Un caso testigo: tiene 70 causas acumuladas pero está libre
Incluyen un homicidio y robos agravados.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR / INFORME ESPECIAL) - Jorge Nieves es uno de los conocidos hombres que en Comodoro Rivadavia viven el margen de la ley y suele protagonizar hechos delictivos resonantes. Sin embargo, suma también otra sorprendente habilidad: es capaz de acumular más de 70 causas en la Fiscalía, la mayoría de las cuales han sido archivadas en una sucesión de hechos delictivos que van desde robos agravados con armas hasta un crimen. Tuvo hasta una condena por homicidio, con una sentencia en 2012, por la cual fue liberado meses después a raíz de un error de la Oficina Judicial.
Jorge Nieves -26 años- es un caso testigo entre muchos. Y un mensaje de impunidad. El hombre que fue detenido días atrás conduciendo un automóvil con objetos robados, en cuyo interior había un chico de 7 años, quedó nuevamente liberado tras la formalización de una acusación por encubrimiento, pero sin que se le haya imputado hasta ahora el haber participado directamente de ese robo.
En el historial de hechos delictivos del sujeto figuran más de 30 causas que se vinculan a delitos graves, en su mayoría robos que involucraron el uso de armas de fuego. En esa “foja de servicios”, más de 40 causas fueron directamente archivadas por los fiscales, en muchos casos con llamativa rapidez.
HOMICIDIO AGRAVADO Y RESISTENCIA A LA AUTORIDAD
Según el historial al que tuvo acceso ADNSUR, en algunos de los hechos se le otorgó beneficios específicos, como suspensión de juicio a prueba o reparaciones a la víctima (que pueden incluir un pedido de disculpas o algún tipo de compensación económica), mientras que en otros también se vio favorecido por el vencimiento de los plazos para la investigación, en los que ese hecho queda archivado.
Pero uno de los casos más graves lo protagonizó en el año 2009, como autor del homicidio agravado de Juan Carlos Cárdenas. El hombre tuvo la mala fortuna de llegar a su casa de barrio San Martín cuando Nieves y un cómplice –Gustavo Almonacid- perpetraban un robo y atacaron a la víctima a balazos.
Dos años después fue condenado a 10 años y 8 meses de prisión, pero meses más tarde, en 2012, se lo liberó por el insólito argumento de vencimiento de plazos (el proceso, según el Código Procesal, no puede durar más de 3 años). Una sucesión de errores de la Oficina Judicial –que demoró 20 meses en conformar el tribunal que debía juzgarlo- posibilitó esa cuestionable resolución. Ni siquiera llegó a cumplir prisión preventiva.
Pese al historial, el protagonista de esta historia no dejó de cometer delitos, ni durante aquel proceso ni en forma posterior, en los que continuó protagonizando hechos como amenazas con armas, robos agravados con uso de armas de fuego, hurto agravado por escalamiento, incendio intencional y hasta usurpación. En la mayoría de los casos, la resolución de la fiscalía resultó con archivos o “sobreseimiento por imposibilidad de continuar a juicio”, además de “vencimiento de plazo” y “criterio de oportunidad”.
LA PUERTA GIRATORIA DE LA JUSTICIA
¿Cuáles son los argumentos que posibilitan la salida de Nieves de las oficinas de tribunales? Hay incluso un par de hechos en los que él aparece como víctima de abuso policial, pero estas causas permanecen activas y en “etapa de investigación”.
El de Nieves es un caso testigo de la "puerta giratoria" de la justicia. Comodoro Rivadavia asistió, con cierta lejanía habitual, a la sentencia que el viernes dictaminó un tribunal que debía juzgar a tres imputados por el homicidio de Néstor Vázquez. El caso quedó por ahora impune, ya que los acusados fueron absueltos tras el no menos llamativo cambio de declaración de la principal testigo del crimen: Brenda Vargas.
Quedó sí, en evidencia, la situación de internas violentas en la UOCRA, uno de los principales gremios de la ciudad, vinculado a un largo historial de abuso de armas.
No hay vinculación directa entre los dos hechos antes mencionados -las causas de los Nieves y el crimen de Vazquez- pero encierran un hilo conductor común: la debilidad del sistema judicial para poner límites al accionar violento y un poder político que, sin asumir su responsabilidad, sigue prometiendo “nuevas cámaras de seguridad” y “más policías”.