El proyecto de una ‘eco refinería’ en Chubut busca abastecer a la flota aerocomercial de la Argentina
El proyecto demanda una inversión de 2.500 millones de dólares en una primera etapa y abastecería, en principio, a la décima parte de los vuelos internacionales del país.
Días atrás, se presentó en el Congreso de la Nación un proyecto para construir una ‘Eco Refinería’ de hidrocarburo sintético, a partir del hidrógeno verde, que se instalará en un punto a definir de Chubut. La iniciativa busca abastecer a la industria aeronáutica con 100.000 toneladas de este combustible en una primera etapa.
Ismael Retuerto, integrante del Grupo Transición Energética Sostenible (TES), es uno de los socios de la compañía alemana Green Sinnergy y explicó los alcances del proyecto, que combina el hidrógeno verde con el carbono capturado de la atmósfera.
“Está claro cuál es el potencial eólico de nuestra región y sabemos que el hidrógeno es un vector importante, pero también sabemos que es difícil transportarlo -explicó en principio-. Partiendo de esa base, siempre trabajamos en la búsqueda de derivados del hidrógeno, que podrían servir técnica y económicamente para nuestra región, como un producto industrial.”
Con ese objetivo, añadió, hace más de un año se asoció con una firma desarrolladora de Alemania, "con la cual emprendimos la detección de cuál era el mejor destino. Analizamos las posibilidades de producir amoníaco, que tiene particularidades muy interesantes, pero encontramos algo que está teniendo una gran demanda del mercado, para solucionar el impacto de los gases de efecto invernadero que genera la actividad aeronáutica internacional.
La emisión del sector aeronáutico, dijo Retuerto, equivale a la de un país, ya que es el décimo generador mundial de gases de efecto invernadero. Esto lleva a la industria aerocomercial, es decir, a los fabricantes de aviones, a buscar combustibles alternativos, con el objetivo de descarbonizar progresivamente su consumo.
En ese contexto aparece el SAF, es decir, ‘Sustainable Aviation Fuel’ o combustible sostenible de aviación, producido a partir de energías renovables y tecnologías avanzadas de captura de carbono, con el propósito de reducir las emisiones de CO2 hasta un 99% respecto al uso de combustibles fósiles.
La eco-refinería que se está proyectando apunta a combinar el uso de hidrógeno, producido a partir de la separación de los componentes del agua de mar mediante un proceso de electrólisis, generada por energía eólica. Por otro lado, para alcanzar el hidrocarburo sintético, se debe sumar el carbono, que se obtiene de varias fuentes, y el proyecto apunta a combinar dos de las tres grandes fuentes. Una se basa en las emisiones industriales y la otra, la más innovadora, es la captura desde el aire, aprovechando el dióxido de carbono ya presente en la atmósfera mediante filtros especiales.
"Después, viene un proceso que se llama Fischer-Tropsch, conocido desde hace muchos años, en el que se mezclan los dos componentes para obtener un gas de síntesis y, luego, mediante destilación, a partir del hidrocarburo sintético, se obtiene el SAF y el diésel."
Si bien se trata de un proceso complejo, Retuerto ponderó la alta demanda del producto, ya que las líneas de aviación deben avanzar en ese camino a raíz de la reglamentación internacional, que les impone avances del 2% anual. La ventaja adicional es que puede mezclarse con el JP-1, combustible habitual de aviación, sin necesidad de adaptaciones de las turbinas.
PRODUCCIÓN DE UNAS 100.000 TONELADAS DESDE EL AÑO 2030
Actualmente, el proyecto se encuentra en la etapa de desarrollo en la que restan aún alrededor de 2 años. Comenzando con la primera etapa en el año 2030, se prevé una producción de 100,000 toneladas de SAF, lo que demandaría una potencia eólica inicial de 750 MW, equivalente a casi 8 veces el parque Manantiales Behr.
Esa magnitud de producción demandaría una inversión de 2.500 millones de dólares, a ejecutar en 3 años, con proyección de crecimiento en otras dos etapas. El punto de partida, de 100.000 toneladas, equivale a alrededor del 10% del consumo en el aeropuerto internacional de Ezeiza.
“Hemos estado reunidos con la Asociación Internacional de Aeronavegación y ellos ven con mucho interés la posibilidad de que haya en Patagonia un emprendimiento de este tipo, sobre todo con captura de carbono, porque los otros mecanismos compiten con el agua y el aire. En este caso, además, se reducen las emisiones y se ayuda a combatir los efectos de los gases de invernadero, reduciendo también el carbono de la atmósfera”, apuntó.
Actualmente está terminada la etapa 1, por lo que las dos siguientes, para el desarrollo del proyecto, apuntan a la búsqueda de ‘partners’ dispuestos a participar en la inversión, que en próximas etapas podría alcanzar las 500.000 toneladas y una inversión total de 6.000 millones de dólares.
“Creemos que Chubut tiene condiciones extraordinarias en recursos, muy valoradas también en infraestructura, aunque haga falta algo, además de capacidades industriales que requerirán capacitación. Tenemos 3 lugares estudiados, pero todavía no está definido el punto de ubicación, porque se busca la mejor combinación”, precisó, al ser consultado si sería Comodoro Rivadavia, puntualmente, el lugar donde se radicará el emprendimiento.
