fue una excepción que no volverá a repetirse, o ya marca una impronta a seguir. Lo del sábado ¿fue la excepción o se convertirá en norma?

Sea como fuere, Menna consiguió el apoyo y de entrada debutó con éxito como el “operador” de Torres en la Cámara. ¿Seguirá en ese rol siempre y será el nexo entre el Ejecutivo y la Legislatura? Algo que se verá seguramente muy rápido, porque vienen sesiones importantes en diciembre y enero.

El desafío de la cohesión

Finalmente, queda analizar cómo se puede mantener la actual conformación de la Cámara a futuro. En las últimas experiencias se observó cada vez con más normalidad la ruptura de los bloques originales y el nacimiento de interbloques. Incluso hasta suena exagerado hablar de nuevas bancadas, cuando en realidad se ven experiencias individuales: la Cámara que se fue tenía tres bloques unipersonales.

Lo descripto en el caso de Arriba Chubut ya permite avizorar enormes tensiones y disputas de protagonismo. Más aún durante un 2024 que tendrá elecciones para conducir el PJ. Hay referentes desde afuera que juegan sus fichas y es lógico que el gobernador Torres vaya a poner toda su inteligencia política en romper la oposición y traer agua para su molino.

Y esto ya se verificó en el bloque de los libertarios, que llegaron en una alianza llamada Plich que tienen tres diputados de los cuales dos pertenecen al histórico Pich y la figura del líder de la UTA, José Pérez, que son Andrea Toro y Marcelo Rubia, mientras que el tercero es un comodorense amigo de César Treffinger, como Daniel Casal.

Andrea Toro, Marcelo Rubia y Santiago Vasconcelos.

La bancada en los hechos ya se rompió: Casal notificó a presidencia que su bloque individual será Ciudadanos por Chubut, y que los otros dos integrantes quedan como Pich. Una alianza electoral que así fue votada por los chubutenses, pero que no respetó la voluntad popular. Y ya se vio en las primeras votaciones, donde Casal votó con el oficialismo.

¿Y qué pasará con las figuras radicales en el bloque oficialista? ¿Habrá obediencia debida con la bajada de línea que imponga el gobernador? En el gabinete hay quienes tienen serias dudas, más aún viendo que la UCR quedó minimizada en un armado dominado por figuras del peronismo.

Y el restante bloque individual de la izquierda es evidente que tendrá el discurso más combativo, y oficiará de denunciante crónico. Ya comenzó a hacerlo con la Ley de Ministerios, al denunciar un pacto espurio de oficialismo y peronismo. Santiago Vasconcelos vino a dispuesto a pelear contra todos: es su estilo y está en su naturaleza.

Luis Juncos fue electo vicepresidente de la Cámara.

Fueron elegidos cuatro bloques el 30 de julio, pero es un hecho que ese mapa no se va a mantener en el tiempo. Ya se preanuncian rupturas y nuevos acuerdos. Saltos al oficialismo por un lado, nuevas alianzas por el otro. El tándem Menna-Pais nació con el pie derecho, pero seguramente hubo exigencias y negociaciones que no trascendieron. No será todo color de rosa.

Lo que está claro es que el estilo de Nacho Torres exigirá a la Legislatura al máximo. No da la sensación de tener demasiada paciencia y cuando al nuevo gobernador se le mete algo en la cabeza, juega sus fichas a fondo.

Las primeras pruebas serán las reformas al Presupuesto y la Ley de repago de deuda por U$S 200 millones. Será el debut en la Cámara del nuevo ministro de Economía, Facundo Ball. Se viene la intervención del ISSyS, una reforma en el tema educativo, una posible enmienda constitucional, y leyes para mejorar la recaudación, entre otros temas. Será un verano intenso, de eso, no hay dudas.

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